El martes, el presidente Lugo admitió la posible existencia de "ciertos bolsones pequeños de militares que pueden ser usados por la clase política". Sin embargo, 24 horas más tarde anunció la sorpresiva destitución de sus tres comandantes de armas
La destitución de la cúpula militar de Paraguay por parte del presidente Fernando Lugo fue una respuesta a sus opositores, que amenazaban con provocar su caída como ocurrió con Manuel Zelaya en Honduras, dijeron analistas políticos este jueves.
"Se instaló el tema de la conspiración y la respuesta a los que lo quieren llevar (a Lugo) a un callejón sin salida fue ésta. Definitivamente Lugo no quiere seguir los pasos del presidente Zelaya", afirmó el analista militar Horacio Galeano.
Objetivamente "estos cambios no significan nada", dijo Galeano, ministro de Educación hasta hace cuatro meses.
El analista desestimó la posibilidad de que se produzca un golpe de Estado en Paraguay, al estilo del perpetrado contra Zelaya el 28 de junio. Sin embargo, "me temo que la posibilidad de juicio político está latente por la mayoría opositora en el Congreso", acotó.
De su lado, el analista político Mario Elizeche consideró que el que pretende destituir a Lugo es "el mismo grupo que tumbó al presidente Raúl Cubas en 1999. Es el stroessnerismo (por el ex dictador Adolfo Stroessner) envenenado que no termina de irse", afirmó.
Además, Lugo "tiene toda la facultad de hacer los cambios que considere necesarios para la buena marcha del gobierno", explicó.
"Institucionalmente las fuerzas armadas no se prestarán a ningún tipo de intentona golpista", dijo en conferencia de prensa.
En cambio, sectores opositores criticaron duramente el relevo del comandante del Ejército, general Bartolomé Pineda; el de la Marina, contralmirante Egberto Orué; y el de la Fuerza Aérea, Darío Dávalos, reemplazados respectivamente por el general Oscar Velázquez, el contralmirante Claudelino Recalde y el general Hugo Aranda.
"Es una humillación, una falta de respeto. Van a decir que ellos son conspiradores. No merecen ser manoseados como lo hizo el presidente Lugo", dijo el ex comandante de las Fuerzas Militares, general Bernardino Soto, pasado a retiro a fines de 2008 y hoy activista del opositor partido Colorado (el partido de Stroessner).
El comandante de las Fuerzas Militares, contralmirante Cíbar Benítez, cuyo pase a retiro también se prevé para diciembre, negó la existencia de sectores golpistas entre los uniformados. "No hay ninguna persona dentro de las Fuerzas Armadas que tenga esas intenciones", dijo.
Por su parte, el senador opositor Juan Carlos Galaverna (Partido Colorado) consideró que Lugo hizo los cambios sorpresivos para llevar adelante un plan para copar las Fuerzas Armadas con los mandos medios y convertirlas en una "guardia presidencial al estilo (del presidente venezolano Hugo) Chávez".
El recambio de la cúpula militar se produjo a menos de una semana de que la oposición manifestó que cuenta con la mayoría de dos tercios necesaria para llevar a juicio político "por mal desempeño" a Lugo, cuyo mandato vence en 2013.
La Constitución paraguaya establece que el presidente puede ser removido por dos tercios de los votos.
La popularidad de Lugo --un ex obispo católico que dejó el hábito para ser presidente-- ha ido cayendo desde el escándalo por el descubrimiento de que es padre, mientras era sacerdote, de varios niños, en abril pasado, y por los reclamos de otras dos mujeres que piden que se haga una prueba de ADN.
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