El Foro Económico Mundial acaba de publicar la edición 2009 del Índice de Competitividad Global, donde enlista 133 países del mundo según factores de competitividad en materia de instituciones, infraestructura, estabilidad macroeconómica, formación de los recursos humanos, sofisticación de los negocios e innovación. Este ranking hoy es liderado por Suiza y por los Estados Unidos de América; Chile es el mejor representante de América Latina, con el puesto número 30. Lamentablemente, todos aquellos países latinoamericanos cuyos Gobiernos imponen el “socialismo del siglo XXI” a sus ciudadanos ocupan hoy las posiciones más vergonzosas del listado. Encabezando el ranking de países más incompetentes de América Latina, encontramos a Nicaragua, en el puesto 125, a Paraguay, en el puesto 124, y a Bolivia, en la ubicación 120. Venezuela, luego de diez años de vivir bajo el régimen de la “revolución bolivariana”, hoy ocupa el puesto 113 de competitividad. Y finalmente corona el ranking de incompetencia el país de la “revolución ciudadana”, el Ecuador, en la ubicación 105 del índice. A los escépticos de los rankings del Foro Económico Mundial, se les recomienda también revisar el prestigioso índice de 183 países haciendo negocios (doing business en inglés) del Banco Mundial, que, en la edición 2010, está liderado por Singapur y Nueva Zelanda, con Colombia a la cabeza de América Latina en el puesto 37. Este indicador mide la facilidad con la que implementan los negocios y las medidas encaminadas a promover un entorno favorable para su desarrollo. Nuevamente, los países con Gobiernos “revolucionarios” en Latinoamérica se encuentran en las peores ubicaciones.Venezuela, y su “revolución bolivariana”, encabeza la lista de países latinoamericanos menos favorables a la implementación de negocios, en el puesto 177, seguida de Bolivia, en el 161, Haití, en el 151, y Honduras, en el 141; finalmente, Ecuador, en el puesto 138, cierra el top cinco de los países latinoamericanos con más obstáculos para el desarrollo de emprendimientos. No es coincidencia que el común denominador en los países latinoamericanos más incompetentes y menos favorables para los negocios sea el llamado “socialismo del siglo XXI”, el mismo que, lejos de llevar a estas naciones hacia el desarrollo, las somete al embrujo del populismo, generando inestabilidad económica e instituciones débiles, pone barreras al libre comercio y destruye el espíritu emprendedor de sus ciudadanos.
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