El contraalmirante retirado Carlos Molina Tamayo, ex asesor de Seguridad Nacional de Hugo Chávez, no tiene dudas de que muchas de las armas que la guerrilla usa contra el gobierno de Colombia son suministradas por Venezuela.
Foto de archivo del contralmirante Carlos Molina Tamayo, en un acto militar en Caracas, en febrero del 2002.
Versiones de que esto sucede han sido desmentidas por Caracas con la misma frecuencia con que han surgido a lo largo de los últimos años y han quedado varadas en medio de las dificultades para demostrar irrefutablemente que las armas venezolanas encontradas en manos de la guerrilla han sido entregadas intencionalmente por el régimen bolivariano.
Pero Molina dijo que fue testigo de algunos de los primeros intentos del gobierno venezolano por suministrar clandestinamente armas a la guerrilla colombiana y que estos esfuerzos fueron una de las principales razones por las que decidió romper con el chavismo.
Molina, quien vive exiliado en Europa, dijo a El Nuevo Herald que, en una ocasión, un cercano colaborador de Chávez, el capitán de navío retirado Ramón Rodríguez Chacín, le pidió que le entregara fusiles para los rebeldes cuando él estaba a cargo del arsenal de las Fuerzas Armadas.
"Rodríguez Chacín me pidió 300 fusiles FAL. Me dijo sólo que era para una operación irregular pero se entendía que era para una operación de la guerrilla. Me preguntó que de dónde se podía sacarlos sin dejar rastros'', dijo Molina en una entrevista mientras se encontraba de visita a Miami. "Yo no acepté; inmediatamente corté eso y le dije que no se podían sacar esos de aquí''.
Ramón Rodríguez Chacín
Rodríguez Chacín, dos veces ministro de Relaciones Interiores de Chávez y quien fue incluido en la lista negra del Departamento del Tesoro de Estados Unidos por ayudar materialmente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el tráfico de drogas, no volvió a pedirle ayuda.
Pero posteriormente la dirección de Armamento de las Fuerza Armada Nacional, presidida por Molina, comenzó a detectar incidentes de pérdida de material bélico, cuyas investigaciones determinaron que fueron perpetradas bajo complicidad o bajo participación directa de los propios integrantes del Ejército.
"A veces había operaciones donde se robaban armas, o se fingía que se las estaban robando, para entregárselas a la guerrilla. No se trataba solamente de fusiles, también desaparecían morteros, granadas y los cohetes antitanques AT4, esos que han aparecido en manos de la guerrilla'', dijo.
Pese a su negativa a colaborar con las gestiones de Rodríguez Chacín, Molina fue posteriormente nombrado Secretario Permanente del Consejo de Seguridad y Defensa.
Pero duró muy poco tiempo en la posición ministerial debido a los constantes enfrentamientos y desacuerdo que sostuvo con Chávez y fue nombrado como embajador en Grecia para hacerlo a un lado.
Una vez en Grecia, Molina optó por presentar su renuncia durante los eventos de inicio del 2002 en una proclama pública en la que exigió la renuncia de Chávez, argumentando entre otras cosas su estrecho vínculo con los movimientos armados de Colombia.
El general de brigada de la Guardia Nacional, Marcos Ferreira, quien se encuentra exiliado en Miami, dijo que Rodríguez Chacín es el hombre designado por Chávez para servir como enlace entre el gobierno venezolano y las FARC y con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Ferreira señaló que cuando fungía como director de Identificación y Extranjería recibió órdenes de Chávez, transmitidas a través de Rodríguez Chacín, para que en ese entonces dejara ingresar al país a líderes de ambas agrupaciones guerrilleras.
"El se presentaba como comisionado del presidente de la República. Y en esas oportunidades fue hasta mi despacho, solicitando apoyo de parte del presidente, y cuando hablé con el ministro del Interior, que en ese entonces era Luis Miquelena, él me confirmó y me dijo: "Sí, es verdad, Ferreira, hay que apoyarlo porque esas son instrucciones de Hugo''.
Esa introducción le dio carta blanca para que Rodríguez Chacín pudiera dirigirse directamente a los diferentes puntos de ingreso del país para recibir a individuos que posteriormente fueron identificados como integrantes de la guerrilla.
Ferreira dijo que Rodríguez Chacín llegó en un momento dado a tener control en las aduanas y a realizar arreglos para importar armas que luego eran traspasadas a las FARC.
"En el año 2004 y 2003, todo el armamento que llegaba a Venezuela lo pasaban a una almacenadora privada sin ningún tipo de seguridad. A esa almacenadora la asaltaban casi todos los días'', dijo Ferreira.
Molina, quien dijo mantenerse en contacto con diferentes integrantes activos de las Fuerzas Armadas venezolanas, indicó que muchos de los robos de armamentos son realizados por el hampa común bajo complicidad del gobierno.
"Es una forma del gobierno de decir: ‘Yo no soy responsable de eso. Esas armas se las robó el hampa común' ''.
Pero Molina dijo que las informaciones que recibe de Venezuela indican que el gobierno venezolano aún sigue suministrando armamento directamente a la guerrilla y teme que algunos de los armamentos más sofisticados, como los misiles portátiles tierra-aire que Chávez adquirió recientemente de Rusia vayan a caer en manos de grupos guerrilleros.
IGLA- S /SA-24 Grinch- Manpads en Venezuela
La posibilidad de que algunos de los lanzamisiles SA-24, capaces de derribar aviones subsónicos y helicópteros a un alcance de tres millas puedan caer de alguna manera en manos de subversivos colombianos también causan preocupación en Washington.
"Nos preocupa la compra de armas por parte Venezuela, que excede sus necesidades y es potencialmente un factor desestabilizador'', dijo Sara Mangiaracina, portavoz del Departamento de Estado, a finales del año pasado. "Los lanzamisiles antiaéreos portátiles que Venezuela le ha comprado a Rusia son sistemas muy modernos. Es importante que se controlen debidamente para que no paren en otras manos''.
No hay comentarios:
Publicar un comentario