El Cobre, ayer, al igual que el Gas, el Petróleo y el Litio hoy, son recursos naturales catalogados como “estratégicos” (RNE), esto significa que no son renovables y que simultáneamente constituyen, ya sea un componente esencial para el desarrollo de algún tipo de tecnología, para el avance de alguna actividad productiva o porque su uso o acceso permite a una entidad cualquiera ejercer grados de influencia indeterminados sobre el sistema mundial o ciertos espacios territoriales. Además, son limitados en términos cuantitativos.
*Cristián Leyton
-TRANSNACIONALES JAPONESAS COLABORARÁN CON BOLIVIA EN INDUSTRIALIZACIÓN DEL LITIO-LA GUERRA QUE VIENE Y LA PRESENCIA DE IRÁN EN SUDAMERICA
El carácter estratégico está dado por la naturaleza material del recurso, pero también, y en particular, por la valorización que se hace de ellos en términos políticos, militares y político-estratégicos y hoy también geoeconómicos. Este punto es central.
En otras palabras, lo “estratégico” del recurso es asignado en términos de la lectura que el “político” hace del mismo, que, ante sus ojos, constituye un medio para alcanzar ciertos objetivos. En este caso, el control del recurso no es el fin, sino que el medio que debe permitir a una entidad incrementar su capacidad política, o simplemente, negársela a otro.
En términos prácticos, todos los recursos naturales son estratégicos, característica que revela la importancia de la soberanía territorial, pero además, la necesidad de promover y proteger todas y cada una de los áreas que se encuentran al interior de las fronteras nacionales. Lo que hoy no posee un valor de proyección de poder, mañana si puede tenerlo. La demanda maritima boliviana o La Haya debe hacernos reflexionar sobre este punto.
Otra característica de los RNE es su emplazamiento en el escenario internacional, lo que trae consigo otra particularidad: son fuente de atracción de superpotencias extraregionales, o en su defecto, de potencias con tendencias hegemónicas. Tal es el caso del Petróleo. Los árabes conocen de esto.
A la luz de la problemática anterior, podemos fácilmente establecer otra característica: Los RNE pueden generar inestabilidad, tanto al interior de los países que los abrigan en sus entrañas territoriales, pero también generar condiciones externas que se proyecten hacia el entorno político que comparten con otras entidades nacionales.
Es así como generan inestabilidad interna por cuanto en Estados en vías de formación institucional o que están estructurados en función de bases nacionales débiles, en pleno o constante proceso de afirmación política, procesos caudillistas podrían degenerar en fenómenos autonomistas, independentistas o incluso de corte secesionistas. Algo nos dice la palabra “Santa Cruz de la Sierra en Bolivia o Zulia en Venezuela…
De la misma forma, cuando lo “nacional” degenera en “regionalismo”, proceso que se desarrolla en forma simultánea en ausencia de una instancia estatal fuerte, claramente se establecen las condiciones perniciosamente ideales para el surgimiento de lo que denominamos “Estados Débiles”, pudiendo evolucionar a “Estados fallidos”. Nuestro espacio regional y vecinal conoce ejemplos concretos. En este mismo sentido, cuando las elites dirigentes adoptan una postura de apropiación en base de intereses particulares surgen los Estados Neopatrioniales:
a) Recursos públicos explotados directa o indirectamente por las elites y para las elites.
b) Las mismas elites adoptan una postura de apropiación de naturaleza “depredadora”.
En el ámbito externo, los RNE también pueden ser fuente de inestabilidad externa. Es decir, la sola presencia de dichos recursos, en calidad y cantidad, “atraen” intereses políticos, económicos o militares. Emergen y se cristalizan como fuente de competencia internacional entre potencias o superpotencias. En otras palabras, y hemos sido testigos históricos de dichos acontecimientos, la competencia mundial por recursos, que al ser no renovables y limitados, son escasos, tienden a importar las rivalidades hacia zonas territorialmente periféricas a los poderes centrales. Si alguien quería mantenernos aislados de los intereses de éstos actores, les tengo malas noticias...
¿Tendencias sudamericanas en este sentido? Veamos:
1. Los recursos naturales estratégicos se asocian al surgimiento de“nuevas fuentes de potencia” en base a la explotación comercial estatizada de ellos: Gas (Venezuela-Bolivia), Petróleo (Venezuela-Perú), Agua (Bolivia), Litio (Triangulo Puneño).
2. Asociación de estas nuevas fuentes de potencia a procesos de adquisición de medios de Defensa: Perú (Camisea), Bolivia y Venezuela. La ya famosa "Ley del Cobre" se ha erigido como un "modelo" a seguir.
3. Surgimiento de procesos de corte neopatrimonialistas, autonomistas y en un sentido amplio, proindependentistas en espacios territoriales ricos en RNE: Venezuela (Zulia) y Bolivia (Santa Cruz de la Sierra).
4. Importación de rivalidades internacionales al espacio sudamericano en base a políticas geoeconomicas de potencias grandes y medianas: Agua dulce (Francia y Europa), Litio/ (Rusia-Irán) y Gas/Petróleo (Rusia-China).
Ayer el gobierno de Bolivia, Evo Morales a la cabeza, escogió a Irán como el socio “estratégico” para la búsqueda, explotación e industrialización del litio. Si esto no es geopolítico que alguien me diga que es. El carácter estratégico del Litio se ilumina por sí solo.
¿Estamos preparados para hacer frente a una explotación comercial de estos recursos naturales "estratégicos" que tienda a promover y defender los intereses de largo plazo de paises cuya matriz económica sigue siendo monoproductora y oligoexportadora?
Ojo, que un triangulo del litio existe entre Chile, Bolivia y Argentina…y las superpotencias saben de su existencia…
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