PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010

PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010
BICENTENNIAL MILITARY ARMY OF CHILE 2010

REPORTAJES ESPECIALES E INFORMACIÓN ADICIONAL

sábado, 17 de abril de 2010

LA CARRERA ARMAMENTISTA DE CHÁVEZ

 
Cristian Leyton Salas
Expongamos algunas condiciones generales y meramente aproximativas que nos indicarían que un país estaría embarcado en una competencia o carrera armamentista.
1. Adquisición, en un corto período de tiempo, de grandes cantidades de sistemas de armas, pudiendo ser estas de alta tecnología o no.
2. Adquisición de sistemas de armas de carácter eminentemente ofensivas.
3. El Estado que “corre”, identifica, adoptando políticas declaratorias directas e indirectas al “objeto” de su rearme.
4. El Estado que corre adopta una postura política externa ofensiva, de potencia.
5. El Estado que “corre”, adhiere al revisionismo ideológico, político, económico, militar o territorial. Descarta el statu quo, alienta su reposicionamiento regional o mundial.
Una carrera armamentista tiene la característica de modificar el balance de fuerzas y militares de la región así como generar una lógica de acción-reacción entre dos o un grupo de Estados: El Estado “A” siente aprensión frente a las intenciones del Estado “B”. Frente a este temor, reacciona buscando reequilibrar el potencial militar. Adquiere sistemas de armas que neutralizan el potencial operativo de aquellas del adversario, o al menos así se piensa. Esta es la principal consecuencia. Si no se materializa esa percepción de indefensión no hay lugar para temer una carrera por armamentos. En este sentido, un aspecto fundamental es la existencia de grados de hostilidad entre los Estados en pugna. Sin una relación de hostilidad, es decir sin la existencia de una animadversión política e ideológica, de carácter histórica, que se arrastre en el tiempo y que ocupe “espacios” determinados, no podemos hablar de “Carrera armamentista”. A título de ejemplo, la proyectada adquisición de 3 submarinos de tipo KILO (Varshavianka), de un total de nueve, genera per se un desequilibrio en su relación con la Armada de Colombia. Estos últimos, al poseer solo cuatro submarinos, siendo dos de ellos Midget (Enanos), y dos de una tecnología ya casi obsoleta como son los S-209 (alemanes) percibirán en desventaja y claramente vulnerables. Los submarinos del tipo KILO son uno de los más silenciosos, conocido como “Hoyos negros”, por su capacidad para virtualmente desaparecer de los sonares y su capacidad de furtividad. Más allá de las capacidades militares que el régimen Chavista está adquiriendo y las altas sumas de recursos que está “invirtiendo” (5.000 millones de dólares), la problemática está asociada a las intenciones que abrigan dichos sistemas de armas. Venezuela a diferencia de Chile no ha adoptado una postura “defensiva” hablando en términos diplomáticos y políticos, sino que claramente revisionista y expansiva. A diferencia de Chile quien ha señalado que no posee reclamos territoriales con sus vecinos, Chávez sí los tiene, no solo en función de Colombia sino que también de sus vecinos orientales. Chávez si bien ha reaccionado frente a la política de containement estadounidense, pudiendo desde este prisma catalogar estas adquisiciones como “defensivas”, lo sería solo en función de los EE.UU. y no de Colombia. Si el régimen chavista señala que se arma para enfrentar a la Casa Blanca, se olvida que frente a los EE.UU. no tiene capacidad de defensa, menos de disuasión o coerción. La suma de factores indican que Colombia “correrá” con Venezuela y no Washington. Una vez más la política de Chávez en vez de alentar un alejamiento de la presencia de los Estados Unidos de Sudamérica, bases e intereses directos en este espacio geopolítico, los alienta, justifica y explica. Frente a esta adquisición masiva de sistemas de armas por parte de Hugo Chávez, la presencia de los EE.UU. aparece como el mal menor para la región del norte de Sudamérica. Las bases FOL estadunidenses surgen como factores de estabilización en las difíciles relaciones entre Colombia y Venezuela. Mientras ellos estén allí, ambos países solo “correrán” bajo la lógica del Fair Play internacional, sin ellos, la mas mínima zancadilla podría hacerlos trenzarse a golpes diplomáticos, primero, luego quien sabe…
Hoy el mejor aliado de los EE.UU. en la región no son los colombianos, sino que Chávez y su régimen.

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