Según un informe en el país ocurren detenciones arbitrarias, tortura y maltrato de prisioneros incluidas violaciones.
Amnistía Internacional (AI) condenó hoy los numerosos abusos de los derechos humanos cometidos en Irán tras las disputadas elecciones presidenciales de junio y conminó al gobierno a castigar a sus autores.
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La organización presentó hoy un extenso informe en el que documenta múltiples violaciones de los derechos por parte de los poderes del Estado, como la Guardia Revolucionaria Islámica y la milicia Basij de voluntarios.
Detenciones arbitrarias, tortura y maltrato de prisioneros incluidas violaciones e incluso asesinatos están entre los delitos perpetrados en la República Islámica tras los comicios en los que se dio por reelegido a Mahmud Ahmadineyad y que AI califica como los peores abusos en 20 años.
En un comunicado, Amnistía insta a la cúpula iraní a investigar todas las denuncias "de forma completa e independiente" y también a los posibles agentes del Estado implicados para que nadie quede impune, aunque pide que no haya ejecuciones.
También solicita al Líder Supremo, el Ayatolá Ali Jamenei, que autorice la entrada de dos inspectores de la ONU especializados en derechos humanos, Manfred Nowak y Philip Aston, que han pedido acceder al país.
"Hasta ahora, las investigaciones anunciadas por varias autoridades iraníes parecen haber estado más preocupadas por ocultar los abusos que por revelar la verdad", afirma Hassiba Hadj Sahraoui, responsable de AI para Oriente Medio y el Norte de Africa.
El informe hecho público hoy revela una serie de abusos comunes antes, durante y especialmente después de las elecciones, que dieron lugar a multitudinarias protestas en las calles de Teherán.
Según cifras oficiales, 36 personas murieron en el transcurso de esos acontecimientos, si bien la oposición sostiene que serían unas 70.
Además, al menos 4.000 personas fueron detenidas en todo el país, de las cuales unas 200 continúan encarceladas y cinco de ella, fueron colgadas hasta su muerte en ejecuiónes publicas.
AI incluye los testimonios de varias víctimas de abusos, entre ellas un hombre que fue detenido, sin formulación de cargos, durante 58 días junto con decenas de personas en un contenedor de barco en el centro de detención de Kahrizak, y sólo pudo ponerse en contacto con su familia a los 43 días. Durante el interrogatorio, lo amenazaron con violar a su hijo si no confesaba y fue golpeado hasta perder la conciencia.
En otro caso, un ex prisionero, Ali Kheradnejad, cuenta que vio a otro preso, el estudiante Amir Javadifar, con la ropa rasgada y la frente cubierta de sangre, y después se enteró de que había muerto estando bajo custodia.
"Las autoridades deben demostrar que han dejado atrás los abusos cometidos este verano. Y deben ahora asegurarse de que la vigilancia de las manifestaciones se hace conforme a estándares internacionales y de que los Basij (milicias populares) y otras fuerzas armadas quedan fuera de las calles", subrayó Sahraoui.
Además, AI insta al Gobierno a garantizar los derechos de los detenidos y a poner en libertad tanto a los prisioneros de conciencia como a los condenados tras juicios injustos, así como a conmutar las sentencias a muerte.
La organización, que desde la Revolución Islámica de 1979 no ha tenido acceso a Irán, asegura que la represión de las protestas en el país continúa y en las últimas semanas se han producido decenas de nuevas detenciones, en vísperas del día nacional del estudiante, el pasado 7 de diciembre
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