PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010

PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010
BICENTENNIAL MILITARY ARMY OF CHILE 2010

REPORTAJES ESPECIALES E INFORMACIÓN ADICIONAL

martes, 21 de abril de 2009

PERU REPARA SUS MIG 29 (Haga click sobre la imagen para agrandar)




Con el propósito de mantener la operatividad de las Fuerzas Armadas de Perú, la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) de es país aprobó ayer una transferencia financiera de S/. 160’ 220, 724 al pliego del Ministerio de Defensa, para el mantenimiento y reparación de aviones MIG-29 y la compra de material antitanques. Para el caso de los misiles SS estamos refiriendonos al misil Spike, Raphael de origen Israeli. Tambien presente en las FFAA de Chile. Dicha adquisición peruana es mucho mas barata y rapida que renovar su obsoleta fuerza mecanizada, T-55 versus el versatil Leopard 2A4 chileno.
Del citado monto, se transfiere 114 millones 834 mil 984 nuevos soles a la Fuerza Aérea del Perú para el mantenimiento y reparación de los referidos aviones de guerra.
Asimismo, 45 millones 385 mil 740 nuevos soles para la adquisición de misiles especiales para tanques (existen versiones que calculan unas 300 unidades), operación que estará a cargo del Ejército.
La resolución de transferencia fue publicada en el boletín de Normas Legales de El Peruano (versión peruana del Diario Oficial de Chile) y lleva la firma del premier Yehude Simon.

VER VÍDEO DE MIG 29 PERUANOS QUE ESTARÁN OPERATIVOS AQUÍ

VER VIDEO DE MISIL ANTITANQUE AQUI

VER LINK DE FABRICANTE MISIL SPIKE AQUI

WEB DEL EJERCITO DE PERU BLOQUEDA


Para todos los que traten de acceder desde IP localizadas en Chile, aun cuando se usen servidores no ubicados en Chile, no podrán acceder a la web del Ejercito de Perú. Esta medida ha sido tomada poco antes de la presentación por parte de Perú de su demanda marítima ante la Haya a fin de resguardar su intranet de ataques informáticos de hacker civiles o militares chilenos.

ANALISIS GENERAL INTERNO Y VECINAL CHILE 2009

INTRODUCCION:

El presente análisis de la actual administración de la Presidenta Michel Bachelet, la confluencia política interno, las razones de las problemáticas socio-políticas y de cómo inciden estas en el acontecer nacional del país en el momento actual, tiene por objeto analizar desde una perspectiva amplia y de mirada desde el exterior sus implicancias incidiendo estas en el desarrollo de estas en áreas sensibles. Las cuales transversal y obligadamente afectaran en las misma problemática interna retro-alimentando sus posibles zonas de conflicto y los posibles escenarios futuros que se posicionaran en el devenir del acontecer del país a través de los diferentes ámbitos de la vida nacional y regional. Llegando a través sus conclusiones a una visión general más objetiva del estado de la realidad político social chilena y su posicionamiento en la región, intentando establecer a través de una mirada shooting slow, las posibles soluciones a nivel macro que podrían resultar mas favorables tanto para su posicionamiento regional como en la solución de sus problemas internos a partir de los escenarios actuales. Análisis realizado abstrayéndose de la contingencia menor interna.

1.- ANALISIS INTERNO

Sobre la realidad chilena se han generado en forma aislada, casi compartimentada y desde ámbitos demasiado específicos y particulares, diferentes estudios y análisis sin que exista a nivel gubernamental, político o de centros de estudios político dirigente con capacidad de reacción, alguna acción concreta destinada y a raíz de sus conclusiones, de implementar alineadamente los debidos cauces por donde conducir los destinos de la nación y menos de conformar un ideario central, un rutero de la nación para las próximas décadas. Donde solo se ha establecido a través de los programas de gobierno de los diferentes gobiernos electos de la coalición Concertación de Partidos por la Democracia, los lineamientos generales y programas de gobierno que se abocan más a promesas de solución coyuntural momentánea de campaña de los problemas de la población, pero sin tocar problemáticas, temas o grupos de poder que o le podrían restar recursos frescos a la misma campaña en desarrollo o apoyo vital durante el futuro mandato. Específicamente condición observada en las relaciones de la Concertación y el sector de la gran empresa. Por lo que no ha existido la capacidad de hilvanar los distintos análisis surgidos, de forma global, hemisférica, regional-limítrofe, interna y particular para cada problemática que afronta el país.

Chile desde hace ya varios años da la sensación de trastabillar sin un norte claro. Sobre todo en lo solución de problemas puntuales que son altamente sensibles para la población, la cual otorga su grado de rechazo o apoyo a la Concertación en la forma que percibe directamente el posible grado de progreso y bienestar por medio de la medida de ausencia o presencia de su satisfacción en estas áreas. Las cuales generan un alto impacto comunicacional y son generadoras de zonas de conflicto.

Chile ha cambiado. Que duda cabe, eso es objetivamente una realidad. Las costumbres de hacer política, su economía, infraestructura, su forma de medirse a si misma valórica y moralmente como sociedad, como también el juicio que se hace frente a su historia reciente. En donde ha evolucionando hacia innovadoras posiciones de aceptación de posturas mas modernas de corte valórico y reformas hacia el surgimiento del deseo de primacía del género femenino, acompañadas de reivindicaciones especificas en diferentes ámbitos, las cuales han marcando la agenda legislativa de Bachelet. Se observa que dentro del periodo de gobierno de Bachelet este movimiento mas progresista no se presenta como una natural consolidación de las aspiraciones principales, urgentes y gravitantes para el gran electorado. Si no que es percibido como la realidad capsular en la que se presenta dicha gobernante, en donde el acento puesto por ella en la propuesta de reformas legislativas o promulgación de leyes directamente dirigidas a entregar medidas, herramientas y protecciones al genero femenino, sitúan el debate en una especie de guerra no declarada entre géneros, ya que la sociedad, el ciudadano común no percibe estas medidas como la solución a los problemas que enfrenta, de espectro y raíz más amplios. Percibe a la mandataria evitando tácticamente afrontar y referirse a los problemas que enfrenta su administración.

Desgraciadamente este cambio y evolución de la sociedad chilena no le ha permitido a la clase dirigente política adquirir la capacidad de análisis y reflexión para comprender y dirigir desde una posición y mirada en lo alto del silencio del proceso reflexivo, absolutamente necesario para adquirir la noción de hacia donde se dirige como país, como sociedad. Una visión y norte claro para conducir sus destino, en forma precisa, proactiva, tenaz y realmente modernizadora. Ya que la clase política perteneciente a la colación gobernante carece mayoritariamente de esa visión que le permitiría posicionarse regionalmente en condiciones más favorables a las actuales. Y principalmente, solucionar los problemas que arrastra internamente.

Hoy en día Chile se puede observar como una nación dirigida durante toda la administración Bachelet, como un gobierno sin un destino auto generado que haya sido meridianamente claro, intentando avanzar interna y exteriormente proyectando una imagen, cierta o no, pero presente en la visión de los diferentes observadores nacionales e internacionales del país, como carente de una conducción diestra, apoyada en una sólida visión de estadista, clara en sus decisiones. En donde la Jefa de Estado es evaluada como pobre de atributos de personalidad, carácter y mínimas habilidades para desempeñarse en tan alta magistratura como es la Presidencia de la Republica. Dirigiendo los destinos de la nación tanto en las decisiones que afectan lo inmediato como también interviniendo o dejando de hacerlo en las que afectaran por los próximos 30 o 50 años al país. Donde las prioridades durante la era de la coalición gobernante, especialmente las iniciativas de la gobernante equivocadamente se han puesto en áreas poco determinantes o sin relación alguna para revertir la mochila histórica de desigualdad económica presente en la realidad nacional. Desigualdad que ha sido eterno material de toda hoguera social y reivindicativa. Dichos esfuerzos legislativos se encuentran ausentes tanto en la adecuada distribución de la riqueza como en el surgimiento de las políticas e implementación de las mismas en áreas tan determinantes y sensibles que si son percibidas por el electorado como urgentes y gravitantes, como educación, sistemas de salud, nivel de satisfacción de la población frente a la justicia y su accionar contra la delincuencia, probidad, eficiencia y responsabilidad en el desempeño de sus cargos de sus autoridades electas o designadas, desarrollo tecnológico de su industria, producciones de bienes de capital con valor agregado, beneficios de la sólida liquidez y bonanza económica producto del alto precio del cobre y seguridad en el respaldo estrategico-energético. En donde no ha existido a lo largo de los años claridad ni noción por parte de los sucesivos gobiernos de la Concertación, de esta importancia estratégica de la elaboración de un plan de energía maestro que entregue al país industrial, productivo y la ciudadanía toda, la independencia energética que requiere. Este último tema ha estado absolutamente ausente desde el punto de vista de su seguridad nacional. Restándole importancia y gravitación peligrosamente.

Si bien es cierto los macro-índices económicos son objetivamente buenos hasta antes de la crisis económica mundial, considerando su PIB, y tamaño de su capacidad productiva industrial, dichos índices en la realidad no son palpables concretamente por la ciudadanía, que solo a través de un alto grado de sobre endeudamiento crediticio satisface sus necesidades de consumo, incluso básico. Donde la tasa anual en las tarjetas de crédito llega alrededor del 35%. Existiendo en la sociedad chilena una dicotomía de la sanidad económica, en donde el gran capital goza y percibe dichos parámetros positivos en contra posición de la ciudadanía que no la ve reflejada en su propia economía.

Chile más bien pareciera ser que navega a merced de los golpes de los movimientos sociales y sus propuestas manifestadas la mayoría de las veces en forma mediaticamente negativa, los cuales en ningún caso se presentan dentro de un sano marco de participación ciudadana ofrecido por la era Bachelet y su nueva forma de participación y estilo de gobierno, si no que son observados como un gobierno sujeto y obligado a reaccionar a estallidos sociales violentos. El país incómodamente se ha movido en un vaivén de reacciones urgentes, salidas y recambios de ministros más que a acciones y planes preventivos de anticipación, que podrían haber asegurado una posición más segura y cómoda para la administración Bachelet. Como habría sido la adecuada planificación para abordar con mucha anticipación materias urgentes de la ciudadanía. No olvidemos que Bachelet solo lleva un corto tiempo de gobierno, en términos políticos. Y en el corto periodo las señales que emana, sus centros de atención a los cuales se aboca, sumado a los movimientos y demandas laborales y sociales en proceso auguran escenarios bastante complejos para el próximo gobierno, dado que ha sido implantado un estilo de relacionarse con el gobierno de fuerte presión social. Los cuales podrían llegar a niveles de quiebre de la estabilidad política y por ende económica. En donde el riesgo es latente y real.

Producto de las inexistentes y adecuadas políticas económico-sociales que no se implementaron en su debido momento durante los años de gobierno de la Concertación, se fueron postergando soluciones a los problemas antes descritos y se incubo una verdadera bomba social con los resultados actuales que ponen en serio riesgo no solo la imagen país en el exterior o la baja sostenida en su clasificación de riesgo, tan vital para atraer inversión-capital extranjera, si no que además aporta un latente peligro mayor como los movimientos sociales en busca de reivindicaciones por vía de movilización y presión por la vía violenta, en variados ámbitos de la industria productiva. La ausencia total de la sincera y necesaria auto critica y reacción inmediata de la clase político dirigente, tanto gobernante como del sector de oposición ha incrementado la presión para la proliferación de estallidos al no aportar ninguno de estos dos sectores, la discusión seria y soluciones de fondo a la raíz social de la problemática.

Sin embargo la oposición ha demostrado en los años recientes que ciertos sectores de las áreas de la derecha mas cercanas a la centro derecha y de raíz cristiano católica conservadora, poseen un visión y comprensión de la problemática social mas solidaria y llana a trabajar en sus soluciones que los mismos sectores de centro izquierda de la propia Concertación o Nueva Izquierda, pero remitiéndose y abocándose preferentemente a señalar los errores puntuales de su adversario, caso a caso, puntualmente. Reduciendo de esta forma el debate a temas de acontecer diario pero de alto impacto comunicacional minimizando ostensiblemente su posible aporte a la discusión y solución de los problemas de fondo. Demostrada en la carencia de propuestas de soluciones innovadoras, creativas y proactivas. Falta de capacidad de generar movilización social y capitalizar el creciente descontento tanto por la coalición gobernante como por la objetiva falta de eficiencia como gobernante de la actual mandataria. Mirada que le es absolutamente necesaria a la oposición para aspirar a conducir sabiamente los destinos de la nación. Por ello dicha oposición es percibida en todas las encuestas serias en un nivel igual o peor que la actual administración al momento de ser evaluada por la ciudadanía.

Desgraciadamente por una continua, natural, y persistente costumbre de aferrarse al poder por parte de las estructuras políticas que rigen los destinos del país desde el retorno a la democracia, el país ha llegado a la situación de tener como Presidente de Chile a una gobernante, que independiente de su respetable genero y pasado histórico como victima de violaciones de derechos humanos, ha sido elegida principalmente por el hecho de pertenecer a ese genero en particular, ser mujer, empática y abanderada de la coalición que venia gobernando hace años y de forma comprobada desviando dicha coalición recursos del Estado para intervenciones electorales de forma maliciosa en las ultimas contiendas. Cabe señalar que el estrecho margen en las votaciones, segunda vuelta electoral y gran similitud en los lineamientos generales de los programas de gobierno de ambas coaliciones, tanto en la pasada elección presidencial como en la anterior a esta. Demuestran la mono visión y opción de la economía por las que han optado estas dos coaliciones, derivando naturalmente en el desencanto de la ciudadanía en las estructuras de poder como son los partidos políticos y su real eficacia, capacidad y validez como ente y agente social vigente para la solución de los problemas de país. Previéndose el nacimiento a corto plazo de estructuras sociales y movimientos no sujetos a las influencias y control de los partidos políticos, de carácter eminentemente ciudadano y de capacidad de presión efectivo.

Resultando electa la candidata Bachelet, por otra parte, por ausencia natural de lideres de la misma condición con condiciones de empatia y de percepción positiva por la ciudadanía frente al vació de nombres y rostros surgido una vez retirada la presencia fuerte que proyectaba una sensación de seguridad y estabilidad social, sobre todo al empresariado y que aporto la figura del ex presidente Ricardo Lagos. En donde fue mas importante para la mayoría de los integrantes de la Concertación asegurar el poder y continuidad del gobierno, sus cuotas de poder, beneficios, prebendas económicas, y posición privilegiada mediante la elección de quien fuese necesario para sostenerse en el poder para el actual periodo. Mucho más que en forma honesta y con visión de país, optar por el bien común de la nación toda. El resultado de tal decisión de la Concertación es percibido por el colectivo ciudadano como desastroso. En donde sienten que han transitado de un gobierno fuerte marcado por la bonanza económica para el gran capital, amplio prestigio internacional, pero también por la corrupción evidente, a un gobierno percibido como ineficiente e inmóvil marcado por la misma corrupción. Donde la clase política gobernante se mantiene fiel a sus intereses partidarios, personales y particulares asegurando cuotas de poder e influencia. Terreno propicio para la escalada de corrupción de que es testigo el ciudadano medio a través de los medios de prensa y los Tribunales de Justicia. Y ante la ausencia total de una conducción desde la primera magistratura apropiada, organizada, cohesionada y ausente de señales inequívocas de control preciso de los equipos políticos y ministeriales, comienzan a surgir los primeros indicios, peligrosos por cierto, de no solo caudillismos políticos que diversifican la atención y concentración de los equipos ministeriales al verse obstaculizados en sus propuestas parlamentarias y trabajo inherente, los cuales se deben abocar a solucionar emergencias más que concentrase en propuestas y trabajo efectivo. Observándose que la solución no es el cambio de nombres en las diferentes carteras ministeriales. El problema de fondo es que no se han solucionado los problemas estructurales socio-económicos, como es la desigualdad en la distribución de la riqueza. Raíz del problema. Por lo tanto la Concertación y el gobierno actual aparece bloqueándose a si mismos por las políticas de indeferencia de los sucesivos gobiernos de esta coalición. Agravada la situación por la inoperancia en la conducción y constitución de equipos político-técnicos por parte de Bachelet. En donde las tomas de espacios y reivindicaciones sociales mediante movilizaciones sociales marcadas por episodios de violencia plantean teatros de operaciones de difícil manejo, altamente confrontacionales. Anunciados y potenciados desde la perspectiva cristiana por la Iglesia Católica como la voz moral reconocida por toda la sociedad chilena, quien hace oír las primeras voces de apoyo abierto y publico a estas reivindicaciones económicos-sociales. Posturas que se han instalado en las estructuras sociales y sindicales, y de dirigentes apoyados por elementos de la izquierda extraparlamentaria, ultra izquierda y anti sistémicos que poseen visiones, estrategias y procedimientos radicales, en total y abierta lucha social contra el empresariado y las estructuras de poder y gobierno. Aquí cabe señalar que Chile paga de esta forma el costo de haber sacralizado verdaderos tótem de forma poco prudente. Acostumbrando a obtener beneficios a sectores iconos solo a través de la movilización violenta para lograr respuesta a sus demandas. Tales como la problemática de las etnias originarias mapuches y sus reclamos por terrenos, cesión de los mismos y pagos compensatorios por estos de gran cuantía. Reaccionando los gobiernos concertacionistas siempre a raíz de estallidos sociales producto siempre de problemáticas no resueltas. Nunca manejándolas con anticipación y en forma asertiva.

Las reivindicaciones sectoriales del genero femenino que han casi monopolizado la producción de propuestas del ejecutivo y sus intervenciones publicas sobre sus propuestas para dicho genero, con bajo impacto positivo en la ciudadanía y deficiente implementación de dichas reformas legales, como también el mal implementado y concepto del Gobierno Ciudadano y la auto complacencia de creer que el desarrollo económico del país, apoyado preferente y fuertemente solo en la exportación de materias primas mas que de productos con valor agregado, seria la base que proyectaría al país en su conjunto a un futuro de igualdad social ha sido un error mas. Es percibida como una apreciación alejada de la realidad. La bonanza económica, los positivos macro índices económicos que aportaron buenos dividendos al estado, mediante recaudación impositiva, precio del cobre, estricto equilibrio fiscal, solo aseguro la tranquilidad de un sector minoritario del país. Sembrando la disconformidad y rechazo ciudadano frente a la distribución de la riqueza que resultara en el escenario por venir antes descrito.

Espacio ilustrativo y especial merece la demostración de la sensación por parte del colectivo común de la incapacidad reflejada por la actual administración y en particular y específicamente de la Jefa de Estado para implementar, coordinar, reaccionar y decidir sobre materias de la alta política y de fuerte impacto social como lo fue el plan de transporte publico Transantiago. Dicho eventual fracaso del plan a raíz de fallas de origen, planificación, implementación y puesta en marcha costaran al actual gobierno y coalición con toda seguridad las próximas elecciones presidenciales. Amen de la constatación del descrédito de las capacidades de gobernante de la actual mandataria y su equipo de ministros relacionados con el plan de transporte. Por lo que el nivel de confianza interno resulta de una mala percepción de la conducción del país, que es asociado a inseguridad económica, crisis energética e inestabilidad laboral, alza inminente de las tasas de interés de créditos de consumo e hipotecarios producto de un alza en los indicadores de inflación interna (lo que provoca una caída en la demanda interna de bienes y servicios). Nivel de confianza negativo que se ha enquistado en el colectivo nacional.

2.- ANALISIS VECINAL

En el plano geopolítico Chile no ha logrado resolver y superar los problemas limítrofes de carácter histórico con los países con que comparte frontera y a pesar del incremento en las relaciones económicas y culturales con Bolivia y Perú, simpatías y cercanías ideológicas por los movimientos indo izquierdistas que mantiene la actual administración chilena con Bolivia, amén de los esfuerzos de acercamiento a través de un tratado de libre comercio con Perú. Chile se ha mantenido en el fondo del tema, en forma inamovible en la misma postura conservadora y anacrónica que denuncia en sus interpeladores, sin ir a una solución, nuevamente, de fondo y definitiva. La demanda boliviana de salida al mar. Haciendo caso omiso Chile a reconocer que efectivamente si tiene temas pendientes con sus vecinos y que estos si afectan la estabilidad regional. Mirada que desde el núcleo del poder industrial, económico y militar de EEUU, centros de estudios internacionales, de geopolítica y estudios estratégicos es compartido en general el juicio que califica la postura regional chilena como factor de desestabilización posible y latente en esa área de América Latina. Esto sumado al naciente desorden político interno de Chile y el ya declarado caos en Bolivia, se constituye en una arista más a la problemática chilena por los continuos roces en temas de política exterior que mantiene de tiempo en tiempo con los países con que comparte frontera. Así también, pero en un rango distinto, se encuentra pendiente la controversia por la delimitación marítima con Perú. Situación que llevo este último país a Chile ante el Tribunal Internacional de la Haya. Cabe señalar que la constatación en América Latina de la teoría del péndulo en los procesos sociales y políticos, esta vez le ha jugado en contra a Chile. El que se encuentra rodeado de gobiernos en los países vecinos con posturas y visiones económicas izquierdistas de corte populista e indigenista, tanto en lo social como político, muy radicales en sus acciones de transformar el orden constitucional y jurídico en sus respectivos países, con posturas geopolíticas abiertamente anti-norteamericanas. Divorciadas de la corriente democrática y proclives a la conformación, imposición y entrega de la autoridad del estado de derecho a las Asambleas Nacionales y Constituyentes, como por ejemplo en Bolivia y Ecuador que remplazan el orden constitucional entregado por los poderes legislativo y judicial a dichas asambleas. Cosa que Bachelet saluda con abierta simpatía en forma publica. Desde el termino del gobierno militar a la fecha, la política exterior chilena mas que plantearse por un camino propio concordante con las estrategias regionales favorables a sus intereses, se debilito hasta tal punto de solo moverse igual que al interior del país. En donde solo reacciona, no prevé a largo plazo. Haciendo caso omiso a la cuestión de fondo. La administración Bachelet imprimió a la política regional señales de su sello de simpatía hacia dichos gobiernos y sus lineamientos izquierdistas, incluido aún Venezuela, heredado por el paso de la gobernante por movimientos revolucionarios de izquierda de corte maoísta-castrista y marxista por su formación doctrinal en las escuelas de cuadros políticos de la Alemania Comunista. Donde esta administración demuestra ideológicamente estar próxima a los gestores de escenarios de potenciales conflictos regionales que podrían llegar a niveles de requerir respuestas a nivel militar en la región. Especial importancia tiene el tratado de cooperación militar entre Venezuela y Bolivia, el cual en rigor del documento hecho publico, permite intervenir militarmente a Venezuela, Hugo Chávez, en apoyo a Bolivia en caso de conflicto armado. Chile no parece haber reparado en que Venezuela construirá a solo kilómetros de su frontera con Bolivia un fuerte militar en territorio boliviano que incluyen asesores militares venezolanos permanentes. Tema peligrosamente dado por superado por la visión regional de Bachelet. Nuevamente salta la ausencia de una política exterior hábil, preventiva, cauta pero fuerte en la región destinada a contener y neutralizar posibles aspiraciones territoriales de sus vecinos el norte. La compra de nuevo material por parte de las FAP (en principio 300 sistemas SS de misiles anti tanques, la detección de la activación de sitios SAM cercanos a la frontera con Chile) los convenios de compras de armamento firmados por esta con Rusia, la construcción de la nueva planta de reacondicionamiento hemisférica MIG en Perú, las millonarias adquisiciones de Venezuela a Rusia de material y aviones (MIG), el estrecho acercamiento entre este último e Irán, el ofrecimiento de una base para los Bear (denominación NATO) o Tupolev por parte d Venezuela establecen un peligroso triangulo Venezuela-Bolivia-Perú, alimentado por un agente externo regional como lo es Rusia., que se ha estado incubando peligrosamente.

3.- CONCLUCION

Tanto en el ámbito interior como exterior Chile requiere en temas cruciales para su desarrollo y estabilidad, una política sostenida y eficiente en el tiempo, con capacidad de movilidad y adaptabilidad para generar procesos sustentables frente a los escenarios que enfrenta. De implementación eficiente, con mecanismos probados de verificaciones de metas y objetivos país planteados. Entrando en forma decidida a la solución de problemas estructurales de fondo y comandados por una figura presidencial fuerte que aporte cohesión, seguridad, confianza y estabilidad a la ciudadanía a fin de que esta realmente perciba los beneficios de los macro-índices económicos, descomprimiendo la presión de conflictos sociales y la sensación de desgobierno actual, solucionando la carga social histórica interna y de política regional. Solucionándola en periodos cortos de gobierno y perceptibles por el colectivo ciudadano. Con fuerte desarrollo de su capacidad tecnológico-productiva. Apoyándose en equipos técnicos y político altamente proactivos con presidencia de presiones eminentemente político partidistas originadas desde el interior de dichos partidos y que corresponden a copamientos de bases de poder para estos mismos.

Surge así la posibilidad cierta y necesaria, sana, de un recambio profundo y total de la coalición de gobierno como una alternativa viable e interesante frente al creciente descrédito de sus capacidades como gobernante de la mandataria, falta de propuestas y aciertos económicos-sociales de la coalición gobernante y palpables para el ciudadano común y para el electorado. No por las propuestas y accionar de la oposición de estos últimos años, si no por un necesario recambio profesional en los equipos, de las miradas de visión de estado. Recambio necesario y completo de los actuales equipos políticos y de gobierno. El cambio de la coalición actual de gobierno, la Concertación, es necesario. En donde dicha oposición, Alianza por Chile, tendrá la oportunidad de capitalizar su posible éxito como coalición gobernante siempre y cuando los sectores mas alejados de la centro derecha, equilibren sus fuerzas en su interior alienadas estrictamente al propósito e ideario y plan de gobierno destinado a solucionar los problemas sociales de fondo, abandonado su histórica carencia de habilidades democráticas. Que será una de los primeros peligros al interior de un eventual gobierno de oposición.

Dado las capacidades mostradas o no mostradas hasta el momento por la actual administración, cuestionadas en los hechos por la mayoría ciudadana, el panorama futuro se plantea negativo para la Concertación toda, tanto en su proyección como en la capacidad de retrotraer la situación interna a niveles de aceptación y conformidad con escasas probabilidades de un nuevo periodo de gobierno, en donde por el momento se hipoteco seriamente la posibilidad de nuevamente ver a una representante del genero femenino en el sillón presidencial y de la coalición gobernante.

En el ámbito geopolítico regional y vecinal. Un Chile más fuerte y cohesionado internamente deberá enfrentar tarde o temprano la aventura militar de sus vecinos no siendo la pregunta ¿Si Perú, Bolivia-Venezuela desplegaran sus fuerza militares para solucionar sus aspiraciones limítrofes y marítimas? La pregunta en realidad es CUANDO.




@ Ignacio García