PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010

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BICENTENNIAL MILITARY ARMY OF CHILE 2010

REPORTAJES ESPECIALES E INFORMACIÓN ADICIONAL

domingo, 21 de febrero de 2010

CHILE, ARGENTINA Y LAS MALVINAS

La mandataria trasandina, Cristina Fernández, emitió el decreto 256 que establece un control del transito marítimo desde cualquier puerto argentino hacia las Islas Malvinas y viceversa. Algunos ya hablan de un «bloqueo», otros de restricciones a la soberanía de la isla y sus kelpers. Otros, directamente, de acciones «hostiles».
Cristian Leyton Salas es Doctor © en Estudios Americanos. 
N. de la R. : La imágenes valen mas que mil palabras, a buen entendedor, pocas palabras....
No entraré en una revisión historiográfica ni política de las islas en disputa. Lo que nos debería interesar son los efectos de dichas políticas y estrategias argentinas en Chile y en la relación histórica de nuestro país con el Reino Unido y el vecino trasandino. Desde el conflicto mismo, en su desarrollo y posterior desenlace Chile mantuvo con el Gobierno isleño relaciones que podríamos catalogar como «privilegiadas». Tanto desde el punto de vista comercial (LAN y su conexión aérea con el extremo sur del continente), político económico (Chile aparece como un actor relevante desde el punto de vista del comercio exterior de la isla) y político (como producto de las secuelas político-estratégicas del apoyo indirecto chileno en el conflicto), las Malvinas se constituyeron en un punto de fricción entre ambos lados de la Cordillera. La Concertación debutó un lento pero progresivo alejamiento de la postura de apoyo material y político a la isla. Primero, buscando establecerse como un tercer actor conciliador entre las partes, luego, de manera cerrada, un verdadero aliado de Argentina en su demanda por la restitución de las Islas a su soberanía. Chile en su momento apostó por terminar con el fantasma del «frente oriental»: Argentina dejaría de formar parte de la «triple alianza vecinal» que ahogaba a Chile desde el punto de vista político-militar y que alimentaba una hostilidad permanente entre Buenos Aires y Santiago. La Moneda y el Edificio Carrera pusieron todos las fichas en generar una suerte de Alianza Estratégica con el país trasandino : medidas de confianza mutua de cuarta generación, cooperación e integración político-militar en Misiones de Paz, Cruz del Sur, etc…En esta apuesta del Estado chileno por neutralizar los factores que envenenaban nuestras relaciones políticas y diplomáticas con la Casa Rosada, a partir del desvanecimiento de los efectos de los Pactos de Mayo allá por 1915, debió tomar decisiones por lo menos difíciles. Una de ellas fue darle la espalda a su histórico aliado extraregional, la Corona Británica. En 1996, luego en 1999 y recientemente el año 2008, Chile expresó, junto a otros países de la región, el apoyo a "los legítimos derechos de la República Argentina en la disputa de soberanía relativa a la cuestión de las referidas islas". Chile se alejaba de Inglaterra, y se acercaba a Argentina.
La gran apuesta es saber sí el apaciguamiento trasandino hacia Chile es estructural o meramente coyuntural. En este sentido se requiere saber sí la postura trasandina conciliatoria hacia Chile es producto de un verdadero cambio de actitud, desde una política nacional argentina de hostilización territorial hacia Chile, hacia otra de una integración verdadera al estilo Franco-alemán. Se requiere saber sí este cambio de actitud trasandino responde a una transformación de los tradicionales intereses nacionalistas de la clase política argentina o si no es más que un repliegue meramente coyuntural hacia posiciones políticamente defensivas en espera de recuperar capacidades económicas, políticas y militares que le permitan volver a su sitial histórico de potencia regional. Dependerá, en gran medida, del tenor y alcance de la respuestas a estas interrogantes y otras, el mantener o modificar la actual tendencia de integración hacia nuestro vecino trasandino. La consolidación de las «confianzas» madura en momentos en que se poseen indicios y pruebas concretas de la búsqueda de una conciliación real entre Estados. Hoy Argentina dejó de ser la potencia que reclamaba un liderazgo hegemónico en la región. Hoy, y desde hace algún tiempo ya, Argentina está debilitada política, económica y militarmente…esperemos ver cuando resurja de sus cenizas a fin de constatar si sus gestos conciliatorios eran reales o una mera estrategia de apaciguamiento. Mientras tanto, Chile debe seguir reforzando sus capacidades disuasivas, no solo las militares, sino que también las políticas, económicas pero sobre todo las diplomáticas. La conciliación llegará y se cristalizará de la mano de la credibilidad del riesgo asociado a transformar intempestivamente la cooperación por la confrontación.

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