*Intelligence, Defense and Security
Las operaciones de Inteligencia, por su misma naturaleza y escenarios, siempre deben contar con un componente Sine qua non de total y absoluta carencia de rastros incriminatorios de todos los componentes operativos dentro de la secuencia programada de trabajo. Esta, aun más, debe ser proactivamente modificable según las diferentes variantes que retroalimentaran el trabajo de campo.
Al analizar las versiones de prensa, instrumento usado por la diplomacia peruana para anunciar y comunicar discrepancias a nivel de Estados, del supuesto caso del espionaje realizado por el Sub oficial FAP Víctor Ariza a favor de Chile. Saltan inmediatamente a la vista, bajo un sencillo análisis, que los rastros dejados por la supuesta red de informantes y operativos es un completo descalabro. Direcciones IP fácilmente rastreables a un sitio publico en Santiago de Chile, envíos de dinero desde Santiago a Lima y otras ciudades peruanas vía correo privado, llamados a celulares personales, etc.
Nadie en su sano juicio y con niveles medianamente básicos en instrucción de Inteligencia podría haber realizado una operación tan delicada, compleja, ambiciosa (por la gran cantidad de información sensible) y sobre todo prolongada (según la versión peruana la fuga de información se habría dado por años) en forma tan ridícula y chapucera dejando abiertas ventanas de seguridad tras de sí de tal magnitud
Y es aquí donde cabe preguntarse si una operación tan burda, ¿Acaso no se fue dejando ex profeso rastros, para así justamente cumplir con el objetivo de evitar poner al descubierto al verdadero organismo de Inteligencia y a sus reales autores, al dejar plantados indicios evidentes que apuntaran a Chile ? Suena alambicado, pero no ausente en muchas operaciones dentro de la historia de Inteligencia
El hecho de recibir por parte de los receptores de Inteligencia, la información en Santiago, ya de por si resulta al menos, curioso para una operación de este tipo.
La hipótesis que resulta del cuestionamiento a los procedimientos tildados de “evidencias plantadas”, tanto de los operativos como de informantes, es que se encuentran dejadas en forma tan obvia que habrían sido dejadas para ocultar a un tercer Estado involucrado, el que si es generador de la operación.
Veamos. Si bien es cierto que de los tres países del sub continente sud-americano en el área Pacifico, solo dos tienen reivindicaciones territoriales y marítimas. Perú y Bolivia, ambos en posición antagónica frente a Chile, y Argentina, en la zona del sub continente sud-americano Atlántico, con un reclamo de soberanía territorial y marítima por las Islas Falkland. Entre ellos, Chile es el único país que no posee reclamos, situaciones pendientes, aspiraciones territoriales o afanes expansionistas ideológicos en la región.
Por lo que podría existir una operación de Inteligencia muy bien planificada e implementada, que habría usado dentro de su estrategia de “cubierta”, en caso de ser infiltrada y neutralizada, la conocida situación de recelo y nacionalismo antichileno dentro de la sociedad civil peruana, política (como factor de utilización electoral o ante baja de popularidad), militar y geoestratégica a nivel de Estado.
Llama la atención que dentro de la información supuestamente solicitada a Ariza, se encuentra específicamente la concerniente sobre el espectro de cobertura de radar, tanto del espacio aéreo argentino como boliviano, información que Perú aun no explica en virtud de que proceso interno pudo dedicar Inteligencia para recolectar dicha información.
Si tenemos a Chile que se declara en la formalidad diplomática y en su doctrina de Defensa sin pretensiones territoriales, no es precisamente el país mas interesado en una operación de despliegue de su Inteligencia en el exterior.
¿Qué o quien nos queda?
La situación diplomática entre Perú y Bolivia se ha tensado tanto o mas que en el caso del supuesto espionaje chileno. Ambos mandatarios no solo públicamente se prodigan insultos, se acusan mutuamente de intervencionismo y de operaciones de Inteligencia, a uno y otro lado de sus fronteras cruzan perseguidos de la justicia, inocentes o no, buscando refugio a procesamientos judiciales en sus respectivos países. Lo mas revelador. Perú acusa a Bolivia de una alianza secreta con Chile para recuperar una salida al mar. El cuadro no es el mejor
Hacia donde mirar
Lo estrechos vínculos de Evo Morales con Hugo Chávez, que van desde los comerciales, diplomáticos hasta de Defensa e intervención militar en suelo boliviano, evidencian el hilo conductor hacia la Inteligencia venezolana, fuertemente desplegada en Bolivia y asistiendo en la represión a sectores de la disidencia de Morales. La que cuenta con la penetración de cuadros cubanos pertenecientes a la mas efectiva estructura de organismos de la rama de Inteligencia en Sudamerica. Dentro de esta estructura se encuentra la Dirección de Inteligencia Militar DIM cuyo objetivo es recopilar información sobre las fuerzas armadas de otros países y se encarga también de la inteligencia de señales SIGINT (a través de la Base de Lourdes que opera con Rusia).
Así, dentro una macro-planificación desarrollada hace años por el alto mando de las Fuerzas Armadas de Venezuela, quienes siempre han tomado en cuenta la hipótesis de un conflicto armado con Colombia, análisis de probables aliados de EEUU y Colombia y en pos del expansionismo ideológico chavista, no es tan aventurado en sospechar de la Inteligencia Cubano-Venezolana que si ha estado en un proceso de acumular Inteligencia de todo orden dentro de su macro-plan de expansionismo ideologico y con miras a la posibilidad cierta de una guerra en la región. No es Chile quien esta en proceso de expansión política, terriorial o económica. Por lo que es prudente mirar con mas atención a lo que dicen los rastros de la operación del SO FAP Victor Ariza.
Es mas lo que dice, en como se hicieron, las cosas, que lo que no dice.
En la práctica, y gracias al exacerbado sentimiento hostil antichileno en Perú fue predecible una reacción peruana.
Solo bastaba enviar a realizar las tareas de campo a un par de operativos, perfectamente chilenos, pero sin vinculación a la FACH, y que prestaran servicio a organismos de Inteligencia Venezolanos, u de otro Estado, que operaran desde lugares públicos perfectamente rastreables en Santiago, y por medios de empresas privadas de correo, con oficinas en la misma capital. Algo así como mandar a dejar los efectos de una parranda en casa ajena.
Aun podría la contra Inteligencia peruana haber infiltrado la red, haberla descubierto y de todos modos usarla convenientemente contra Chile.
Es un tema, como todo lo concerniente a la Inteligencia militar, que quedara en la neblina de la historia.
Sea lo que haya sido, lo que si queda claro es que Chile debe replantear su política exterior frente a naciones declaradamente hostiles, reconfigurar su Cancilleria, Ministerio de Relaciones Exteriores y política de Defensa. Quienes deberán marcar, desde una posición asimétrica, las relaciones con dichos Estados. Utilizando las sinergias competentes para posicionarle en una base sólida, proactiva, anticipativa y con capacidad de proyección de los intereses del Estado Chileno y sus habitantes.