Las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional), ambos grupos de extrema izquierda ligados al narco-terrorismo y con apoyo de Hugo Chávez, se encaminan hacia la unidad para enfrentar "con firmeza y beligerancia" al Gobierno democrático y constitucional del presidente colombiano, Álvaro Uribe, anunciaron los mandos de ambas guerrillas en un comunicado conjunto difundido este miércoles por internet.
"Solo la unidad y acción decidida de los colombianos patriotas, de los revolucionarios y de todos quienes guardamos esperanzas en la solución armada podrá detener la guerra, hallar la paz y hacer posible la construcción de una Colombia Nueva, una Colombia Revolucionaria", añadieron las dos instancias rebeldes.
Es una Colombia que debe incluir a todos "en la definición de su destino (y) que no será ajena a las nuevas dinámicas que hoy se viven en nuestra América", prosiguieron los mandos guerrilleros.
El camino hacia la unidad de acción fue trazado en una reunión que se llevó dentro de "un ambiente de fraternidad y camaradería", aseguraron los rebeldes, que indicaron que en ella abocaron "con sinceridad y transparencia el análisis del momento actual, las perspectivas y el compromiso que como revolucionarios nos asiste".
"Igualmente abordamos las dificultades que se han presentado entre las dos organizaciones", continuaron el Secretariado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Coce (Comando Central) del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
La época del encuentro no fue precisada por las jerarquías guerrilleras, que fecharon el comunicado en "noviembre de 2009", en las "Montañas de Colombia".
Las delegaciones en esa cita tampoco fueron precisadas por los dos grupos insurgentes, liderados por "Alfonso Cano", de las FARC, y "Gabino", del ELN, alias de Guillermo León Sáenz y Nicolás Rodríguez Bautista, respectivamente.
En la conferencia, los mandos también acordaron "parar la confrontación entre las dos fuerzas a partir de la publicación de este documento".
Algunos reductos de ambas guerrillas han mantenido desde hace varios años cruentos enfrentamientos en Arauca (frontera este con Venezuela) y Nariño (límite sur con Ecuador).
Asimismo, llegaron a los consensos de "no permitir ningún tipo de colaboración con el enemigo del pueblo, ni hacer señalamientos públicos".
Además, acordaron "hacer uso de un lenguaje ponderado y respetuoso entre las dos organizaciones revolucionarias".
"Asumimos el compromiso de habilitar los espacios y mecanismos que permitan esclarecer y encontrar las verdaderas causas que nos han llevado a esta absurda confrontación en algunas regiones del país, superarlas y trabajar por resarcir los daños causados", prosiguieron los mandos rebeldes,
Lo que debe primar es "el análisis y la controversia crítica, franca y constructiva que coadyuve a la unidad y la fraternidad revolucionaria", dijeron luego, para apuntar que el enemigo de ambos es "el imperialismo norteamericano y su oligarquía lacaya esparcida en algunos gobiernos latinoamericanos"
"En su contra, comprometemos toda nuestra energía combativa que proyectaremos en alianza junto a otros grupos o nacientes instancias revolucionarias en esos países. Es un deber revolucionario", enfatizaron las dos jerarquías, que ratificaron unas "normas de comportamiento" que aprobaron en 1990, durante una "cumbre de comandantes".
"En su contra, comprometemos toda nuestra energía combativa que proyectaremos en alianza junto a otros grupos o nacientes instancias revolucionarias en esos países. Es un deber revolucionario", enfatizaron las dos jerarquías, que ratificaron unas "normas de comportamiento" que aprobaron en 1990, durante una "cumbre de comandantes".