La Policía Nacional del Perú detuvo en Loreto a cuatro integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), agrupación narcoterrorista que actualmente se encuentra en medio del debate internacional debido a la presencia de 1,500 de sus miembros en Venezuela y a sus estrechos vínculos con el líder revolucionario Hugo Chávez.
La captura confirma una vez más que la agrupación subversiva tiene presencia en el territorio peruano cercano a las fronteras con Colombia y Brasil. Los detenidos, dos ciudadanos colombianos y dos peruanos, vestían uniforme militar y elementos que los señalan como miembros de las FARC.
Los capturados fueron identificados como Wagner Rosales Collantes, alias “comandante Henry”, Adrián Hernán Ardila Farría, alias “Adrián”, Jhon Heider Calderón Castellano, alias “Pistolita”, y Félix Rubio Acho, alias “Mota”.
La detención ocurrió en la localidad de Cushillococha, 73 kilómetros de la frontera con Colombia, en la región amazónica de Loreto, y la tarde del viernes una aeronave de la Fuerza Aérea los trasladó hasta la localidad de Caballococha para ser interrogados.
Fuentes de la PNP en la zona indicaron que uno de ellos es el principal nexo entre Colombia y Perú para el abastecimiento de droga proveniente del VRAE.
Esta no es la primera vez que se da cuenta de la presencia de las FARC en territorio peruano. El 17 de mayo de este año se hizo publico el informe 02-2010-V Dirtepol - Iquitos/SEC (ver informe aquí) en el que el jefe de la Dirección Territorial de Iquitos, general PNP Luis Sánchez Vigil, comunica al alto mando que desde que empezó el gobierno de Alan García, en el 2006, se han producido por lo menos 33 muertes atribuidas a las FARC en dicha región. La mayoría de éstas habían sido ocultadas a los medios de comunicación, pero los atentados se habían incrementado, por lo que demandaba mayor apoyo.
Las víctimas
En el documento se menciona la denuncia de un teniente gobernador, respecto a que el 31 de marzo de 2010, “aproximadamente 20 personas uniformadas” ingresaron violentamente en varios domicilios de la comunidad de Mario Rivera - Río Amazonas, donde secuestraron a Mario Pizango Tenazoa (30), Jesús Arirama Murayuri (67), Jorge Arirama Pérez (23) y Hugo Marín Arirama (26). Todos ellos habrían sido asesinados por colaborar con la PNP sobre los cargamentos de droga que se mueven por el poblado.
Según información de Inteligencia, “debido al reducido número del personal policial en los puestos de vigilancia fronteriza, ello motiva la infiltración e incursión a las comunidades nativas peruanas y a la Policía Nacional por parte de firmas, organizaciones de tráfico ilícito de droga y por la organización narcoterrorista FARC”.
Tomaron poblado
Si bien muchos homicidios fueron debido a rivalidades entre cárteles de narcotraficantes, el peligro ha crecido. El general Sánchez Vigil alerta que en el presente año ya han habido tres incursiones en los poblados de Mario Rivera, Gamboa y en la quebrada Callarú de la comunidad Dos de Mayo.
La más reciente muestra del avance de las FARC en territorio peruano fue el 12 de abril, cuando 25 sujetos vestidos de negro con fusiles tomaron Gamboa. Sacaron a los 87 habitantes y los llevaron a un campo deportivo. Allí encañonaron a todos y amenazaron con matarlos y destruir el poblado si no colaboraban con ellos, para luego cruzar la frontera hacia Colombia.
Por ello, se ha paralizado la actividad comercial en varias comunidades, e incluso este poblado y el de Mario Rivera se convirtieron en “pueblos fantasmas” porque las personas están migrando a la ciudad más cercana.
Reclutan y apoyan a Sendero
Antes de la difusión de dicho informe, también existieron antecedentes respecto al ingreso de terroristas colombianos a suelo peruano. El 2 de noviembre de 2006, el entonces gobernador de la región Loreto, Robinson Rivadeneyra, denunció que las FARC habrían reclutado forzosamente al 80% de los jóvenes que habita en la frontera con Colombia.
Según la autoridad, las FARC primero llevaban a los jóvenes a trabajar en plantaciones de coca y luego los reclutaban como combatientes.
El 2 de agosto de 2009 el presidente de Ecuador, Rafael Correa, reveló a los medios de su país que su par peruano, Alan García, le confirmó la existencia de campamentos de las FARC en la frontera con Colombia.
Asimismo, un informe publicado el 7 de marzo de este año en el diario colombiano El Tiempo, se indica que del análisis del material incautado durante el ataque militar colombiano a las FARC en suelo ecuatoriano el 1 de marzo de 2008, en el que fue abatido “Raúl Reyes”, se determinó que se dedicó a fortalecer el entrenamiento, ideología y “lucha armada” de miembros de Sendero Luminoso que opera en el Perú.
Un día después, el medio colombiano Diario Crítico indicó que en un correo electrónico de diciembre de 2007 escrito por “Raúl Reyes”, entonces número dos de las FARC, envió sus condolencias al senderista “camarada Artemio”, máximo jefe del grupo narco-terrorista peruano, por un golpe militar en el que murió alias “JL”, uno de los líderes y con quien “había tenido oportunidad de intercambiar ideas”.
En otro correo “Raúl Reyes” daba la orden a sus hombres para que les enviaran a los senderistas vídeos que instruían en técnicas de ataque y reclutamiento. “También solicite los manuales de instrucción de totes (explosivos) y de incorporación de la gente (reclutamiento)”, ordenó “Raúl Reyes”.
El informe señala que las dos agrupaciones narco-terroristas se han dedicado en los últimos años a velar por su hegemonía en las rutas del tráfico ilegal de drogas y han hecho del narcotráfico una de sus fuentes de ingresos. Estos nexos serían, según fuentes policiales, los que habrían motivado la presencia de los cuatro colombianos detenidos en Loreto.
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