En su reciente viaje a París, Jaime Ravinet llegó a acuerdos clave con el gobierno francés.
El lanzamiento del satélite chileno, el SSOT (Sistema Satelital de Observación Terrestre), se ha ido atrasando en perjuicio del país sudamericano. Pone en problemas a Francia que lo construyó y a la Comisión Bicentenario chilena, que lo tiene como un hito.
Un cohete Soyuz lo dispararía, en principio en febrero de 2010, desde Kourou, en Guyana Francesa. El satélite mismo ya está listo y los especialistas chilenos, capacitados. Pero los rusos aún no terminan de construir la base de lanzamiento del Soyuz. Iba a estar lista en diciembre, por lo que el lanzamiento se postergó para abril o mayo de 2010; luego, para octubre y finalmente a diciembre. Y ahora se dijo que será en junio de 2011, pero sin seguridad.
El ministro Jaime Ravinet pidió compensaciones en su reunión con Claude Guéant, secretario general de la Presidencia de Francia y principal asesor del Presidente Nicolás Sarkozy. Tan cercano es al Presidente que ya le hicieron un libro "Claude Guéant, el hombre más poderoso de Francia". "Fue cordialísimo", dice Ravinet. Era un viernes, cuando le pidió que Francia surtiera de imágenes satelitales a Chile mientras no se lanzara el satélite, Guéant accedió de inmediato.
El lunes siguiente, cuando el ministro chileno se entrevistó con su par francés, Hervé Morin, éste ya tenía listo todo. Una comisión francesa viajará a Chile a recabar las solicitudes de imágenes. Éstas se proveerán hasta que Chile cuente con el SSOT en el espacio. Morin tiene una gran imagen del país.
El lunes siguiente, cuando el ministro chileno se entrevistó con su par francés, Hervé Morin, éste ya tenía listo todo. Una comisión francesa viajará a Chile a recabar las solicitudes de imágenes. Éstas se proveerán hasta que Chile cuente con el SSOT en el espacio. Morin tiene una gran imagen del país.
Ravinet se reunió con el comandante de la FACh, y se le encomendó al Servicio Aerofotogramétrico elaborar la petición a Francia.
Los satélites dan plata
Nueva Zelandia afirma que el uso de imágenes satelitales en planificación y producción impactó en 0,6% el Producto Interno Bruto (PIB) y Australia da cifras similares.
La Agencia Chilena del Espacio (ACE), dependiente del Ministerio de Economía, propone que el nuevo satélite contribuya con el 0,3% del PIB, según concluye un estudio que dirigió el ingeniero Andrés Pesce, de Fundación Chile.
El satélite -que vale unos US$ 75 millones y cuyas baterías durarán sólo unos 5 o 6 años- necesita que las empresas y el Estado lo aprovechen. Chile invierte sólo US$ 3 millones en imágenes de percepción remota al año. Los estudiantes de agronomía, por ejemplo, no tienen cursos de interpretación fina de imágenes satelitales.
"Los satélites no entregan fotografías -aclara Juan Acuña, secretario ejecutivo de la ACE-, sino que proporcionan imágenes". Una imagen satelital no es lo que todos entendemos por imagen. Primero, es una imagen georreferenciada, o sea que cada punto corresponde a una coordenada geográfica. Así se puede trabajar sobre ella como si fuera un modelo real del terreno. Segundo, si sumáramos el ojo de águila con la percepción del murciélago ahí recién estaríamos viendo como un satélite. El chileno verá en múltiples rangos, mucho más que un ojo humano. Tercero, a las imágenes se les pueden agregar datos, como la propiedad del terreno, promedio de luz al año, pluviometría... infinitas variables. Cada imagen es una torta que suma los datos a lo visual.
Esta imagen satelital es más que la de Google Earth, explica Juan Ladrón de Guevara, del Ministerio de Economía, porque muestra las exactas dimensiones de un sitio, su biomasa, su altura... todos los atributos que se le agreguen.
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