Dr. Ulises A. Faúndez.- Chile.-
I . INTRODUCCION : Es un hecho indesmentible que día tras día es una tarea cada vez más complicada definir métodos y procedimientos renovados-innovadores para dominar el conocimiento que se acumula en crecientes volúmenes de datos que circulan en las redes mundiales de información . De allí la necesidad de optimizar tanto el tiempo como los medios disponibles para aprehender dichos volúmenes de información, aceptables como materia prima para su procesamiento , explotación y difusión en calidad de “INTELIGENCIA-PRODUCTO”.
Más allá de expresiones tales como : guerra de información , economía de información, poder de la información u otro tipo de denominaciones un tanto crípticas , provenientes en su mayoría del mundo anglosajón, el desafío concreto es integrar la explosión de los volúmenes informativos abiertos, orientándolos mediante la extracción de sus elementos esenciales con el propósito de ir en apoyo de : decisiones , concurrencias de opinión , competitividad y situaciones críticas que pueden sucederse desde una crisis comercial hasta la inminencia de un conflicto armado intra o internacional.
Este nuevo campo de batalla virtual, donde la topografía del terreno son las redes electrónicas y la profusión informática , son el producto de un proceso posterior al término del segundo milenio, donde las mutaciones geoestratégicas , geo-económicas y de recomposición internacional, están obligando al ámbito de Inteligencia a repensar sus modos de acercamiento a la realidad, a las formas de prevención de situaciones de rápido surgimiento a la capacidad productiva instantánea y autónoma de dichos eventos. Frente a ello, la capacidad de procesamiento en tiempo real, intenta ser capaz de cumplir con el principio básico de la oportunidad.
Al mismo tiempo, la permanente mutación del contexto estratégico mundial, que implica todo lo anterior, obliga también a reorientar el trabajo analítico desde las raíces mismas de la profesión de analista, función profesional que exige cada día mayor preparación de sus ejecutantes, no sólo en el área de su especialidad, sino en las capacidades prácticas para efectuar síntesis de información, comprensión de situaciones y creación de escenarios prospectivos.
Al mismo tiempo, la rapidez del desarrollo tecnológico ha obligado a la modernización de los modelos de análisis, entendidos como esquemas genéricos de ideas esenciales que buscan representar : organización, metodología y procedimientos específicos de trabajo, capaces de generar líneas de acción sobre temas o áreas de interés, para el fin último de su función, cual es permitir la producción de Inteligencia.
Representan la concatenación armónica de las fases de procesamiento y producción a la vez que sirven como patrón de comparación y reproducción de los esquemas de trabajo analíticos, respecto de la aproximación informativa que se tiene de la realidad bajo estudio. Sin embargo esa idea general, debe compararse con la factibilidad de llevar acabo dichas tareas, sea por la preparación de expertos y analistas, equipamiento tecnológico adecuado , credibilidad en el usuario, pero principalmente en la búsqueda de hacer mas oportuna la toma de decisiones. De poco sirve disponer de un prolijo diseño teórico si la extracción de lo esencial y la posibilidad cierta de su empleo oportuno no están estrechamente vinculados.
Ese es uno de los principales desafíos del campo tecnológico al apoyar el trabajo de la Inteligencia Estratégica, porque la Inteligencia-Insumo, sea para un nivel analítico mayor o para la gestión de un decisor determinado, es un argumento de primera categoría al momento de tener en cuenta los aportes de una línea de trabajo analítico. Hace algunos años se sostenía que éste era un enfoque instrumental, ordenador de datos, puntual , temático, vertical, algo profundo pero inconexo en la apreciación de situaciones.
La realidad del desarrollo metodológico han comprobado lo contrario; un detalle debidamente comprobado, de alta credibilidad y oportuna disponibilidad puede hacer variar toda una apreciación genérica debido al peso de su certeza.
II. EXPRESIONES TECNOLÓGICAS :
Al intentar un acercamiento detallado a los intervinientes tecnológicos es necesario pormenorizar los aspectos y roles sobre los cuales incide, con mayor determinación, el aporte tecnológico.
El primer aspecto se refiere a las ayudas en la constitución del corpus de antecedentes que servirán de argumento al análisis y evaluación de una situación.
El segundo aporte se orienta a la capacidad de validación y jerarquización de la importancia relativa que , en un momento dado, se reconoce a una determinada información, considerando : gravitación, certeza estadística y correspondencia con hechos irrefutables.
El tercer aporte radica en la capacidad de validación, por incremento de certidumbre de hipótesis o supuestos, que pueden perfilarse más rápido respecto de una situación en estudio.
El cuarto aporte está relacionado con la posibilidad de efectuar masivas comparaciones de muestras de información, graficarlas y proyectarlas en fases y plazos determinados, lo que constituye un argumento de presunción fundada, capaces de evidenciar positivamente las tendencias de comportamiento y derivación de uno o mas hechos, facilitando el trabajo del analista en la definición y jerarquización de variables intervinientes, desde el punto de vista de la gravitación y del entorno donde se desarrolla la situación analizada. Como ejemplo, están las capacidades informáticas para dimensionar : perfiles de frecuencia, propiedades distributivas y asociatividad atribuída para los distintos aspectos de un problema bajo análisis.
El quinto aporte se enfoca al apoyo en los análisis de contingencia, donde los ingenios tecnológicos pueden ayudar en la determinación e inferencia de las redes de asociación inmediata entre sucesos relacionados, que se encuentran en pleno desarrollo, mediante la combinatoria de : medios de comunicación, simbología de los mensajes comunicacionales y tendencias estadísticas anteriores respecto del comportamiento de los actores de la situación en estudio. Lo propio cabe para la denominada “ clasificación contextual “ de situaciones, que es un procedimiento técnico destinado a: eliminar redundancia, actualizar datos, privilegiar vigencias, identificar irreductibles y confirmar o disprobar el sentido de una situación en desarrollo sobre la cual se efectúa “ seguimiento analítico” .
Todos los aspectos anteriores están relacionados y calificados por la experiencia empírica, las “ lecciones aprendidas” y los razonamientos sucesivos que han hecho posible fortalecer los modelos de análisis y su vinculación con los acelerados desarrollos tecnológicos. Si se acepta que la representación convencional de datos e informaciones no es suficiente en nuestro tiempo, --para facilitar el proceso analítico--, es dable pensar que los conocimientos susceptibles de ser representados como esenciales requieren del apoyo tecnológico para mejor evidenciar su carácter y comprobar su vigencia.
A lo anterior se agregan nuevamente las ideas de : enfoque profesional, oportunidad y credibilidad, puesto que el producto entregado al usuario debe ser aplicable en su totalidad a la gestión, decisión y acción consecuente, desde el momento que se adopta una resolución .
III.- HISTORIA Y FUTURO:
Desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la relación Inteligencia--Técnica comenzó a cobrar un importante lugar en el trabajo de procesamiento de informaciones, en especial porque sus aportes y su gravitación en las decisiones se hizo cada vez mas decisiva para la conducción de las operaciones, tanto en los niveles táctico, operacional, estratégico y político estratégico.
Especial mención corresponde al desarrollo de máquinas cifradoras de mensajes, cuyos contenidos en caso de conflicto, se consideran de alta sensibilidad y, por ende, requieren de un tratamiento especialmente sigiloso. Allí se inscribieron las pioneras “ULTRA” Y “ENIGMA” que en esos años, revolucionaron la conducción de las operaciones militares en los diferentes teatros de operaciones. Al término de dicha contienda, la ciencia y la técnica se habían realimentado lo suficiente como para dar curso definitivo a la nueva TECNOLOGÍA, es decir, una forma de hacer basada en el saber, porque a diferencia del pasado, la nueva tendencia es una gama de posibilidades para accionar hacer que se sustenta en conocimiento anticipado sobre el accionar de “los otros”, con el objeto de proveer al usuario de un resultado que privilegia la eficiencia y la eficacia, en un equilibrio capaz de satisfacer las necesidades mas exigentes.
A fines de los años 50, se vió surgir la “Guerra Fría” como una expresión de hostilidad entre potencias nucleares que se amenazaban pero no se declaraban la guerra, por temor al holocausto atómico mutuo y mundial. Sin embargo, el problema fundamental era COMO obtener información del adversario eventual sin vulnerar los límites de una tácita tolerancia con límites difusos, pero sin llegar a traspasar los límites de lo aceptable, evitando así una espiral de conflicto, posteriormente incontrolable.
El advenimiento de nuevas formas de expresión tecnológica, tales como el transistor, luego el chips y posteriormente el micro-chips, diseñaron una senda de miniaturización que, entre varios efectos, permitió los siguientes logros informáticos: computadoras mas pequeñas y accesibles disminuyendo en el tiempo su elevado costo inicial, ampliación importante de las memorias de los bancos de datos y perfeccionamiento de los mismos, para fines de almacenamiento de información y data estadística, como jamás antes se tuvo posibilidades en la Historia de la Humanidad.
Esa circunstancia provocó cambios importantes en la organización y metodologías de trabajo de los mas prestigiados Servicios de Inteligencia mundiales, tanto en las fases de Búsqueda de información, como Procesamiento y Difusión, puesto que los nuevos instrumentales permitían una gestión mas rápida en el acceso y en la selección de los mismos, si bien no siempre se garantizaba la calidad del producto ni la infalibilidad del método.
Durante la década de los setenta y siguientes, la tecnología, principalmente electrónica, ofreció nuevas herramientas al campo de Inteligencia: computadores cada vez mas poderosos y versátiles, instrumentos de comunicaciones y prospección del planeta cada vez mas precisos, telecomunicaciones mas eficientes junto a sistemas complejos e interconectados capaces de expandir la movilización y la gestión de informaciones como nunca antes había sido posible efectuar. En la década de los ochenta, la expansión creciente de los espacios virtuales a través de INTERNET, trajo una nueva faceta de competencia para la labor de Inteligencia: la consolidación del fenómeno llamado GUERRA DE INFORMACIONES O INFOGUERRA ,que se ha sofisticado hasta la actualidad con especial fineza y minuciosidad. A lo anterior, la guerra psicológica se superpuso sobre ese nuevo tipo de conflicto, que ocurre en un espacio inasible, que trae los denominados “virus” informáticos y que transforma el ESPACIO VIRTUAL en campo de batalla en todos los aspectos: informáticos, económico, militar y de seguridad, entre muchos.
La implicación para la Inteligencia se expandió una vez mas, toda vez que el motivo de conflicto es ahora la información; las armas son informáticas y los instrumentos evaluadores también . A ello se agrega que el motivo central de dicho conflicto es el control o la manipulación de la información, su denegación o distorsión hacia el “adversario” y, a la vez, su resguardo para lograr objetivos de primacía informacional.A lo anterior, se suma el fenómeno de “ expansión planetaria”, que genera este tipo de conflicto y, por otra parte, la necesidad de enfrentar el problema como un Universo Nuevo, un escenario distinto que alberga nuevos parámetros en caso de lucha, nuevas formas de llevar adelante la función de Inteligencia, nuevos desafíos informáticos y nuevos requerimientos en el plano de los planes y programas de procesamiento de las informaciones.
Adicionalmente, la característica totalizadora, holística y expansiva, que adquiere este nuevo
campo de la Inteligencia, es un elemento de juicio básico a tener en cuenta en el perfeccionamiento del análisis y señala que el rol de los analistas y su carácter profesional continuará cambiando con vertiginosa rapidez, para preocupación de los Directores de Inteligencia y oportunidad de prestigio para los Analistas, cuyo oficio es, hoy por hoy, una Profesión ya consolidada. No es de extrañar entonces que, en la actualidad, las mejores Universidades del mundo, dicten cursos de Post Grado en Análisis de información para la producción de Inteligencia y no en otras facetas de la Inteligencia, lo que indica que esa es la misión mas compleja y sensible del ciclo inagotable de la circulación de las informaciones, habiendo crecido hasta límites siempre en expansión.
Todo lo anterior, evidencia señales claras sobre la realimentación entre tecnología de vanguardia, ciencias del conocimiento humano y Función de Inteligencia, como tareas cada vez más interdependientes pero que requieren de perspectivas cada día mas certeras y afinadas, pues de lo contrario, la búsqueda de la verdad para apoyar los procesos de toma de decisiones (sobre todo de alta sensibilidad ) será una labor casi imposible de llevar adelante.
IV.- LA FUNCION DE INTELIGENCIA:
El desempeño de la función de Inteligencia es y seguirá siendo estructuralmente la misma, pero las formas de llevarla adelante evolucionan y, como se ha expuesto, deberán adecuarse a las evoluciones rápidas de la tecnología, porque una simple actitud de reacción (sobre todo tardía) constituye un fracaso por anticipado y no será posible revertirlo de modo alguno.
Información es lo que hoy abunda. Certeza y Verdad es lo que cada vez escasea con acuciante desesperación. Los datos están cada vez mas cerca de los usuarios, pero lo necesario de saber es la mejor forma de conjugación entre la voluntad de los protagonistas de los hechos y las voluntades que intervienen en el desarrollo de su discurrir.
Es un hecho que las máquinas aún no leen la mente, pero se está experimentando en ello, en los países mas desarrollados y por ahora es la capacidad de simulación y correlación de escenarios lo que permite enfrentar situaciones cada vez mas impredecibles ; en consecuencia, si los analistas y directores no entienden lo que se obtiene de la selección de entre millones de datos, se hará cada vez mas difícil asistir a los decisores para explicarles las implicancias de un problema determinado, dada la complejidad de lo emergente, la creciente interconexión entre situaciones superpuestas y la sobre-especialización de los sub-campos de análisis.
La única alternativa es un mejoramiento sustantivo de la organización y funcionamiento de los constituyentes de la estructura de Inteligencia, su dinámica y la sinergia de su desempeño.
La función de Inteligencia está soportando el mayor y el más dramático desafío de la historia, desde que hace milenios, los antiguos maestros chinos sentaron las bases para el pensamiento analítico y dieron inicio a la carrera por entender la esencia de la verdad, para mejor resolver y triunfar con bajas pérdidas en todo tipo de conflictos.
Por ahora, el campo emergente de la guerra de informaciones y su soporte tecnológico es la economía, en todas sus escalas, en especial porque hay pocas limitaciones para prospectar en dicho campo, no se refiere al campo de la defensa convencional y toca un aspecto de la vida humana de suyo sensible, tanto por sostener las finanzas que realimentan el desarrollo tecnológico, como por la importancia específica que conlleva el surgimiento de nuevos instrumentos en todos los campos de acción del poder, sean éstos de mayor o menor gravitación específica.
Seguridad Nacional y Seguridad Internacional se sobre-imponen y allí también la Inteligencia debe decir mas que algo. El enfoque es ahora de naturaleza prospectiva, proactiva, horizontal, holística, pero por sobre todo orientado hacia la búsqueda de las interconexiones entre la variedad creciente de variables intervinientes, que se agolpan en los escritorios de los analistas y en la mente de los decisores.
Es una paradoja que el anhelo por saber lo importante cuando se conoce tanto, pareciese que no se sabe para qué se sabe realmente.
La revolución informática ha sido y sigue siendo un elemento casi deshumanizante, lleno de trampas y peligros que hasta la Inteligencia debe sortear, si desea seguir siendo vigente. Un argumento consecuente es la aceleración de los ciclos informativos debido a la influencia informática; así, la velocidad de la obsolescencia de los modelos y métodos y la velocidad de requerimiento se sobre-imponen una y otra vez, por obra del avance tecnológico, haciendo mas factible ayudar a los analistas en su tarea de determinar escenarios alternativos en problemas que avanzan con el reloj, pero con el segundero del mismo.
En consecuencia, lo trascendente cuesta ser identificado, no es fácil aislar problemas particulares, el valor de depreciación de la inteligencia acorta sus plazos y los analistas se preguntan qué mas sucederá para generarles nuevas ulceras a sus atribulados estómagos. Con todo, el desafío es apasionante: se vive una vorágine de la cual sólo resta un peldaño por conocer: la completa inteligencia artificial, donde máquinas programen a otras máquinas y donde la brecha de accesibilidad entre países desarrollados y los otros, en vías de desarrollo, se aprecie dramáticamente inalcanzable.
Eso también será motivo de nuevos conflictos de intereses y allí deberá estar como siempre la Inteligencia, buscando lo que otros no encuentran y entendiendo lo que las mentes simples sólo registran; viendo lo que simples ojos y oídos sólo miran y escuchan, pero no oyen ni ven.
Será el tiempo de la psico-tecnología?, en el que la condición sensitiva del analista y la potencialidad de las máquinas deben encontrar un esquema de complementación para entender las ideas de las otras personas a través de interfases tecnológicos, cuando la deshumanización nos obligue a mirarnos a nosotros mismos y preguntarnos si vale la pena mediatizar la comprensión del mundo y sus complejidades, entregando esa función intermediaria a las sofisticadas “máquinas inteligentes “, sabiendo que el exceso de detallismo implica un doble efecto: por una parte, impone realismo y por otro, crea marañas de posibilidades y factores intervinientes que no dejan ver las líneas troncales del problema en sí mismo.
Para la Inteligencia como profesión y para el Análisis de Inteligencia en particular, los desafíos no son pocos, pero lo mas trascendente es la conciencia de asistir al giro de un carrusel de tráfago vertiginoso que descubre nuevos rostros a los “enemigos”; que hace surgir nuevos roles para los “amigos” y nuevos caracteres para el rol de la tecnología, la cual siempre jugará un rol de dualismo: ser agente de apoyo indispensable y, a la vez, ser factor de perturbación donde “los chips no dejan ver la esencia de la base de datos “, tal como antes se decía que “los árboles no dejan ver el bosque”.
Para continuar cumpliendo con los roles esenciales de recolectar, procesar y difundir Inteligencia-Producto, los nuevos modelos e ideas sobre el trabajo analítico , debieran considerar algunos aspectos dinámicos de la vida contemporánea: - una sucesiva “mutación geoestratégica”, entendida como un replanteamiento de ideas y contextos que, en ese ámbito, se aceptaban como inmutables y que en la realidad pueden llegar a ser un obstáculo para entender la nueva complejidad del mundo contemporáneo. - Un progresivo replanteamiento de la utilidad de la prospectiva, no sólo en el plano metodológico, sino en los enfoques culturales, sociales y tecnológicos que debieran expandir su ámbito, para ganar en oportunidad y certeza. - Una creciente vigencia del concepto “GEOCULTURA” , que permite asociar con mayor precisión los ambientes planetarios y las expresiones creativas de los habitantes, para entender con mayor acierto el discurrir de situaciones que poseen sus propios “relojes y calendarios” para expresar la significación estratégica de su desenvolvimiento.
En consecuencia, la mutación geoestratégica, obliga a re-pensar las matrices y los orígenes conceptuales de los modelos de análisis, de los procedimientos específicos y de las herramientas lógicas que emplean los analistas, donde entendimiento y comprensión se equilibran de manera conjunta, pero dinámica, al determinar los límites de la materia prima de cada CORPUS así como sus representaciones de la realidad, para ser capaces de remontar con visos de acierto, la ruta del conocimiento profundo de situaciones únicas, en pleno desarrollo y susceptibles de alcanzar cualquier camino de proyección, dependiendo de los estímulos y decisiones que se produzcan en su devenir.
Esa línea de ideas es de capital importancia, toda vez que los productos de inteligencia son “aparentemente” información finalizada, en circunstancias que la realidad indica otra cosa. Lo que objetivamente realiza el trabajo de inteligencia es la producción de información validada, fiable, jamás reductiva, fácil de operacionalizar en las decisiones de cada día. La paradoja en este ámbito es que la vorágine es creciente, los volúmenes inasibles, el tiempo de reflexión escaso y las decisiones deben ser adoptadas como una obligación insoslayables (“aquí y ahora “).
Mientras tanto, los fenómenos tecnológicos desafían la lógica del análisis y con su fría evidencia, modifican la dinámica de los esquemas intelectuales, las cronologías de trabajo y las posibilidades de procesar información, pues se vuelve difuso el límite entre insumo y producto.
Lo anterior es lirismo; es un modesto llamado de atención para recuperar de algún modo la autonomía del pensar, la garantía de decidir, pero por sobre todo, no perder la “facultas imaginandi” que otorga un sello humano al trabajo de Inteligencia. Las redes internacionales de datos, los millones de sitios y páginas allí presentadas están abiertos al análisis, pero el tiempo disponible para procesarlos es siempre superado por el vórtice de nuevos datos que día y noche expanden el volumen depositado en esas redes y buscan autovalidarse con infinitas motivaciones.
Es la revolución del “ipso-facto”, que presiona las puertas ya asediadas del análisis y la prospección de opciones, frente a lo que podría ser o pudiese resultar. Descriptores, palabras claves, léxicos irreductibles y preguntas más que respuestas, se incorporan con premura en los programas de ayuda al analista, bajo tres conceptos matriciales : - Puesta a punto de criterios objetivables de la mayor vigencia posible. - Interconexión indisoluble entre procesamiento y conclusiones. - Nueva orientación del flujo de decisiones, para permitir que la circulación de las informaciones evite al máximo el desfase entre hechos, circunstancias y decisiones. No obstante es el analista quien sigue ordenando y priorizando lo que las máquinas a lo sumo clasifican.
En consecuencia, es indispensable establecer un nuevo planteamiento de ideas, conceptos operacionales y organizacionales para el diseño de nuevas formas de trabajo en la fase general de procesamiento de datos e informaciones.
Liderazgo y conducción, respaldados por una concepción estratégica, en equilibrio con estructuras, procesos y sistemas operacionales, alumbrados por los principios de la organización de pertenencia, serán elementos y factores que cobrarán su efectivo valer en la medida que la calidad del personal de analistas demuestre condiciones de excelencia, experiencia y preparación, apoyadas en una vocación profesional incuestionable
La Complementariedad entre factores y elementos fundamentales, que interactúan de modo sinérgico y constituyen una base de ideas y conceptos operacionales para la producción de Inteligencia, descansan en el factor humano: la calidad y probidad del analista. Esa parece ser la única conclusión preliminar, en una línea de estudio del fenómeno analítico de Inteligencia que no deja se ser estimulante gracias a los permanentes desafíos de organización metodología que la vorágine del discurrir del gran juego estratégico mundial y plantea de manera permanente.