Argentina enfrenta ademas de una ley que anula la capacidad de informar de la prensa, una agitación social y protestas callejeras solo vista en los derrocamientos de cuatro presidentes consecutivos
*Rosendo Fraga, Nueva Mayoria.Com
La estrategia de Kirchner para el control de la calle confirma que su modelo político se acerca más al de Chávez que al de Lula. El ex presidente es consciente de que en las cuatro oportunidades en las cuales un Presidente no terminó en fecha su período en la Argentina (Alfonsín, De la Rúa, Rodríguez Saa y Duhalde), siempre el gatillo o desencadenante fue la pérdida del control de la calle y la irrupción de la violencia con muertos. Por esta razón, se están volcando grandes recursos a través del Plan de Empleo y la Asignación Universal por Hijo para consolidar una base de poder en torno a los piqueteros oficialistas (D'Elía, Pérsico, etc.) y las organizaciones de Derechos Humanos (Bonafini). Pero esta estrategia enfrenta tres problemas. El primero es que los piqueteros opositores (maoístas, trotskistas y guevaristas) han salido a protestar para obtener parte de los recursos que se están distribuyendo. El segundo, que el conflicto sindical también ha ganado la calle, enfrentándose las conducciones sindicales peronistas (Moyano y sus aliados) con las comisiones de base (Kraft, subtes y otros), controladas por las mismas corrientes ideológicas que los piqueteros opositores. La tercera es que, a diferencia de lo que sucede en Venezuela, el gobierno de Cristina Kirchner no controla ni puede utilizar las Fuerzas Armadas, de seguridad y policiales en una situación límite, como sí lo puede hacer el Presidente venezolano.
El bloqueo a la distribución de los diarios y revistas realizado por el gremio de camioneros muestra que la administración Kirchner está dispuesta a no reparar en costos en su conflicto con los medios. Que este hecho haya tenido lugar al mismo tiempo que sesiona en Buenos Aires la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que lógicamente repudió el hecho, confirma que el kirchnerismo no repara en los costos de imagen, ni está midiendo sus actos en función de una estrategia electoral. Esta organización sostuvo que Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina son los países del continente en los cuales se ve amenazada la libertad de prensa. Además, el kirchnerismo muestra que está dispuesto a llevar a fondo los conflictos que mantiene con el campo, la industria y la Iglesia. Kirchner llama a su ofensiva contra el Grupo Clarín la madre de todas las batallas, porque supone que ganándola, los demás sectores tendrán que someterse. Aplicar cuanto antes la ley de medios, limitar mediante una ley la posibilidad de que éstos presenten acciones de amparo, impedir la fusión de los cables del Grupo Clarín, lograr el control de Telecom argentina, avanzar con la ley que hace obligatorio el ADN para complicar la situación de la familia Noble que controla dicho grupo y estatizar la empresa Papel Prensa, son algunas de las acciones que el kirchnerismo está emprendiendo para ganar esta batalla.
Pero en lo económico el modelo de los Kirchner se parece más al capitalismo de amigos de Putin, que al socialismo del siglo XXI de Chávez. La forma como se encara la batalla de los medios combina ambas estrategias. El sitio de los diarios por parte de Moyano es una típica actitud del modelo chavista. Pero la presencia de dos personas vinculadas al secretario de Comercio (Moreno) en el Directorio de Papel Prensa, los esfuerzos por tomar el control de Telecom Argentina con un grupo afín al oficialismo y las presiones de diverso tipo que desde el Estado se realizan sobre los medios privados, se parecen más a la metodología utilizada por Putin en Rusia. Conciente de ello, la entidad empresaria más importante, la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA), ha señalado públicamente que se ha llegado a una situación límite con el asedio a los diarios, que el Gobierno no ha repudiado y se ha limitado a plantearlo sólo como un conflicto laboral. Mientras tanto continúa aumentando el gasto público, se incrementa el endeudamiento del estado nacional y las provincias y Kirchner impone al ministro de Economía (Boudou) la estrategia de no negociar con el FMI. Pero el matrimonio Kirchner tiene una gran diferencia con el modelo de Putin. Este gana categóricamente las elecciones -como sucedió el mes pasado-, ya que en comicios locales su partido se impuso en la casi totalidad del país, obteniendo más de dos tercios de los votos, mientras que Cristina Kirchner es la Presidente de América Latina con menor aprobación (23%) y cuatro de cada cinco desaprueba las acciones de su esposo. Quizás por esta razón, en la reforma política se ha incluido un artículo que impide la publicación de encuestas desde varias semanas antes de las elecciones.
El retorno de Kirchner a la Presidencia del PJ es un objetivo político inmediato. El gobernador de Chubut (Das Neves) ha sido el primero en cuestionar esta posibilidad que, lanzada por Scioli y apoyada hasta ahora sólo por doce intendentes sobre más de mil en todo el país, parece coordinarse con la intención de la reforma política de hacer viable que el ex Presidente pueda ganar una interna del PJ. Lo probable es que el Consejo del PJ rechace la renuncia del ex Presidente, quien así reasume la Presidencia del partido. Pero el futuro de esta reforma es incierto. El 18 de noviembre se trataría en la Cámara de Diputados y, de aprobarse ese día, en dos semanas tendría que ser aprobada por Senadores. Los sectores de izquierda y centro-izquierda que apoyaron la ley de medios (Binner, Solanas, Sabatella) rechazan este proyecto. Mientras tanto se consolida el bloque del peronismo disidente en la Cámara Baja con cerca de 40 diputados -Narváez incluido entre ellos- y se constituye también en Senadores. En cuanto al Congreso que asume el 10 de diciembre, sólo si finalmente se gesta un acuerdo entre este bloque, el del Acuerdo Cívico y Social, el Pro y algunos partidos provinciales, la oposición puede desplazar al oficialismo del control de comisiones claves en Diputados como las de Presupuesto y Hacienda y Asuntos Constitucionales. El reclamo del Vicepresidente Cobos de que los fondos para obras públicas dejen de ser distribuidos por el gobierno nacional y sean manejados directamente por las provincias, lo reinstala nuevamente como eje de la oposición, al igual que su visita a la asamblea de la SIP.
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