Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), señaladas como grupo terrorista y traficante de drogas tanto por Estados Unidos de América como por la Unión Europea, incremento sus actividades en Bolivia al ser parte del eje Venezuela-Irán que también participa en labores de financiamiento, inteligencia y adoctrinamiento en el régimen del presidente y candidato a la Presidencia, Evo Morales Ayma, según datos de Douglas Farah, del Centro de Evaluación y Estrategia Internacional quien realizó el análisis de coyuntura de la situación política nacional en el que destaca el sometimiento cada vez mayor de Morales Ayma a los dictados de Chávez y el presidente de Irán Mahmud Ahmadinejad.
Asegura que “Las Farc trabaja en Bolivia” y sostiene que después de Nubia Calderón de Trujillo, un alto miembro de la Comisión Internacional de esa proscrita organización armada quien usaba los alias “Esperanza” y “Ana María”, el nuevo “coordinador” que lleva el alias de “Tino” dio “muy fuerte impulso” a las actividades del grupo terrorista en Bolivia con la iniciativa, sobre todo, de Álvaro García Linera, vicepresidente de Bolivia. “Tino” fue identificado por una de las autoridades colombianas como Amilcar Figueroa Salazar, un miembro del Congreso venezolano del partido de Hugo Chávez y alto dirigente de la llamada Coordinadora Continental Bolivariana (CCB).
INTERVENCION EXTRANJERA
De acuerdo a los datos recopilados y analizados por Farah, la intervención extranjera en Bolivia creció “significativamente” en los últimos años y no sólo de grupos irregulares ligados al terrorismo y al narcotráfico como las Farc de Colombia y el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (Mrta) del Perú, sino también de “oficiales venezolanos” quienes “violaron” el Padrón Electoral boliviano y cubanos contratados por Morales Ayma para “diseñar e imprimir pasaportes bolivianos” y acceder a todos los archivos de identificación y registro civil.
Algo similar ocurre con la participación de miembros del gobierno de Ahmadinejad quienes no sólo sobrepasaron los “lazos institucionales normales” de ambos Estados y “la capacidad supervisión del Congreso (boliviano)”, sino que los iraníes también instalaron oficinas diplomáticas en el país las que usan para actividades de la “Fuerza Quds” que es el brazo de la Guardia Revolucionaria para Fuerzas Especiales que se forman como el grupo principal de seguridad en Irán desde la revolución de 1979 y las operaciones del Hezbollah.
Mahmud Ahmadinejad, por iniciativa e intermediación de Chávez, se posesionó en Bolivia a través de la promesa de ayuda financiera para la industria, la producción, capital de inversión y también “becas” en Irán para estudiantes bolivianos como lo hacen Cuba y Venezuela con la finalidad, además, de adoctrinar a los jóvenes que reciben formación académica a cambio de servir de “monitores” de la “Revolución Bolivariana” y la “revolución teocrática islámica chiita”.
La información del Centro de Evaluación y Estrategia Internacional, da cuenta que las Farc entrenan a estudiantes y ciudadanos bolivianos miembros de organizaciones irregulares, terroristas y sindicales con vinculaciones con el narcotráfico desde hace varios años, sin embargo, esta práctica aumentó considerablemente en el gobierno de Morales y García.
“Documentos encontrados en la computadora de Raúl Reyes, comandante de las Farc que muere el 1 de marzo de 2008 en una incursión del ejército colombiano, muestra las relaciones, incluyendo el entrenamiento de estudiantes en campamentos de las FARC, y los intentos de formar grupos de frente como parte de los grupos de solidaridad a lo ancho y largo del continente bajo el control del paraguas de las Farc llamada la Coordinadora Continental Bolivariana CCB”, sostiene el documento dado a conocer por el Centro.
Precisa que, por lo menos, 57 correos electrónicos fueron encontrados en las computadoras de Reyes los mismos que se relacionan “directamente con Bolivia” y van desde finales del año 2001 hasta su muerte en el año 2008.
Farah insiste en que “Las Farc trabaja en Bolivia” tal como se sostiene en los correos del jefe de las Farc donde se involucra al senador del Movimiento Al Socialismo (MAS), Antonio Peredo; al jefe del que fuera Estado Mayor del Pueblo (EMP), Hugo Moldíz; a Petróleos de Venezuela (Pdvsa) como financiadora de “las operaciones de inteligencia”; y, entre otros, a Evo Morales y Felipe Quispe, jefe del Ejército Guerrillero Tupaj Katari (Egtk). Este último denunció públicamente al vicepresidente Àlvaro García Linera como “traidor y falso revolucionario” y a Morales como “herramienta de la oligarquía”.
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