El gobierno británico desclasificó hoy varios documentos secretos que revelan detalles sobre la muerte en extrañas condiciones en 2003 del experto en armamento David Kelly, después de que acusara al gabinete del primer ministro de "pervertir" sus informes sobre las armas de destrucción masiva en Irak.
David Kelly
En los documentos se dice que el ciéntifico murió por un "daño autoinflingido", lo que va en contra de las especulaciones que se hicieron en 2003 sobre un posible asesinato de Kelly, cuyo móvil habrían sido las acusaciones que hizo el ciéntifico en la BBC contra el gobierno del entonces primer ministro Tony Blair.
Esta "perversión" aludida por Kelly que habría hecho el gobierno británico consistió en afirmar que Irak tenía armas de destrucción masiva, lo que sirvió de argumento principal para Blair para apoyar la invasión de Estados Unidos del país del golfo Pérsico.
Hasta ahora no se han encontrado evidencias de que hubiese tales armas en Irak bajo el régimen de Saddam Hussein.
La investigación sobre la muerte de Kelly concluyó en 2004 que el científico se había suicidado. Brian Hutton, jefe de las pesquisas, ordenó que el informe permaneciera clasificado 70 años para proteger a la familia de Kelly de "ulteriores sufrimientos".
Sin embargo, a principios de este año, un grupo de médicos expertos y de abogados cuestionó las pruebas del caso y exigió reabrir la investigación de forma completa.
Además de otras discrepancias, este grupo argumentó que no había suficiente sangre en el lugar del suceso, además de existir contradicciones en la posición del cuerpo en el momento de ser encontrado.
Como primer paso en este nuevo proceso, el secretario de Justicia, Kenneth Clarke, publicó hoy el certificado oficial de la autopsia y otros documentos.
La autopsia, realizada por un forense del gobierno, concluyó que la causa principal de la muerte fue la pérdida de sangre producida por una herida en las muñecas de Kelly "habiendo sido realizada por completo con un arma de filo".
El cuerpo del experto fue encontrado en un bosque cercano a su casa en Oxfordshire, al noroeste de Londres, en julio de 2003.
Michael Powers, un experto en derecho forense crítico con la tesis oficial, dijo hoy tras saber la noticia: "El suicidio no puede presumirse, debe ser probado (...). Las evidencias que tenemos como las circunstancias de su muerte, y en particular del aspecto de la hemorragia, no creemos que sean suficientes para probar la duda razonable de que (Kelly) se suicidase".
Por su parte, Clarke afirmó haber decidido publicar los documentos "en aras del interés por mantener la confianza pública en la investigación sobre cómo falleció el Dr. Kelly".
El abogado de la viuda de Kelly y de sus hijas rehusó pronunciarse al respecto.
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