PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010

PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010
BICENTENNIAL MILITARY ARMY OF CHILE 2010

REPORTAJES ESPECIALES E INFORMACIÓN ADICIONAL

domingo, 24 de octubre de 2010

LA VIDA DE LOS HIJOS Y FAMILIARES DE LOS LIDERES DEL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

Una de las falencias graves de que adolecen nuestras izquierdas latinoamericanas, es que con el tiempo, los movimientos político-sociales de carácter "progresista", anti-imperialista y todo otro apellido con que suelen autodenominarse, una vez en el poder, ya sea por la vía armada violenta o democrática para luego consolidarse en Estados Forajidos Totalitarios, todas conforman castas de poder que gozan, abusan y defienden todo aquello que denunciaron como abominable y meritorio de eliminar de la sociedad.
En el siguiente articulo de Carlos Vilches Navamuel se da buena cuenta del estilo de vida glamoroso, lujoso y para decirlo en los propios términos bolivarianos, burgués capitalista e imperialista de las propias familias de los lideres revolucionarios de las izquierdas latinoamericanos

Los fanáticos y seguidores del Socialismo del siglo XXI no tienen la menor idea del poder que tienen sus líderes, tampoco se imaginan como viven sus familias o como crecen sus patrimonios y sus “chequeras”. Aquí unas breves “pinceladas” de algunos de ellos.
Hace unos días dio la vuelta al mundo un correo electrónico con una información sacada de una revista brasileña donde nos relataba cómo una persona que era empleado de un zoológico de Sao Paulo hace solo cinco años con un sueldo de $750 dólares pudo comprar una “fazenda” (hacienda) de $27 millones de dólares, situada, en la región del Municipio de Valparaíso, en Sao Paulo, Brasil.

Esta es la fabulosa hacienda Fortaleza, situada, en la región del Municipio de Valparaiso, en Sao Paulo,Brasil, que ha sido comprada este año por uno de los nuevos millonarios brasileños. En este caso se trata del hijo del líder sindical, defensor de los pobres del mundo y los parias de la tierra, el actual Presidente del Brasil, Luis Ignacio Lula Da Silva

¿Quién es este personaje tan “corajudo” que pasó de simple empleado a poderoso propietario de la Fazenda la Fortaleza? 

La respuesta es nada menos que Fabio Luis Da Silva, “Lulita” como lo conocen todos, el hijo mayor del querido presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva. Además "Lulita" hoy en día es socio de una gigante telefónica en Brasil. (ver link con noticia pinchando aquí)

Más al norte en Venezuela, nos encontramos con la familia de un ex coronel golpista Hugo Chávez Frías actual presidente de Venezuela y líder del Socialismo del Siglo XXI, los hijos y sobrinos de este personaje tan polémico se la pasan viajando por el mundo, asisten a conciertos internacionales, se codean con famosos, viven y disfrutan de las mieles que brinda el capitalismo.

 Hugo Chávez hijo, rumbo a las playas de Cuba junto a sus amigos transportados en un helicóptero de la FAV

 "Huguito" y amigos whisky en mano, gozando la revolución proletaria y anti imperialista. Patria, Socialismo o Muerte !!!

Yates, motocicletas de lujo, aviones privados, carros deportivos, pistolas, fusiles, relojes de oro, camionetas y cuantos placeres ofrece la burguesía son las que disfrutan estos hijos de la revolución bolivariana pero que hipócritamente desprecia su líder ante sus seguidores. (ver mas fotos de Chávez junior pinchando aquí)
Abajo en el sur, en Argentina tenemos a los Kirchner cuyo capital ha crecido supuestamente por la plusvalía de sus inversiones. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner es obsesiva por su vestuario y sus compras por este rubro ascienden a $350.000 dólares al año.
Una noticia reciente nos dice que la hija menor de esta familia, Florencia Kirchner se fue a estudiar nada menos que al “imperio del norte” para ser más exactos a New York donde optó por estudiar un curso de dirección en la conocida y prestigiosa New York Film Academy. (Ver link pinchando aquí)
 
La adolescente Florencia Kirchner mal utilizo el avión oficial que integra la flota presidencial que recorrió 3000 kilómetros sin pasajeros para ir a buscarla, y luego regresó a Olivos con solo una pasajera, ella. (Ver link con esta noticia pinchando aquí) 
En Centroamérica un poco más moderados, nos encontramos con los hijos de Daniel Ortega presidente de Nicaragua, Maurice y Laureano Ortega Murillo de 24 y 27 años viven y estudian en Costa Rica, no en Nicaragua en la revolucionaria educación pública,  desde el 2007 y como verdaderos burgueses en un exclusivo residencial para ricos, viajan continuamente y siempre lo hacen en vuelos comerciales en primera clase. Datos de Migración y Extranjería nos dicen que entre Enero del 2007 y octubre del 2009, Maurice realizó 151 viajes, y su hermano Laureano hizo 162, ambos con su pasaporte diplomático.

MAR PARA BOLIVIA...PERO ¿PARA QUÉ?

"A mí me gustaría(…) que el Presidente de la República aproveche todo este capital internacional que tiene hoy día, para que tengamos una solución al tema marítimo boliviano". 
Marcelo Brunet

Con esa frase Pablo Longueira reabrió un tema que parecía bastante cerrado para nosotros. El destino ha hecho que nuestro océano –llamado paradojalmente Pacífico- haya sido y siga siendo fuente de tanto conflicto con el vecino país.
Se debe destacar del senador Longueira la habilidad de levantar comunicacionalmente temas con facilidad y posicionarlos en la discusión pública. Sin embargo, en este tema, por el afán de pretender aparecer menos conservador, se concede en forma innecesaria y gratuita un punto al vecino país, en desmedro de los intereses del propio.
Formalmente, porque el mecanismo que propone para resolver el conflicto es imposible jurídicamente. Propone para ello un plebiscito, pero éste no es una instancia constitucional para resolver estos temas. Para ello existe un Congreso –del cual él es parte- y una institucionalidad que debe respetarse: conforme con nuestra Constitución los plebiscitos son sólo permisibles en conflictos entre el Ejecutivo y Legislativo en el curso de una reforma constitucional y en los casos de consultas comunales. El mar para Bolivia no califica en ninguno de tales casos.
Pero el problema está en el fondo del asunto: sin pretender utilizar argumentos nacionalistas trasnochados, y más allá de los legalismos a los que podría echarse mano para justificar una negativa, hay razones para pensar que ninguna concesión chilena en la materia resolvería gran cosa. Al contrario, cualquier gesto distinto al de nuestra posición histórica pudiera solo generar mayores desavenencias en el futuro con Bolivia.
La prensa local habla del “el injusto enclaustramiento al que es sometido Bolivia” (Jornada); y que “Bolivia clama justicia para volver al Pacífico” (El Diario). El propio presidente Morales afirma cada vez que puede que ``más temprano que tarde'' su país obtendrá una salida soberana al Océano Pacifico y que ``Nuestra posición es algo irrenunciable''.

¿Puede ser sólo el mar causa de tanto adjetivo? ¿será el mar (realmente) el problema?
La paradoja del tema que los bolivianos denominan “la problemática del mar” es que aquel no se resuelve sólo con mar, pues el Tratado de 1904 señala en su artículo sexto que: “la República de Chile reconoce en favor de la de Bolivia y a perpetuidad, el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico”. Ello, evidentemente, no bastó. Porque es ahí donde nace el problema: para Bolivia, el mar no es solo una reivindicación patriótica: el Pacífico, para ellos, es símbolo de desarrollo, de progreso económico, en síntesis, la razón por la que, para ellos, su pueblo es inmensamente pobre y el nuestro, injustamente rico.
Tal emotividad sólo se entiende haciendo el ejercicio de reemplazar la palabra “mar” por la de “desarrollo”, que parecieran ser sinónimas en el paradigma boliviano. Sin duda, para ellos lo ignominioso, lo injusto, lo abusivo, es que nuestro país haya alcanzado un crecimiento superior al de ellos y que los bolivianos atribuyen–correcta o erróneamente- al mar. 
Así, cualquier alternativa que ofrezca Chile, salvo garantizarles desarrollo y crecimiento económico garantizado a los bolivianos -cosa lejana a nuestras posibilidades- siempre será insuficiente. Porque ante sus ojos nosotros somos los responsables históricos de lo que les pasa.
Los problemas de nuestros vecinos seguirán exactamente igual al día siguiente de que Chile les hubiere entregado soberanía marítima, y al subsiguiente, y al año y al siglo después. Ello dice relación con un asunto difícil de entender desde nuestra frontera, dada su naturaleza subjetiva. Las expectativas desmedidas que los propios bolivianos han generado respecto de una eventual salida al mar, sin duda sobrepasan con creces el tamaño del Océano.
No es verdad que los 42 países mediterráneos que existen en el mundo sean todos pobres, ni es casualidad, por otro lado, que Bolivia se encuentre dentro de los que 30 menos desarrollados y más pobres del planeta. No es la falta de mar la que ha hecho que Bolivia haya tenido 91 presidentes en 181 años de vida independiente, uno cada dos años. No es culpa de la carencia oceánica que Bolivia ocupe el lugar 117 entre 159 países en índices de corrupción. No es la falta de mar lo que ha hecho que los bolivianos hayan hecho mal las cosas, como las hizo Chile durante años.
El prestigioso escritor boliviano Edmundo Paz Soldán afirma que “Es cierto que nuestro desarrollo como nación pudo haber sido otro si no hubiéramos perdido nuestra salida soberana al Pacífico. Pero también es cierto que a veces hemos utilizado ese argumento como una excusa para justificar nuestro atraso. ¿Chile es el único culpable de todas nuestras desgracias? No lo creo. Los culpables principales son la gran mayoría de nuestros gobernantes, que, entre muchos otros de sus grandes errores, han manejado este asunto demagógicamente
Hasta que Bolivia se dé cuenta que su porvenir no proviene forzosamente del mar, sino de sus políticas públicas, de la liberalización de sus mercados, de creer en la libertad de empresa, no podrá liberarse del subdesarrollo y de la pobreza. Y nosotros, los chilenos, no podemos resolver eso. Ni siquiera ofreciéndoles nuestro mar.

ECONOMÍA: LA DEBACLE ARGENTINA "ESTE GOBIERNO ES DEL AJUSTE Y POR AHORA LA GENTE NO SE DA CUENTA" MARTÍN REDRADO

En una entrevista exclusiva con WE, el ex presidente del Banco Central advierte sobre la falta de inversión en el país y su efecto inflacionario. Analiza también el proyecto de distribución de ganancias de Recalde y dispara: “La suerte de los Kirchner está indisolublemente atada a la alianza que mantienen con el titular de la CGT, Hugo Moyano”.

La pantalla del televisor LCD está clavada en CNN. La guerra de monedas es el disparador de ese informe que aparece por detrás de Martín Redrado, a ocho meses de su áspera salida de Reconquista 266. Al ex presidente del Banco Central, sin embargo, se lo nota cómodo en un escenario en el que el mundo financiero es protagonista tanto a nivel global como local. Y, tal vez porque ya no tiene el traje de la función pública sino el de consultor internacional y local, no ahorra definiciones. En una entrevista con WE describe a Cristina Kirchner como "la presidenta que perdió una gran oportunidad", al ministro Boudou como "un político más que un economista" y al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, como un "voluntarista mesiánico". Redrado analiza también la creciente conflictividad sindical, el futuro de la guerra de monedas y el devenir del dólar en un año electoral. Dispara que "este es el Gobierno del ajuste" y responde también cuando se le pregunta por qué fue parte.

¿Cuánto peligro corre la economía argentina en 2011?
La economía argentina tiene hoy un flujo externo que le permite dar un espacio para que las distorsiones sigan acumulándose, pero yo veo que a diferencia de otras transiciones, la que viene en 2011-2012, no tiene que ocurrir en medio de una crisis. Está todo dado como para que la Argentina pueda resolver sin una crisis las distorsiones o las que podrían aparecer como callejones sin salida o bombas de tiempo, que se van dejando en materia económica. Obviamente lo que aparece en los últimos tiempos, mirando los números de comercio exterior, es el crecimiento de las importaciones, a un ritmo del 42-43 por ciento interanual, y el crecimiento de exportaciones que viene solamente de la mano de productos primarios y de precios, además de una cosecha muy mala como fue la de 2009.

¿Qué es lo que implica ese porcentaje de crecimiento en las importaciones?
En la Argentina no hay inversión y se prefiere importar antes que producir una nueva línea de montaje. Además, hay un incipiente problema cambiario, donde hoy tenemos una política económica pro inflacionaria que no se espiraliza porque el caballo tiene dos riendas, una es el tipo de cambio, y la otra es la alianza con Moyano, que te permite tener reclamos de salarios que no vayan por encima de un 30%. Por lo tanto, los problemas de distorsión en la Argentina, donde se utiliza el ancla cambiaria y la alianza sindical como para generar una economía que no pase de los 30 puntos de inflación, va generando importantes distorsiones. Por ejemplo, en el sector energético. Lo estamos viendo ahora también en una economía que va comiéndose los stocks, o para decirlo más sencillo, se va comiendo las alcancías. Lo bueno es que las tenés, pero te las vas comiendo. La primera alcancía era el campo, llevando los impuestos hasta el máximo posible, hasta que se llegó a un extremo. La otra alcancía fueron las AFJP, la otra el Banco Central, que sin duda te está mostrando que también tiene un límite porque a pesar de que se dice “hay más reservas”, todo el mundo sabe que eso es una mirada tuerta.

¿Está emitiendo más? ¿Hoy el BCRA tiene un rol más de emisor?
Sí, por supuesto. Todas las variables están creciendo el 30%, cuando antes en 2009 lo hacían al 15%, en términos de cantidad de dinero. También yo siempre hago la diferencia de que, esto iría como recomendación de política económica para toda América Latina, porque el gran tema en la región es cómo administra la bonanza, y estoy convencido de que acá lo que estamos generando es una política procíclica, en términos de no ahorrar en las épocas de vacas gordas para poder estar mejor en las épocas de vacas flacas.

¿La inflación es la mayor de las distorsiones?
Hay una cantidad de distorsiones, quizás la primera y más gráfica es la que está ocurriendo en materia de inflación y tipo de cambio. Las segundas son las distorsiones sectoriales, que generan que el gran problema en la Argentina sea una economía que camina renga, que está muy basada en el consumo, y muy baja en inversión. Y el efecto es directo. Hace poco un empresario me decía: “A mí me pueden decir cuánto tengo que pagar de salarios, me pueden decir a qué precios tengo que vender, pero nadie me puede obligar a invertir”. Vos podés controlar, toquetear todo, el resultado es que tenés poca o muy baja inversión, y bueno creo también que algunas distorsiones de precios, como por ejemplo en el caso de la energía, son muy serias. Cómo se desactiva esta bomba de tiempo de subsidios es clave.

¿Cómo lo haría usted?
Fundamentalmente cambiando el perfil de subsidios, pasaría del subsidio de la oferta hacia el subsidio a la demanda, y en particular ahí creo que se no se ha hecho un buen trabajo en el Gobierno, y es la base de datos que tiene Anses de identificación de las 10 millones de personas que hoy están por debajo de la línea de pobreza. A esas personas es donde tiene que llegar, que paguen el tren, la luz, el subte, el colectivo, la leche, que sigan pagando lo mismo, y hacer un programa gradual que tiene que ver con cómo, en un programa de 5 años, vas bajando de 10 millones de pobres a 5 millones. Entonces de esa manera, en la medida en que van saliendo de la pobreza gradualmente se puede plantear un camino crítico de normalización de precios que es fundamental.

¿Por qué los Kirchner en siete años de gestión y con crecimiento sostenido de la economía no pudieron bajar la pobreza significativamente?
Creo que fue un esquema que no estuvo basado en la expansión de la capacidad instalada, de la producción, sino que estuvo basado en el consumo. Es importante pero como todo en la vida, debe tener un equilibrio. Tampoco coincido con aquellos que piensan que sólo se puede vivir exportando, y por lo tanto no importa el mercado interno. Pero el trazado de las políticas económicas ha sido netamente cortoplacista. Una vez discutí con un funcionario, le dije que lo que le falta a este gobierno es largo plazo, y me decía “un buen día a día hace a un buen largo plazo”, y yo le decía no, porque decisiones de largo plazo no se toman mirando el día a día. Cuando uno mira en términos de políticas de expansión, de capacidad instalada, de políticas que se estén pensando a 5 a 10 años, obviamente nadie está pensando en esos plazos.

Ahí entra la economía de subsidios…
Es cierto que una economía que basada en subsidios genera un modelo político, cuya base de sustentación le permite también tener un nivel de salud política. Creo que lo que genera esto es la discrecionalidad. Es el Gobierno el que da los subsidios, el que da los aumentos a los jubilados, o los subsidios para la niñez, así surge una base electoral de fidelización.

¿Por eso el rechazo al 82%?
El 82% se rechaza por quitarle la discrecionalidad al gasto. Algo que el Gobierno siempre quiere y que yo he señalado también con mi salida del Central. Este es un gobierno que no quiere límites. No quiere límites en lo económico, en lo político. No quiere límites también en que la sociedad sepa cómo y cuando se está gastando. Es mucho más fácil manejar la tecnología del teléfono. Decirle a la Anses “prestale a tal o cual” es más sencillo que transparentar y generar reglas de juego. Así se genera una economía de favores con gobernadores, empresarios. Si generás un esquema transversal donde la distribución es amplia y equitativa no debés favores. Discrecionalidad versus transparencia es la cuestión.

Pareciera ser que en el caso del 82%, sin embargo, es el Gobierno el que cuida la caja…
La oposición ha fracasado en plantear qué se gasta y cómo. No hubo cálculos actuariales pero sí superficialidad. Me parece que la discusión fue planteada en términos de blanco o negro sabiendo que el Gobierno no negocia sino que impone. La oposición se subió a esto. La falta de solvencia intertemporal es uno de los problemas de la Argentina, con la foto sí es pagable pero cuando uno mira cálculos actuales hay que verlo con cuidado.

Esta semana el FMI recomendó enfriar la economía…
No se trata de enfriar. Me parece que el Gobierno con plantea “nosotros somos expansión y la oposición y el Fondo, todo lo distinto: es ajuste”. Estoy en desacuerdo. Debe haber políticas que incrementen la competitividad que permitan aumentar el flujo de inversiones. Este gobierno es el del ajuste porque por primera vez cuando uno mira cantidad de ventas de alimentos en agosto versus julio aparece una caída medida en cantidades. El salario de la gente no alcanza para comprar los alimentos básicos. Se ve en los números y también en los súper. El ajuste se hace por políticas inflacionarias. La gente no se dio cuenta por ahora.

Pero usted también formó parte de este Gobierno…
- Siempre consideré que el rol del presidente del Banco Central era cuidar tres variables: las reservas como garantía de los ahorros de los argentinos, el tipo de cambio y creo y creí, contrariamente a lo que piensan algunos, que no había que apreciar el tipo de cambio. La volatilidad cambiaria va en contra del crecimiento del PIB. Durante nuestra gestión hubo infinidad de rumores: corralito, corralón y nunca ocurrió nada de eso. Me ocupé de decir inconsistencias como el Indec y los informes de inflación del Central que en muchos casos no trascendían. Mi participación la vi como una contribución profesional al momento histórico, haciendo lo que creía que era mejor para el país y por supuesto para el Gobierno. En términos de inflación, perdimos una oportunidad histórica porque 2009 marcaba una tasa real del 14% y en lugar de trabajar sobre acceder a mercados de crédito el foco fue otro. El mundo después del 2008-2009 se ha transformado en un lugar donde los economistas somos keynesianos, pero hay keynesianos consistentes y keynesianos inconsistentes. En general los inconsistentes son los que dicen gaste, gaste, gaste y de alguna manera lo financian.

¿Dónde juega el ministro Amado Boudou?
- En ningún lado porque es más un político que un economista. Y los keynesianos consistentes decimos tengamos gastos de acuerdo al nivel de crédito que genera la economía. Creo que a nivel económico se perdió la oportunidad de haber estabilizado la inflación en un 14% en lugar de haberla duplicado.

¿Qué balance hace de la gestión de Marcó del Pont?
- No me gusta hacer comentarios ad hominem o ad feminem, pero la verdad es que acá la persona importa poco. Puede ser, Mercedes, Pedro, Juan, lo cierto es que hay una decisión política de tomar al Banco Central como caja de financiamiento. Y hacerlo con efecto monetario. Se está creando más moneda de lo que la economía argentina soporta, a una economía que ya tiene tendencia inflacionaria. Hoy claramente se ha buscado un modelo del Banco Central financiador del gasto, sin ningún tipo de restricciones y pro inflacionario.

¿Qué pasará con el Club de París? ¿Se puede evitar al FMI?

- Siempre hay que buscar soluciones imaginativas, sobre todo en un mundo donde estamos en la redefinición de la arquitectura financiera internacional. Pero si uno va a pedir que te reestructuren una deuda, debe tener alguien que le diga que los números son confiables. Y alguien obviamente que no sea uno. Si la Argentina quiere no pagar al contado o no pagar en un período de un año y medio, como lo han hecho algunos países, y quiere un período de 6-7 años de financiación, necesita alguien que le ponga un sello de calidad a los números que tiene. Si no nos gusta el Fondo, tenemos que buscar a alguien en el mundo internacional que tenga un paraguas de credibilidad.

¿La guerra entre el Gobierno y los grandes medios puede tener impacto económico?
- Muestra un patrón de comportamiento de no aceptar el disenso y de generar una sociedad de fragmentación, de “no quiero límites”. Ni en el BCRA, ni en la Corte, ni en los medios. Genera una tendencia a una sociedad más confrontativa que es difícil de revertir. Cortoplacitis y falta de confianza es el principal problema de la economía argentina

EL FUTURO DE LA IZQUIERDA EN LATINOAMERICA

Joaquín Villalobos
La caída en combate del “Mono Jojoy”, líder militar de las FARC de Colombia; la pérdida de la mayoría electoral del gobierno de Chávez en Venezuela y el anuncio de que el régimen cubano despedirá 500.000 trabajadores, son hechos interconectados que marcan el principio del fin de la izquierda autoritaria latinoamericana. Paradójicamente, esto no dará ventaja a las derechas, sino a las izquierdas democráticas, ilustradas y pragmáticas, ya que las derechas dejarán de contar con los fantasmas de la izquierda autoritaria que tan útiles les han sido para crear miedo.

Paraguay, Argentina, Chile, Uruguay, Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Guatemala, El Salvador, Panamá, República Dominicana, Nicaragua y Honduras son países en los que las izquierdas están gobernando o ya gobernaron. En México, Costa Rica, Perú y Colombia hay varias izquierdas, si asumimos al PRI, a Liberación, al Partido Liberal y al APRA como tales, podemos concluir que la totalidad del continente es o ha sido gobernado por la izquierda. Muchos ex guerrilleros y luchadores sociales son ahora alcaldes, diputados, magistrados, jefes de policía, ministros de gobierno y presidentes en los distintos países. La democracia convirtió a la izquierda en la fuerza más organizada, con mayor soporte y con más poder del continente. La única dictadura real está ahora en Cuba y es de izquierda.

Es evidente, entonces, que la violencia revolucionaria perdió sentido, aunque sin duda estuvo justificada contra las dictaduras como recurso de última instancia. La violencia espontánea puede producirse incluso bajo condiciones democráticas en cualquier parte, pero, en esas mismas condiciones, la violencia organizada se vuelve reaccionaria porque constituye una radicalización artificial que bloquea los cambios. Las FARC, luego de la muerte de su ideólogo Jacobo Arenas, entraron en un severo proceso de descomposición al dedicarse al narcotráfico, sin embargo, muchos desde la izquierda, se han resistido a reconocer esto, no aceptan que la violencia revolucionaria sea ahora reaccionaria y persisten en la visión religiosa que le asigna a ésta un rol ideológico purificador permanente. Eso explica por qué algunos desde las izquierdas no condenan a las FARC, y los conflictos de Colombia con Ecuador, Venezuela y grupos de la izquierda europea y latinoamericana. La derrota política y militar de las FARC acabará con estas ambigüedades.

Chávez ganó la elección de 1998 con el 56% de los votos, la del 2006 con el 62% y su popularidad promedio ha sido de 60%. Desde el 2009 comenzó a caer y en la reciente elección su partido obtuvo sólo el 48% de los votos. El gobierno de Chávez es estructuralmente ineficiente, porque no tiene equipos de técnicos, sino activistas políticos a los que rota o expulsa constantemente de los ministerios. Su rol como gobierno de inclusión de sectores marginales está concluyendo y ahora esos mismos sectores le demandan más eficacia y menos retórica. Chávez no tiene posibilidad de resolver antes del 2012 los problemas de inseguridad, inflación y escases en que mantiene a Venezuela y la radicalización de su “revolución” los agravará aún más. Por lo tanto, su popularidad seguirá decreciendo. Todo depende ahora de que la oposición se mantenga unida para que Chávez sea democráticamente derrotado. En la elección del 2012 podría realizar un fraude que desataría conflictos adentro y afuera de Venezuela, sin embargo, tiempo más, tiempo menos, la oposición ya está en el camino de la acumulación de fuerzas y Chávez en el contrario; la cuenta regresiva ha comenzado.

Durante décadas, el “ser o no ser” para las izquierdas ha estado determinado por la posición frente a Cuba. Activistas y presidentes aceptaron a Cuba como el Vaticano y a Fidel como el Papa. La posición beligerante de Estados Unidos contra Cuba facilitó que así fuera. Se puede pensar y actuar diferente, pero cuestionar a Fidel y al modelo cubano ha establecido la diferencia entre la “traición” y la “lealtad” al ideario de la izquierda. Esa lealtad acrítica olvida la bancarrota económica y la degradación social y moral que sufren millones de cubanos por falta de trabajo real y libertades.

En 50 años la revolución no logró desarrollar las fuerzas productivas, no hubo industrialización, la producción de azúcar cayó a niveles de hace un siglo, Cuba importa el 80% de lo que consume y no tiene como pagarlo. Desde el punto de vista marxista, el desarrollo económico es el factor determinante para el progreso. Sin eso, la educación y la salud no son sostenibles ni representan progreso, sino propaganda ideológica. Los mal pagados doctores cubanos son en realidad un aparato de activismo político internacional.

Cuba sigue siendo un país atrasado y pobre como muchos otros del continente, la diferencia es que en los otros hay libertades. Costa Rica, Uruguay y Chile superan por mucho a Cuba en el balance entre libertades, productividad y desarrollo social. La Revolución Cubana jugó un papel decisivo en modificar la política de EEUU hacia el continente, en la democratización de Latinoamérica, pero pagó un altísimo costo interno, su modelo, tal como lo reconoció Fidel, “ya no funciona”.

La situación en Cuba ha llegado al límite, las reformas no se hicieron a tiempo ni con la gradualidad requerida. Ahora, el régimen plantea despedir 500,000 trabajadores a un promedio de 83,000 por mes. Sin resistencia de sindicatos, ni protestas de los globalifóbicos, este sería el “ajuste estructural” más brutal del continente. Ni Pinochet, ni Fujimori, ni Menem hicieron algo semejante. El supuesto de esos despidos es crear un sector privado, pero eso es imposible con consumidores empobrecidos, sin una economía productiva funcionando, sin crédito, sin productos, sin haber liberado a plenitud el derecho a enriquecerse como lo hicieron los chinos y queriendo cobrar elevados impuestos. El efecto de la medida no será por lo tanto un milagro económico, sino una gran tragedia humana y un peligroso conflicto social en el que se combinarán los descontentos de quienes quedarán en la miseria con los de quienes comenzarán a volverse pequeños ricos.

Con la derrota de las FARC muere el último remanente importante que sostenía a la violencia como instrumento de cambio, con la derrota de Chávez moriría el soporte material que ha permitido prolongar la vida de la dictadura cubana, y con el fin del régimen cubano moriría el símbolo que ha dado cohesión al extremismo de izquierda en el continente. El fin de esta trinidad reducirá el espacio a los tres ejes de la estrategia de la izquierda autoritaria: el victimismo profesional como discurso para ganar adeptos; la retórica y la lamentación como análisis político; y el revanchismo, la intolerancia y la división de la sociedad como programas de gobierno. La etapa contestataria de la lucha de la izquierda latinoamericana está concluyendo, seguro persistirá bajo formas marginales y en grupos de presión, pero nadie podrá ni relevarle ni reconstruirle sus referentes de poder. La izquierda democrática tiene que asumir el reto de hacer valer la justicia, la solidaridad, la equidad y el desarrollo en un mundo globalizado, sólo que tendrá el camino más libre para una lucha que ahora es más un reto intelectual que un desafío heroico.