SUBOFICIAL DE INTELIGENCIA PERUANO ES ACUSADO DE ESPIAR PARA CHILE

Un suboficial de inteligencia de la Fuerza Aérea Peruana (FAP) fue descubierto espiando a favor de las Fuerzas Armadas de Chile y se encuentra a disposición de la justicia común, donde enfrentaría cargos por traición a la patria y una condena de 35 años de cárcel, pero no la pena de muerte debido a que la Constitución de 1993 solo la contempla en caso de que hubiera ocurrido en tiempo de guerra externa.

El uniformado ha sido identificado como el técnico inspector Víctor Ariza Mendoza (45), natural de Huaura, adscrito a la Dirección de Inteligencia de la FAP, quien se desempeñó en el 2003 en la agregaduría militar de la Embajada del Perú en Santiago, donde, según ha trascendido, fue captado por un coronel de la inteligencia militar chilena. Ariza, mientras permaneció en Chile, transmitió información clasificada y a su retorno al Perú continuó su trabajo hasta hace solo dos meses atrás,  es decir que los secretos de Defensa del Perú estuvieron llegando a disposición de  los analistas de Inteligencia chilenos durante seis años. Hasta cuando fue puesto al descubierto por un colega suyo. Desde entonces fue sometido a investigación castrense y ahora puesto a disposición del Ministerio Público en su país. En las próximas horas sería formalizada la acusación  por el fiscal provincial penal Jorge Chávez Cotrina. Mientras tanto, permanece detenido en las instalaciones de Seguridad del Estado, en espera de la actuación fiscal. En fuentes de la FAP se remitieron a señalar que la información correspondiente iba a ser difundida por el Ministerio de Defensa, pero otras fuentes indicaron que este trámite sería cumplido por el titular del sector, el ministro de Defensa Rafael Rey, luego de su retorno de Argentina. Ariza era objeto de seguimiento cuando retornó de Chile, debido a que se le había detectado pagos procedentes de Chile, a través de la agencia courier Western Union, en el orden de entre los 5.000 y 8.000 dólares, que eran cobrados por terceras personas. En todo este tiempo los efectivos de inteligencia observaron que la conducta de Ariza era sospechosa, pero no tenían la evidencia de que había sido reclutado por la contrainteligencia chilena hasta que otro suboficial de la FAP, cuya identidad es mantenida en reserva, al que Ariza había pretendido captar, rechazó sus insinuaciones y  procedió a denunciarlo. 

En Santiago de Chile, el gobierno de Michelle Bachelet no emitió un pronunciamiento oficial, pero mediante trascendidos admitió que “este trabajo habría sido encargado por mandos medios de las Fuerzas Armadas de su país”. Hasta el cierre de esta decisión ninguna autoridad chilena se hizo eco del tema.  

Ariza, quien estaba dedicado a actividades de inteligencia electrónica para la FAP, y cumplió misión en la Agregaduría Aérea de la Embajada de Perú en Santiago de Chile, desde el primero de febrero hasta el 31 de diciembre de 2002.

El SEDIN precisamente detectó que el suboficial Víctor Ariza, perteneciente a la promoción “Técnico Superior FAP Armando Orozco Falla” 1983, de la Escuela de Suboficiales de la FAP (ESOFAP), entre otros documentos altamente clasificados como "secreto, solo lectura" obtuvo una copia completa de la relación de subalternos y oficiales de la institución que recibían instrucción en la Escuela de Inteligencia de la FAP (EIFAP), información de vital importancia para Chile para pautear el desplazamiento de los efectivos especializados. Además de toda la información sensible referente a las FFAA peruanas a lo largo de seis largos años  en que manejo información y documentos vitales para la seguridad, defensa e inteligencia peruana.

PERU AUN IMPACTADO

Según indicó el presidente del Consejo de Ministros peruano, Javier Velásquez Quesquén, el gobierno está a la espera de un informe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas para hacer un comentario oficial acerca del supuesto caso del suboficial del aire que espiaba a favor de Chile.

En ese sentido, el secretario de Estado dijo que "hay que tener mucha tranquilidad oficial y prudencia para evitar deteriorar la relación (con Chile)".

Según la radio RPP, el supuesto espía, identificado como Víctor Ariza Mendoza, de 45 años, aceptó su culpa y firmó una confesión, pero sin revelar con quienes trabajó para realizar el espionaje supuestamente ordenado por Chile.

 Ariza, quien permanece detenido en la sede de Seguridad del Estado en Lima, está expuesto a cadena perpetua o a 35 años de prisión de comprobarse el delito, configurado como traición a la patria.