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Los llamados al electorado de la coalición gobernante encapsulada hace ya más de 20 años en Chile, “Concertación”, han estado dando las voces de su desesperada posición ante la contundente respuesta de los ciudadanos que ha sonado mas fuerte de lo que todos pensaban, el grito en las urnas de “no mas” dio al candidato Sebastian Piñera de la centro derecha el 44,05% de los sufragios frente al 29,6% del candidato Eduardo Frei de la izquierda chilena aglutinada junto a la izquierda moderada.
Pero nadie se llame a equívocos, en Chile la izquierda y la derecha no son lo que son en el resto del subcontinente.
El cartel puesto en los hombros de Piñera por sus adversarios en la pasada primera vuelta fue el de “Un hombre de negocios sediento de mas poder y dinero” “El representante de la Dictadura de Pinochet”. La estrategia no funciono.
La derecha chilena hoy, es un conglomerado conformado por una parte por un estructurado sistema de organización con disciplina partidaria con fuerte raigambre social en las capas más pobres de la sociedad y también en el empresariado. Un partido estructuralmente transversal con timón, claridad y conciencia social. Lo que ha parido en un lento proceso de 20 años La Unión Demócrata Independiente, UDI. Sumado a un versátil, a veces inorgánico, pero fresco aire de renovación política consolidado en su socio de escapada a nuevos aires, Renovación Nacional, RN. Ambos han dejado la identificación del lastre político que podría haberles significado la figura de Pinochet.
Por ello que la penetración de la derecha en todos los segmentos es coincidente con la visión del chileno medio que piensa que solo a través del esfuerzo, el trabajo y las oportunidades puede salir adelante. Eso es lo que promete el señor Piñera.
“Hay que parar la derecha” “La Concertación unida al pacto con el Partido Comunista debe impedir que Piñera gane”, son solo algunas de las frases que disparan después de la primera vuelta los gobernantes en Santiago.
La izquierda en la Concertación pretende quitar el derecho a elegir sus gobernantes a un gran numero de sus ciudadanos, privandolos de su derecho a elegir quien debe modificar la economía para el impulso necesario y vital que requiere su país, relegando a 3.056.526 de electores que legítimamente han manifestado su rechazo a las políticas económicas de la Concertación, sus preocupantes y millonarios casos de corrupción estatal y el despilfarro de miles de millones de dólares. Pero mas que esto, un total rechazo a una forma de hacer política que convirtieron los aliados de centro e izquierda, en una forma de "ganarse la vida" Solo en el caso de la estatal ferrocarrilera EFE, la pésima administración de la coalición gobernante produjo una perdida al Estado por más de $864.000.000.000 de pesos en su moneda nacional o US$1.500 millones de dólares.
Por su parte la izquierda en Chile ha demostrado que los conceptos de la libertad, la democracia y los derechos civiles no cuentan para los tres millones de ciudadanos que desean un cambio no solo en la renovación de las caras visibles de quienes gobiernan, si no que esos millones de chilenos, mayoría absoluta, que han visto en forma progresiva ver deteriorada su capacidad de pago, sus anhelos y derechos constitucionales, para la izquierda, no cuentan, Se les esta negando el derecho peligrosamente.
En un futuro gobierno de su candidato, Eduardo Frei, se instalara la dictadura civil de izquierda.
La izquierda no esta dispuesta a respetar los valores de la democracia occidental republicana, con miras en mantenerse profitando de las regalías del Estado en sus cargos, sin dar las explicaciones a los votantes y pagadores de impuestos sobre sus errores en la conducción de la nación.
Sin embargo, esa misma izquierda no desea dejar la economía libre y los beneficios que brinda a las castas políticas por que el electorado nacional no desea girar al chavismo destructor.
Lo anterior, se desprende al observar la votación histórica de las ultimas 10 elecciones parlamentarias, como dato especial salta al mirar el comportamiento de la sociedad chilena, esta se ha mantenido al margen de la ola de Marxismo-Populista-Personalista que ha invadido el subcontinente. Chile no desea virar los caminos de su democracia y economía hacia los desastrosos resultados que ahogan a sus vecinos regionales.
Con ello y el resultado de la votación del 13 de diciembre, queda claro que Chile no desea seguir al centro izquierda, y tampoco desea izquierdizarse más. Ellos desean profundizar la economía de libre mercado y mantenerse dentro del marco constitucional democrático que evita la corrupción al encapsularse y enquistarse en el Estado la camarilla de izquierdo burgueses.
Esto, no lo han entendido en la Concertación que persiste en plantear la contienda en términos de Libertad versus Dictadura. Se han convencido en su discurso a tal punto, que no ven que los tres millones de chilenos ya no tienen nuevas chances para ellos como tampoco ya no convence el discurso separatista de “O nosotros en el poder o ellos traerán de vuelta la Dictadura de Pinochet. “
La lucha se convirtió en “mantener el poder, para el poder y por el poder”.
El 17 de enero, los chilenos tendrán una nueva oportunidad de decir “NO MÁS”
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