En esta relación no aparecen los cerca de 1.200 millones de euros por los ocho buques de vigilancia costera.
Intelligence, Defense and Security
La vinculación de Venezuela con la banda terrorista ETA y con las FARC denunciada por la Audiencia Nacional española ha devuelto al régimen de Hugo Chávez a las primeras planas de los medios de comunicación y ha llevado al inevitable debate sobre si se deben o no revisar las relaciones diplomáticas y comerciales entre España y el Gobierno bolivariano. Desde algunos sectores se reclama contundencia diplomática y control sobre los productos que se venden al país sudamericano.
Las dudas sobre estas ventas se centran en el material relacionado con la Defensa o los cuerpos de seguridad bolivarianos. En el primer semestre de 2009, según los datos ofrecidos por el Ejecutivo, España vendió a Venezuela material antidisturbios por un valor de 588.259 euros, pese a que en un principio la cantidad autorizada solo estimaba en 400.000 euros. Este material es el que la Policía emplea en las manifestaciones para dispersar a la gente o para hacer frente a amenazas durante la protestas.
Junto a este gasto, el régimen de Chávez empleó 2.600.309 euros en adquirir productos y tecnología de doble uso españoles. En concreto, Caracas adquirió productos de la categoría de «materiales, sustancias químicas, microorganismos y toxinas». Aquí, entre otras cosas, se incluyen máscaras antigas, trajes blindados, fluoruros, sulfuros y cianuros.
Desde que en Madrid gobierna el Partido Socialista, Caracas ha recurrido frecuentemente al mercado español para adquirir material de Defensa, productos y tecnología de doble uso y materiales variados que van desde elementos antidisturbios a armas de todo tipo. En concreto, desde que José Luis Rodríguez Zapatero llegó al Palacio de La Moncloa, Caracas ha gastado 27.730.952 euros en todas estas categorías.
En material de Defensa, el Gobierno ha vendido elementos por valor de 8.297.316 euros; en tecnología y productos de doble uso, 18.022.761 euros; y dentro de la categoría de «otros», el montante asciende a 1.405.875 euros. Todo esto sin contar los cerca de 1.200 millones de la compra por la Armada bolivariana de ocho buques de vigilancia costera.
Por años, en 2004 se vendió material por valor de 5.235.181 euros, de los que más de 1,6 millones fueron destinados a municiones; en 2005, la cifra se redujo a 2.785.693 euros; un año después se elevó de nuevo, hasta 5.881.574 euros, de los que más de 3,2 millones pertenecían a material de Defensa, dentro de la categoría de «bombas, torpedos, cohetes y misiles».
Agentes químicos o biológicos
En el año 2007, el volumen de negocio alcanzó los 6.267.417 euros, de los que 3,2 millones pertencían también a la misma categoría que el año anterior. Al año siguiente, el Gobierno socialista vendió a Hugo Chávez materiales de Defensa, de doble uso y otros elementos por 4.372.546 euros, la mayor parte de los cuales fueron destinados a tecnologías y productos de doble uso de la categoría de «materiales, sustancias químicas, microorganismos y toxinas». Este año, dentro de esa cantidad, se incluían también 155.942 euros para material antidisturbios y 105.000 euros para agentes químicos o biológicos tóxicos dentro del material propiamente de Defensa.
La mayor polémica vivida en relación a este intercambio comercial armamentístico entre ambos países se produjo en 2005, cuando el Gobierno firmó la venta de aviones y buques de vigilancia costera al Ejecutivo venezolano. El Ejecutivo de Rodríguez Zapatero defendió con uñas y dientes esa transacción pese a las críticas que generó, hasta que Estados Unidos vetó la venta de los aviones, ya que a pesar de ser españoles incluían tecnología norteamericana que Washington no estaba dispuesto a ceder a las Fuerzas Armadas de Hugo Chávez. El caudillo venezolano se tuvo que conformar con los ocho buques de vigilancia, el primero de los cuales se entregó anteayer a la Armada del país caribeño.
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