Lo que era un secreto a voces se confirmó. Las redes del narcoterrorismo que financia al grupo terrorista autodenominado Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han incursionado en el Perú. Donde se han registrado asesinatos y secuestros sistemáticamente contra los pobladores de la localidad de Loreto, fronteriza con Colombia. Según medios de prensa peruanos, la Policía Nacional no tiene efectivos, presupuesto o alimentos básicos en los puestos fronterizos.
En el Informe 02-2010-V Dirtepol-Iquitos/SEC, el jefe de la Dirección Territorial de Iquitos, general PNP Luis Sánchez Vigil, comunica al alto mando por lo menos 33 muertes desde que comenzó el gobierno de Alan García. La mayoría de éstas habían sido ocultadas a los medios de comunicación desde entonces, pero ahora están aumentando los atentados y se están tomando poblados enteros.
Se menciona la denuncia de un teniente gobernador, respecto a que el 31 de marzo, “aproximadamente 20 personas uniformadas portando armamento automático” ingresaron violentamente en varios domicilios de la comunidad de Mario Rivera, Río Amazonas, donde secuestraron a Mario Pizango Tenazoa (30), Jesús Arirama Murayuri (67), Jorge Arirama Pérez (23) y Hugo Marín Arirama (26). Todos ellos habrían sido asesinados por colaborar con la Policía Nacional de Perú al informar sobre los cargamentos de droga que se mueven por el poblado.
Según información de inteligencia, “debido al reducido número del personal policial en los puestos de vigilancia fronteriza, ello motiva la infiltración e incursión a las comunidades nativas peruanas y a la Policía Nacional por parte de organizaciones de tráfico ilícito de droga y por la organización narcoterrorista FARC”.
El general Sánchez Vigil alerta que en el presente año ya ha habido tres incursiones en los poblados de Mario Rivera, Gamboa y en la quebrada Callarú de la comunidad Dos de Mayo. La más reciente muestra del avance de las FARC en territorio peruano fue el 12 de abril, cuando 25 sujetos vestidos de negro con fusiles tomaron Gamboa. Sacaron a los 87 habitantes y los llevaron a un campo deportivo. Allí encañonaron a todos y amenazaron con matarlos y destruir el poblado si no colaboraban con ellos, para luego cruzar la frontera hacia Colombia.
Por ello, se ha paralizado la actividad comercial en varias comunidades, e incluso este poblado y el de Mario Rivera se convirtieron en “pueblos fantasmas” porque las personas están migrando a la ciudad más cercana.
Son 2.886 kilómetros los que tiene que vigilar la Policía Nacional, en las fronteras con Brasil y Colombia que constituyen este trapecio amazónico, pero los 20 puestos de vigilancia fronteriza están sin personal la mayor parte del tiempo, por la escasa cantidad de éste.
Ante ello, el jefe de la Dirtepol Iquitos señala la “insuficiente dotación de personal PNP” para esta labor, los narcoterroristas están llegando a “obtener hegemonía en las zonas de fronteras”. Aunque reafirma su voluntad de seguir combatiendo, el general Sánchez Vigil prácticamente hace un clamor de ayuda ante el poco apoyo desde el gobierno central.
“Solicito a la superioridad incrementar en el más breve plazo con el carácter de URGENTE la dotación de personal policial (...) con ocho efectivos policiales en cada uno de los puestos, resultando un total de 32 efectivos”, dice textualmente. Asimismo, pide la dotación mínima de “alimentos mensuales” para el personal destinado a los puestos fronterizos.