Siete años después de la “Primavera Negra” cubana, durante la cual el régimen de Fidel Castro encarceló a 75 personas entre las que se encontraban periodistas independientes, bibliotecarios independientes y activistas por la democracia, la Human Rights Foundation (HRF) insta al régimen cubano a liberar a todos los presos políticos en la isla.
“El aniversario de la ‘Primavera Negra’ es un doloroso recordatorio de que nada ha cambiado ahora que el hermano menor de los Castro es el dictador”, dijo Thor Halvorssen, Presidente de la Human Rights Foundation. “Como respuesta a la muerte de Orlando Zapata Tamayo, el gobierno cubano ha intensificado su hostigamiento y ha arrestado a activistas arbitrariamente, cuando lo que debería hacer es poner en libertad a sus más de 200 presos políticos y presos de consciencia.” El mes pasado, Orlando Zapata Tamayo, uno de los prisioneros de conciencia de la “Primavera Negra”, murió después de una prolongada huelga de hambre. Zapata, de 42 años, estaba demandando mejores condiciones en la prisión. Actualmente, Guillermo Fariñas, activista de la sociedad civil, está en situación crítica debido a una huelga de hambre que inició para protestar por la muerte de Zapata y para demandar la libertad de más de 20 prisioneros políticos que se encuentran enfermos. “Gobiernos democráticos como los de Brasil o España, y organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos, tienen que dejar de solapar al gobierno de los Castro —el despotismo de mayor duración en el mundo actual—. Lula, Zapatero e Insulza deberían abogar por los desamparados en Cuba, en lugar de adular a los Castro”, señaló Halvorssen. La “Primavera Negra” consistió en una serie de arrestos llevada a cabo, en todo el país, contra los disidentes del régimen cubano entre el 18 y 20 de marzo de 2003, y está considerada como una respuesta al éxito del Proyecto Varela y al crecimiento de un periodismo independiente en la isla. El Proyecto Varela fue un esfuerzo de la sociedad civil cubana para introducir cambios democráticos en Cuba a través de un referéndum. Entre sus demandas figuraban la libertad de prensa, la libertad de expresión, y elecciones libres y justas. Los organizadores del Proyecto Varela obtuvieron más de las 10.000 firmas requeridas por la Constitución para someter sus demandas a votación. Sin embargo, el gobierno nunca atendió sus peticiones. En los meses anteriores a la ofensiva del gobierno, el periodismo independiente había llegado a ser popular en la isla. Los periodistas comenzaron a informar sobre los incidentes que los medios controlados por el Estado cubano no cubrían, divulgándolos dentro de la isla y también internacionalmente. Su trabajo representó una vergüenza para el gobierno. De las 75 personas encarceladas, más de la mitad estaban involucradas en el Proyecto Varela y más de 20 eran periodistas independientes. Estos activistas fueron condenados a penas que van de 6 a 28 años de cárcel por “apoyar, facilitar, o colaborar” con actos “encaminados a quebrantar el orden interno, desestabilizar el país y liquidar al Estado Socialista”. Hoy, 52 de ellos permanecen en la cárcel, donde son sometidos a tratos crueles, inhumanos y degradantes, incluyendo la negación de asistencia médica, el confinamiento solitario, la falta de acceso a la alimentación, derechos de visita limitados y el abuso físico. Los agentes del gobierno y partidarios de éste rutinariamente acosan a los miembros de sus familias, cuya mayoría ha sido anotada en la lista negra de empleo. Las esposas, hijas y otras familiares de las 75 personas encarceladas formaron el grupo “Damas de Blanco”, el cual es reconocido internacionalmente por su labor. Este grupo organiza marchas los días domingo exigiendo libertad para los presos políticos y el respeto de los derechos humanos en la isla. Ayer, durante una manifestación pacífica en la que las “Damas de Blanco” conmemoraban el aniversario de la “Primavera Negra”, agentes del gobierno atacaron a las mujeres —golpeándolas, arañándolas, e insultándolas— antes de meterlas por la fuerza a un bus para evitar la protesta. Algunas de las mujeres terminaron en el hospital tras las agresiones. El tratamiento del régimen cubano hacia sus presos políticos y la comunidad disidente en la isla viola los estándares mínimos de derechos humanos establecidos en varios instrumentos internacionales, como lo son las Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos de las Naciones Unidas y la Declaración sobre Defensores de Derechos Humanos de la ONU de 1998, además del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que el gobierno cubano firmó en febrero de 2008.
La Human Rights Foundation (HRF) es una organización internacional, apolítica, dedicada a defender los derechos humanos en el continente americano. La Fundación centra su trabajo en los conceptos entrelazados de autodeterminación y libertad. Estos ideales encuentran su más alta expresión en la creencia de que todos los seres humanos tienen derecho a la libertad de expresión, de asociación con personas de ideas afines. Las personas que viven en una sociedad libre deben recibir el mismo trato y debido proceso de conformidad con la ley y deben tener asimismo, la oportunidad de participar en los asuntos públicos de su país. De la misma forma, los ideales de la HRF están determinados por la convicción de que todos los seres humanos tienen el derecho a estar libres de detenciones o exilios arbitrarios, de esclavitud y tortura y de la interferencia y coerción en asuntos de conciencia. La HRF no justifica ni aboga por la violencia. El Consejo Internacional de la HRF está constituido por individuos que fueron presos de conciencia como Vladimir Bukovsky, Palden Gyatso, Václav Havel, Mutabar Tadjibaeva, Ramón J. Velásquez, Elie Wiesel, y Harry Wu.
Contacto:
Glenda Aldana, Human Rights Foundation, (212) 246.8486, info@thehrf.org.
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