El presidente iraní señaló en rueda de prensa, tras asistir a la inauguración de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación, que su país no teme afrontar nuevas sanciones y advirtió que su adopción pondría fin a un posible acercamiento entre Washington y Teherán
"Aunque no celebramos que nos sancionen, tampoco las tememos", dijo el líder iraní en declaraciones a la prensa en Nueva York, tras asistir el lunes a la inauguración de la Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación (TNP). Asimismo, resaltó que "la experiencia ha demostrado que las sanciones no pueden detener a la nación iraní. Es capaz de resistir la presión de EE.UU. y sus aliados".
Para Ahmadineyad, la adopción de una cuarta ronda de sanciones por parte del Consejo de Seguridad supondría poner fin a la política de acercamiento a la República Islámica anunciada por el presidente de EE.UU., Barack Obama, tras su llegada en 2009 a la Casa Blanca.
"Ese camino quedaría cerrado", afirmó el mandatario iraní, quien aseguró que las relaciones entre los dos países "nunca volverían a mejorar".
En su opinión, un "grupo de radicales" estaría presionando a Obama para pasar "con rapidez del lema del cambio (en las relaciones con Irán) a un punto irreversible". Pese al enfrentamiento con la comunidad internacional, Ahmadineyad descartó que su país siga el ejemplo de Corea del Norte, que abandonó el TNP en 2003 y se convirtió en una potencia nuclear. "Mi presencia aquí significa que queremos que se revise el TNP, que se convierta en un sistema justo y seguimos siendo miembros activos de la OIEA y el TNP, ya que consideramos que la bomba atómica es la peor y horrorosa de las armas", agregó. Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (EE.UU., China, Francia, Reino Unido y Rusia), además de Alemania, negocian desde abril la redacción de un proyecto de resolución que refuerce el régimen de sanciones que pesa sobre Irán.
Estas potencias consideran que se debe castigar de nuevo al régimen iraní por su negativa a aceptar las propuestas del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) para disipar las dudas de que su programa nuclear esconde ambiciones militares. En ese sentido, el secretario de Estado de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Rybakov, dijo hoy que se siente "optimista" respecto a las negociaciones que las seis potencias llevan a cabo para acordar una cuarta ronda de sanciones a la República Islámica. "El proceso avanza con lentitud. Todavía quedan brechas por superar, pero no exageraría las diferencias que nos separan", observó el representante ruso, tras intervenir en la conferencia de revisión del TNP.
Irán ha acaparado la atención en las dos primeras jornadas de sesiones de la conferencia, que se celebra en la sede de la ONU hasta el 28 de este mes, después de que Ahmadineyad lanzara el lunes en su discurso duras críticas a EE.UU. y otras potencias nucleares. "¿Cómo puede ser que el Gobierno de EE.UU. sea miembro de la junta de gobernadores (del OIEA) si, además de ser el único que lanzó una bomba atómica contra Japón, usó también armas con uranio empobrecido en Irak?", se preguntó ayer Ahmadineyad. El líder iraní también desoyó los llamamientos formulados poco antes en ese mismo foro de desarme por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el director general del OIEA, el japonés Yukiya Amano, para que acepte la propuesta de este agencia de enriquecer su uranio fuera del país.
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