NICARAGUA: DANIEL ORTEGA INTENTA UNIRSE AL EJE DEL MAL

Los partidarios del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, se encontraban en las calles de Managua prendiendo fuego la semana pasada a un hotel, coches, y si no tratando de intimidar a miembros de la oposición del Congreso. La multitud se movilizó porque la legislatura está de pie en el camino de una toma del poder por parte del Sr. Ortega. al estilo de Hugo Chávez 

Mary O’Grady

Sombras de Honduras: El año pasado el presidente de Honduras Manuel Zelaya tenía aspiraciones similares, se encontró con el mismo problema, y trató la misma violenta solución. Por fortuna, el ejército hondureño intervino para detener el flujo de sangre al expulsarlo. El embajador de EE.UU, Hugo Llorens, ha decepcionado, pero la democracia hondureña se salvó. Los nicaragüenses no podrian ser tan afortunados.

En una democracia liberal cuando hay desacuerdos entre el poder legislativo, los tribunales y el ejecutivo, la constitución es el libro de reglas. Cada institución guarda celosamente sus privilegios sin dejar de reconocer sus límites.

Pero los demagogos populistas al estilo Mussolini ven el respeto del imperio de la ley como la materia de la que dejaron de fumar. El déspota elegido pueden hacer lo que quiera. Las instituciones las hacen retroceder tras recibir visitas de los matones. Eso es lo que ha sucedido en Venezuela, Ecuador y Bolivia, y el por qué esos países ya no pueden ser considerados democracias.

Nicaragua ahora pende de un hilo y hay mucho en juego. Chávez quiere un aliado permanente y confiable en América Central. Esperaba que sería Honduras. Ahora sus fichas están en Nicaragua, con el objetivo de hacer la parte sandinista el paraíso de la utopía bolivariana del siglo 21. Cuba, con su larga historia de represión, es un valioso socio en este esfuerzo. Sus fuerzas armadas y la guardia de elite ya están trabajando con el gobierno de Chávez como se señaló en una conferencia de prensa la semana pasada por el ex general Antonio Rivero en Venezuela. En concreto se quejó de "los cursos de formación de francotiradores en el que participan los profesionales cubanos."

Si el señor Ortega en Nicaragua sigue en su tendencia, se puede apostar a que estará deseoso de promover los valores de sus colaboradores más cercanos, Cuba y Venezuela en el istmo a cambio de su ayuda para mantenerse en el poder. Irán también quiere unirse a la causa. Un informe no clasificado del Pentágono publicado este mes dice que  el Cuerpo de Guardianes  de la Revolucionarios Islámica-Fuerza Qods de Irán "mantiene las capacidades operativas de todo el mundo" y "los últimos años han sido testigos de una mayor presencia en América Latina, particularmente Venezuela". El Sr. Ortega   restableció las relaciones diplomáticas con Irán después de su elección en 2006.

Pero el mandato del Sr. Ortega es hasta enero del 2012, y de acuerdo con el artículo 147 de la Constitución se le impidió postularse para ser presidente otra vez. Durante tres años, trató de lograr que el Congreso cambiara eso. Fracasó. Así, en octubre se fue a la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua alegando que, dado que los congresistas pueden ser reelegidos, él es "una víctima de discriminación". Los magistrados, todos sandinistas en el panel de la corte constitucional, esperaron hasta que los jueces de oposición se hubieran ido a casa al termino del día, para llamar a tres jueces sandinistas del panel de la corte que oficiaban solo como suplentes, y celebraron una votación durante las horas de la madrugada. La corte dictaminó que la prohibición de la reelección es"inaplicable". El Sr. Ortega se declaró rápidamente candidato para el 2011.

Aun así, el aspirante a dictador todavía tiene un problema: Es poco probable que gane una elección justa. Es por eso que quiere escoger a dedo el consejo electoral, que se encarga de asegurar una igualdad de condiciones y el momento de renovar se será en junio. Y por eso está encerrado en un combate mortal con el Congreso.

Normalmente, el presidente envía a sus candidatos para la Corte Suprema y el consejo electoral, al Congreso para su votación. Pero después del truco de "inaplicable", el Congreso se negó a continuar. Así, en enero el Sr. Ortega emitió un decreto que buscaba ampliar las competencias de dos jueces de la Suprema Corte y el Consejo Electoral. El presidente no tiene tal poder, ya a principios de este mes dos jueces que debían retirarse de la corte, porque ha expirado su mandato, se negaron a hacerlo. La semana pasada uno de ellos llevaba la violencia de las turbas a la calle.

La demanda del señor Ortega de que el Congreso vuelva a elegir al consejo electoral actual, es aún más preocupante. Su récord es de mala calidad. Nunca ha producido un recuento de votos completo de la elección presidencial del 2006, en que el Sr. Ortega supuestamente ganó. Peor aún, las elecciones del 2008 para alcaldes del país, que proporcionan un importante contrapeso a la del gobierno nacional, fueron tan viciados que ni los EE.UU. ni la Unión Europea reconocieron los resultados. Los EE.UU. suspendió la participación de Nicaragua en el programa de ayuda exterior conocido como la Cuenta del Desafío del Milenio y la Unión Europea suspendió la ayuda también.

El Congreso de Nicaragua está insistiendo en una nueva lista de candidatos para el consejo electoral y tiene los votos para derogar el decreto del señor Ortega. Ahora se especula con que el señor Ortega está trabajando entre bastidores para neutralizar a los miembros del Congreso de la oposición.

Si eso falla, tendrá que ampararse una vez mas en la violencia callejera contra los legisladores o va a tener que sentarse y hacer algunos compromisos. Incluso si opta por esta última en esta ocasión, este capítulo no debe ser olvidado. Los nicaragüenses han sido advertidos sobre el respeto de su presidente, o su ausencia, ante el imperio de la ley.