En Chile la coalición de centro-izquierda de la Concertación, ha controlado palacio presidencial de La Moneda durante 20 años. Naturalmente, entonces, la fatiga es una explicación de la victoria en la primera ronda de la centro-derecha, con el candidato presidencial Sebastián Piñera, en diciembre 13.
Eduardo Frei, candidato de la coalición gobernante Concertación, que en segunda vuelta para el 17 de enero del 2010, se encuentra aliado al Partido Comunista a quien ha ofrecido cupos ministeriales en su eventual gobierno
También puede explicar por qué el ex senador y ex magnate multimillonario es el favorito para ganar el 17 de enero contra el ex presidente y candidato de la Concertación, Eduardo Frei.
Sin embargo, ocultos bajo la superficie pueden haber otros factores más poderosos en la contienda, no menos que la disminución de la productividad de Chile en cuatro sucesivos gobiernos de la Concertación, y un creciente sentido de que por primera vez en 20 años, económicamente hablando, la vida de los chilenos ya no está mejorando. El Sr. Piñera, que obtuvo el 44% de los votos versus el 30% el Sr. Frei en la primera ronda, se ha comprometido a revertir estas tendencias.
Esto es importante para toda América Latina. Chile es el niño del cartel de la región para el éxito a través de la apertura, la competitividad, una moneda sólida, los límites al gobierno y la igualdad ante la ley. Si el modelo comienza a producir resultados mediocres, los enemigos de la libertad lo utilizaran para desacreditar a la libertad.
La Concertación, que es una coalición de socialistas y democristianos (DC), ganó por primera vez la presidencia en 1990. La elección terminó con 17 años de gobierno del general Augusto Pinochet, quien había tomado el poder en un golpe militar contra el presidente socialista Salvador Allende.
Allende había hecho un lío de cosas, pero Pinochet no opto por regresar al país al status quo. En su lugar, a bordo de un grupo de jóvenes economistas de libre mercado, muchos de ellos entrenados en Estados Unidos, aplicaron profundas reformas estructurales. Los precios fueron liberados, los mercados abiertos y los derechos de propiedad restaurada. La mayoría de las nacionalizaciones se habían invertido, y la responsabilidad fiscal en el gobierno se convirtió en una prioridad.
Uno de los cambios más dramáticos fue la privatización del sistema de pensiones. Otra reforma fundamental dio la independencia del banco central, poniendo fin a la maldición de la hiperinflación.
Se dice a menudo que la modernización de la economía chilena bajo Pinochet fue tan exitosa que incluso la izquierda, una vez en el poder, no se atrevió a deshacer. Esto quizá sea cierto durante el gobierno de Patricio Aylwin, el primer presidente de la Concertación post Pinochet, y del Sr. Frei, también un DC que fue presidente entre 1994-2000.
Sebastian Piñera, candidato triunfador en primera vuelta, perteneciente a la Coalición por el Cambio.
Pero no era cierto para el presidente socialista Ricardo Lagos, quien fue elegido en la papeleta de la Concertación en el 2000 y su sucesor, la presidente socialista Michelle Bachelet. Ambos, por ejemplo, recortaron la flexibilidad del mercado laboral como un favor a los grupos sindicales.
Algunos sostienen que el Sr. Frei, distante en un segundo lugar en la primera ronda electoral, debe ser atribuida su derrota a su naturaleza poco inspiradora. De hecho, si hubiera habido una elección primaria, es poco probable que hubiera ganado.
Esto pone de relieve los problemas dentro de la coalición gobernante, que se está deteriorando. Los democratas-cristianos. DC, son , cada vez más populistas y los socialistas se inclinan más hacia la izquierda; el objetivo común de la Concertación de gobierno es sólo el poder. Se perdió un número significativo de votantes frente a un candidato de un tercer partido en la primera ronda. Mientras tanto, los del otro lado del pasillo han trabajado para unificarse en los últimos años.
Sin embargo, la primera ronda también han revelado un aumento de la preferencia nacional por lo que la centro-derecha, ha ofrecido tradicionalmente un camino de una mayor libertad. Chile es una economía abierta y esto parece haber cambiado la forma de pensar. En una encuesta del 2009 de agosto realizada por la Pontificia Universidad Católica y la consultora Adimark, el 73% de los encuestados dijo que la iniciativa personal y el trabajo duro son la forma de salir de la pobreza. Sólo el 26% dijo que el Estado es responsable. La misma encuesta encontró que el 77% de los encuestados creen que las pequeñas empresas son perfectamente capaces de convertirse en empresas exitosas.
¿Qué ha hecho el gobierno de Bachelet o ha estado haciendo para sacar provecho de este espíritu empresarial? Lamentablemente, menos que nada: ha empeorado las cosas.
En la encuesta del Banco Mundial "Doing-Business " 2010, que evalua el entorno fiscal y reglamento de las empresas en 183 países, indica que Chile cayó 14 lugares año tras año en la categoría de medir la facilidad de "comenzar un negocio". Se cayó cinco lugares en el "empleo de trabajadores", y tres lugares en el "pago de impuestos." En el "cierre de un negocio" se mantuvo incluso, entrando en el 114° en el mundo. En general, en la encuesta, el rango de Chile cayó nueve lugares.
Esto se refleja en la caída de la productividad en Chile. Durante el mandato del Sr. Lagos (en ese entonces un período de seis años), la productividad creció un mísero 0,12%. Las cosas se pusieron aún peor con la Sra. Bachelet. En 2008, la productividad fue del 2,4%. En 2009 se prevé que caerá otro 2,7%, que se llevará a la caída en sus cuatro años de duración a -1,57%.
La victoria del Sr. Piñera en la segunda vuelta no es algo seguro. Tampoco está claro que como presidente podría asumir los riesgos políticos necesarios para defender un tratado de libre reactivación de los mercados mediante la reducción de burocracia. Lo cierto es que si Chile sigue haciendo hincapié en la política de redistribución en el espíritu de empresa, perderá su ventaja.
Escriba a O'Grady @ wsj.com
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