PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010

PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010
BICENTENNIAL MILITARY ARMY OF CHILE 2010

REPORTAJES ESPECIALES E INFORMACIÓN ADICIONAL

sábado, 20 de noviembre de 2010

SEMINARIO INTRNACIONAL EN ANEPE ANALIZA FUTUROS ESCENARIOS DEL COBRE Y SEGURIDAD NACIONAL

Temas como la importancia económica y militar del cobre chileno, estrategias para financiar el área de Defensa, los recursos estratégicos, entre otros, fueron analizados en el Seminario “Prospecta Chile 2010-Bicentenario: La seguridad de Chile y el cobre, escenarios para el futuro”, que fue organizado por la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO) y la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE).

En dos jornadas se realizó este seminario, que fue encabezado por el director de Investigación y Relaciones Internacionales de la UBO, Alain Carrier, y el secretario general de la ANEPE, Gustavo Basso, y contó con las exposiciones del vicepresidente ejecutivo (P) de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), Andrés Mac-Lean; el ex ministro de Defensa Nacional, José Goñi; el ex subsecretario de Economía, Jean-Jacques Duhart; el ex subsecretario de Guerra, Gabriel Gaspar; el jefe del Comité asesor del Ministro de Defensa, Guillermo Pattillo; el académico del Instituto de Estudios Políticos de París, Cristophe-Alexandre Paillard; los docentes de la ANEPE, Adolfo Vera y Miguel Navarro, y del investigador titular de la Universidad Bernardo O’Higgins, Cristián Leyton.
Sobre la proyección que tendría el cobre en Chile hacia el siglo XXI, Andrés Mac-Lean, expresó que gracias a los actuales proyectos que existen “en los próximos diez años tendríamos aproximadamente un 60 por ciento de la producción que tenemos hoy, lo que nos conlleva a concluir que en la próxima década la producción del cobre aumentaría. Hace dos décadas atrás era impensable pensar que el sector privado ganara en producción a Codelco y hoy es una realidad que ha sido muy bienvenida y por eso seguimos siendo los líderes en cobre”, explicó el vicepresidente ejecutivo (P) de Cochilco.
Siguiendo esta misma línea, el ex ministro de Defensa, José Goñi, expuso sobre la importancia económica y militar del cobre chileno, manifestando que: “el desarrollo que ha tenido ese sector ha permitido no cometer los mismos errores que en la época del salitre. Estos temas se han manejado bien y hay una responsabilidad en conjunto del país de poder generar los intercambios e incorporación. Es un desafío permanente para que el día de mañana no se transforme en un problema. En cuanto a la defensa el comportamiento y el origen de su financiamiento sin duda que este dinamismo y crecimiento del cobre durante las últimas décadas ha sido positivo para generar un fondo de renovación de sistemas de armas y de defensa en nuestro país. Sin duda para el área de defensa el comportamiento del sector minero es fundamental haya o no ley reservada del cobre”.
En cuanto a los recursos naturales, Cristophe-Alexandre Paillard, planteó que estos no son infinitos. “Algunos recursos son económicamente y tecnológicamente más atractivos que otros por las implicaciones en la industria de alto nivel, incluyendo cobre, litio, manganeso o molibdeno que tiene Chile. La demanda mundial por los minerales ha ido aumentando a lo largo de los años gracias a la aparición de países emergentes dinámicos como China, Brasil o India. El ejemplo del cobre chileno con China es especialmente elocuente, por lo que la tendencia de la demanda a largo plazo seguirá orientada hacia el alza”.

El financiamiento del sector Defensa
En la segunda jornada de este evento, el jefe del Comité Asesor del ministro de Defensa, Guillermo Pattillo, resaltó los desafíos en el financiamiento de la Defensa. “En la generación de las capacidades, las Fuerzas Armadas son, en general, factores complementarios, por lo que es esencial un enfoque sistémico a la defensa nacional. La asignación de recursos es un ejercicio de optimización y existen dos fuentes de recursos: presupuesto fiscal anual y ley del cobre”.
Pattillo agregó, “el sistema de asignación no ha sido eficiente, por lo que su transformación implica cambios organizacionales y de procesos. Una modernización fundamental es el sistema de financiamiento de las Fuerzas Armadas”.
Por su parte, Axel Buchheister, planteó los mitos y realidades del financiamiento de la defensa. “El financiamiento de este sector proviene de la ley reservada del cobre más el aporte anual de la ley de presupuesto. Uno de los mitos que existe en este tema es que el sistema ha cumplido con sus objetivos, porque ha provisto recursos a la defensa dando seguridad y predictibilidad, y la realidad es que la ley reservada del cobre hoy no se sostiene, debido a que los políticos quieren tener capacidad de decisión y no aceptan ser marginados y porque existe una incongruencia presupuestaria y financiera”.
Buchheister finalizó expresando que la estrategia a seguir es “dejar el discurso de la seguridad y sustituirlo por el discurso de la convicción, de la necesidad, de la justificación y a los políticos hay que involucrarlos, ya que quien no es responsable de algo y no lo conoce, no se siente comprometido con ello”.
El seminario contó con la presencia de las altas autoridades de la Universidad Bernardo O’Higgins encabezadas por el rector Jorge O’Ryan Balbontín, por el vicerrector Académico, Sergio Becerra, y por el vicerrector de Administración y Finanzas, Claudio Ruff; y por parte de la ANEPE estuvieron presentes su director, General de Brigada Werther Araya; el jefe del Departamento de Extensión, Fernando Duarte, académicos y alumnos.

CHILE Y SUS MINERALES ESTRATEGICOS: LA FIEBRE DEL LITIO QUE SE AVECINA



Para muchos, el litio será una pieza indispensable en la energía del futuro. De hecho, numerosas aparatos, incluso automóviles, funcionan con baterías hechas con este mineral.
A los pies de Los Andes, en Argentina, Chile y Bolivia se encuentra el 85% de las reservas mundiales. Y el 75% de la producción está en manos de tres grandes empresas.
Por eso, las empresas consumidoras están buscando vías de producción alternativas. Argentina es uno de los lugares que está siendo testigo de esta "carrera del litio"

IRÁN EN AMERICA LATINA: ENTREVISTA A DORIT SHAVIT

En la siguiente entrevista, la Directora General Adjunta para América Latina y el Caribe de la cancillería israelí, Dorit Shavit, afirma que el acercamiento de Irán a Latinoamérica tiene —-entre otros objetivos- "provocar" a Estados Unidos.

-¿La distancia geográfica supone una distancia política entre Israel y América Latina?
América Latina apoyó mucho la creación del Estado de Israel en 1948; sin embargo, a pesar de la semejanza entre el pensamiento israelí y el latinoamericano, hasta los años ochenta la región era vista como una tierra incógnita. Primero, por la falta de comunicaciones. No era muy común la conexión aérea entre ambas partes.
Pero también América Latina era vista como una región inestable a causa de los regímenes militares y los grupos violentos como las FARC, el ELN o Sendero Luminoso, etc. Tampoco hubo un interés económico porque los países latinoamericanos no pensaban en esa época en el comercio internacional, pero todo cambió en los noventa con el regreso de la democracia.

-Nos vieron como un mercado atrayente.
Sí, pero como otro tipo de mercado que está ávido de alta tecnología israelí.

-¿Qué país latinoamericano es el mayor socio comercial de Israel?
Brasil con el que llegamos a un intercambio de casi US$ 2,000 millones. Vendemos muchos fertilizantes, alimentos, alta tecnología y hay una estrecha colaboración en materia de energía solar.

-¿No hay cooperación en el tema del petróleo?
Brasil es un país enorme que necesita mucho petróleo para satisfacer su demanda interna. Me parece que no exporta petróleo a Israel.

-Lo digo porque la punta de lanza en las cuestionadas relaciones entre Brasil e Irán ha sido el tema energético.
No sé si es el tema energético porque Irán, junto con Venezuela y Ecuador, pertenece a la OPEP, y Brasil no. Me parece que el interés brasileño va por otro lado, quizá por su deseo de tener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, ganar peso internacional.

-¿No les preocupa la estrecha relación entre Brasil e Irán?
Hablamos eso con el presidente Lula cuando estuvo en Israel hace poco. Es verdad que para nosotros Teherán es un enemigo estratégico, porque amenaza nuestra existencia, pero también es una responsabilidad de la comunidad internacional.

-¿Pero pueden ser amigos de alguien que abraza a un dictador como Ahmadineyad?
Siempre oímos que Brasil no está de acuerdo con todo lo que dice o hace Irán.

-Ustedes han alertado de la presencia de Hezbollah en Latinoamérica, un grupo que es patrocinado por Irán.
Vale recordar que Irán comenzó sus relaciones con América Latina en los años ochenta y que después no las impulsó. Solo oímos de esa relación hasta los atentados en Argentina contra la Embajada de Israel, en 1992, y la Mutual Judía (AMIA ), en 1994. Desde un comienzo supimos que Irán -y Hezbollah- estaba detrás de estos ataques.

-Después llegó Ahmadineyad.
Desde el 2005, con la llegada al poder de Mahmoud Ahmadineyad, Irán comenzó a entrar de manera agresiva a Latinoamérica con la reapertura de embajadas y el aumento de diplomáticos. Entendemos el interés económico, pero hay también un interés político o estratégico de provocar a Estados Unidos.

-Con la ayuda de Venezuela y Hugo Chávez.
Sí. Hace poco abrieron una línea aérea entre Caracas y Teherán, con escala en Damasco, pero no es posible comprar un ticket si eres turista. Es solo para “pasajeros específicosque llegan sin visas, ni documentación específica, en otro terminal.

-Donde hay presencia diplomática iraní, ¿aumenta la presencia de células terroristas?
Es una posibilidad, el modo de trabajo de Irán es así. Ya oímos de células de Hezbollah en La Guajira -frontera colombo-venezolana- y la triple frontera -entre Brasil, Argentina y Paraguay-.

ARGENTINA: EL DRAMA DE UN PAÍS DESIGUAL

La reciente aparición del Informe de Desarrollo Humano 2010 de las Naciones Unidas, en su vigésimo aniversario, es una buena ocasión para reflexionar sobre la pobreza y la desigualdad en el país en perspectiva comparada y de largo plazo, y sobre las políticas para darles solución.
*Juan J. Llach
Tradicionalmente centrado en el ingreso por habitante y unos pocos indicadores de educación y salud, el índice de desarrollo humano (IDH) no sólo ha ampliado esos rubros, sino que incluye medidas de desigualdad, de disparidades de género, de pobreza subjetiva y de privación extrema.

La Argentina aparece hoy en el rango 46 entre 169 países. Pese a haber recuperado tres puestos desde el informe anterior y a haber mejorado el nivel absoluto de nuestro desarrollo humano, el mayor progreso de otros nos ha llevado a perder 14 puestos desde el rango 32 de 1990 y a ser relegados al segundo lugar en América latina, detrás de Chile. Extendiendo la mirada hasta 1980, se observa que la década de menor aumento del desarrollo humano de la Argentina ha sido la actual y que hubo 70 países con mejor desempeño que la Argentina. Esto último sería hasta cierto punto lógico en relación con países más pobres, que afortunadamente tienden a mejorar más que los más ricos por su bajo punto de partida. Pero son muchos los países con alto o muy alto desarrollo humano con mejor desempeño que nosotros desde 1980. Tal es el caso de Australia, Bahrein, Chile, Chipre, Corea, España, Francia, Grecia, Italia, Noruega o Portugal.

La Argentina se ubica mejor en los indicadores propiamente sociales (rango 40) que en el ingreso por habitante (rango 52), que es hoy de 14.603 dólares de poder adquisitivo comparable. Nuestra esperanza de vida llega a los 75,7 años y nos ubica en un rango análogo al del IDH general (49). Un fuerte contraste se observa en materia de educación, porque mientras la población de 25 años y más ha completado sólo 9,3 años de estudio (rango 60), en la esperanza de escolaridad a los 6 años de edad logramos el rango 26, con 15 años y medio, lo que da en principio alguna esperanza a futuro al indicar que el alumno promedio argentino de 6 años permanecerá hasta los 21 años y medio en el sistema educativo. Dado que ninguno de los bienes y servicios considerados por el índice de desarrollo humano se distribuye igualitariamente, cuando el mismo se ajusta por esta desigualdad de acceso todos los países muestran un peor nivel respecto del que tendrían con una distribución más igualitaria. Pero el caso de la Argentina es el peor después de Perú, ya que su IDH se reduce un 27.5% y retrocede nada menos que 21 puestos en el ranking global.

Esto no significa que la Argentina sea el país más desigual, pero sí que es el segundo de mayores contrastes entre un desarrollo humano relativamente alto y una inequidad que también lo es.

En otra desigualdad, la de género, la Argentina aparece también muy mal parada en el rango 60, bastante peor que el rango 46 que ostentaba en el año 2009 con una definición más restringida de esta variable. No nos va mejor con el nuevo indicador multidimensional de pobreza que presenta el informe y que incluye no sólo la cantidad de personas en tal situación y en riesgo de estarlo, sino también la intensidad de las privaciones, el riesgo de tener al menos una carencia grave en educación, salud o nivel de vida (vivienda y bienes del hogar) y la proporción de personas por debajo de las líneas de pobreza nacional e internacional (esta última, de 1,25 dólares de paridad por día, equivalentes aquí y ahora a 290 pesos por mes o 1160 pesos para una familia tipo). Pues bien, en este indicador tan completo de las variadas carencias asociadas a la pobreza, la Argentina ocupa el rango 60 en el mundo.

En fin, tampoco nos va bien en materia de seguridad, tantas veces considerada como una preocupación conservadora pero que perjudica proporcionalmente más a los pobres, ya que hay al menos 91 países con menor tasa de homicidios que la Argentina (5,2 por 100.000 habitantes) y al menos 88 países con menos incidencia de robos que el nuestro (859 por 100.000 habitantes).

Tal vez la mayoría de las lecturas del informe que nos ocupa se concentren en una lógica político-partidaria tendiente a identificar a los responsables de una situación tan preocupante. Esto no sería de mayor ayuda para alumbrar caminos de salida. El panorama ofrecido por el IDH a lo largo de estos veinte o treinta años no es totalmente negativo para el país, pero sí revela un deterioro social de larga data, cuyo análisis de corazón caliente pero cabeza fría es imprescindible para acertar en las mejores soluciones.

Sus principales causas han sido, a mi juicio, un pobre y muy volátil desempeño macroeconómico con tres grandes impactos negativos. Negar alguno de ellos conducirá a nuevos errores. Primero, la alta inflación desde 1975 que derivó en hiperinflación a fines de los ochenta; luego, el altísimo desempleo originado en parte en algunas de las políticas implementadas para abatir la inflación en los noventa; por último, el final innecesariamente violento de la convertibilidad.

Cada uno de estos golpes resultó en tremendos recortes de los ingresos y del nivel de empleo, sobre todo de los más vulnerables, que en muchos casos actuaron de manera acumulativa, generando situaciones de privación y exclusión permanentes en amplios grupos sociales. A ello se añadió una insuficiente inversión pública en educación, salud, vivienda y promoción y asistencia social.

Para revertir de manera sostenida este largo y penoso deterioro social hay que acordar más políticas de Estado entre gobierno, oposición y sociedad civil, y evitar cometer los mismos errores macro del pasado. Lo primero no es fácil, como se vio este año al no poder acordarse las excelentes propuestas del Foro de Habitantes a Ciudadanos liderado por la Comisión de Justicia y Paz ("La pobreza, un problema de todos"). No se parte desde cero, ya que en lo que va de esta década ha habido avances que, de persistir, tendrán efectos positivos duraderos en nuestro desarrollo humano. Los más importantes han sido el rápido crecimiento de la economía y del empleo, el cumplimiento de la ley de financiamiento educativo que llevará a invertir este año 6% del PIB en educación, ciencia y tecnología, el programa de seguro de capacitación y empleo, y, de modo especial, la asignación por hijo. Sin embargo, los resultados positivos de estas políticas enfrentan hoy obstáculos importantes para sostenerse. El más corrosivo es la inflación y por eso preocupan afirmaciones recientes del ministro de Economía y otros funcionarios al decir que ella "no es un tema" en grandes porciones de la sociedad, aunque sí lo es para la clase media alta. Todos sabemos que es exactamente al revés. La inflación ha hecho perder parte de los logros alcanzados previamente en la reducción de la pobreza y también está carcomiendo un instrumento vital como la asignación por hijo. También se siguen acumulando peligrosas distorsiones de precios relativos, que no son amenazas inminentes pero sí de mucho cuidado.

Por eso, lo más importante que puede hacerse ya por los pobres es un programa de estabilización que, bien realizado, no reducirá sino que fortalecerá el crecimiento. A ello deberían agregarse otras claves de la agenda, como la universalización plena de la asignación por hijo; programas mucho más vastos de educación, capacitación e inserción laboral dirigidos a los jóvenes que no trabajan ni estudian -un "plan Marshall" como lo llamó el citado foro- y una nueva ley de metas y financiamiento educativo, un debate pendiente que, ya en las puertas de 2011, año en que vence parte de la ley vigente, es realmente inexplicable.