*Carnegie Endowment for International Peace - Proliferation Analysis - Nima Gerami, Sharon Squassoni Los autores alertan sobre los riesgos implícitos de una Venezuela nuclear, más allá del derecho del país a los usos pacíficos, tomando en cuenta las desafiantes actitudes chavistas y su proximidad con el régimen de Irán.
El Presidente de Venezuela Hugo Chávez ha mencionado la posibilidad de desarrollar la energía nuclear desde, al menos, mayo de 2005, pero pocos lo han tomado en serio. Argentina y Brasil han mantenido cierta distancia de sus pedidos de cooperación nuclear.
El Nucleo: Así y todo, recientes señales de interés por parte de Rusia y Francia pueden indicar la posibilidad de exportaciones a Venezuela, si los precios declinantes del petróleo no socavan las posibilidades de pago del país. No importa de quién se trate, todos los proveedores nucleares deberían ser cautos en tanto Chávez perpetúe su rol antagonista en la región, su desafío a las normas internacionales y, en particular, sus esfuerzos para cultivar una estrecha relación con Irán. En septiembre de 2008, Rusia propuso construir reactores de potencia en Venezuela y los dos países establecieron un grupo de trabajo. Atomstroyexport, la misma compañía que construyó la planta nuclear de Bushehr en Irán, confirmó su participación en negociaciones para un acuerdo de cooperación nuclear con Venezuela. [1] Dos meses más tarde, en una visita del Presidente ruso Dmitry Medvedev a Caracas, se firmó un acuerdo marco estableciendo “cooperación en materia de fusión termonuclear controlada, seguridad de instalaciones nucleares y desarrollo, construcción y puesta fuera de servicio de los reactores experimentales y centrales atómicas". [2] Negociaciones continuas entre estos dos países podrían llevar a proyectos reales, si Venezuela puede afrontar la construcción de nuevos reactores, que costarían miles de millones de dólares. Francia supuestamente también expresó su voluntad de ayudar a Venezuela a desarrollar su energía nuclear, aunque hay pocos detalles adicionales al respecto. [3] Las ambiciones nucleares de Venezuela complican una ya tensa situación. Chávez da soporte a las FARC - Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, a las que los Estados Unidos y la Unión Europea y la mayoritaria comunidad internacional califican como organización terrorista. Bajo el mando de Chávez, Venezuela ha incrementado dramáticamente su gasto militar, incluyendo 4.400 millones de dólares de Rusia en los pasados cuatro años y un préstamo de 1.000 millones para ayudar a financiar la "cooperación técnica- militar"[4] Finalmente, el deseo de Chávez de involucrar a Irán en el desarrollo nuclear venezolano ha producido un cierto recelo en los estados potencialmente proveedores nucleares, incluyendo Argentina y Brasil.
Credenciales y no-proliferación: En los papeles, las credenciales de Venezuela son positivas. Venezuela firmó el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares en América Latina (también conocido como Tratado de Tlatelolco) en 1967 y accedió al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) en 1975. En 1994, el país abandonó su único reactor de investigación conocido. Si Venezuela es seria en la idea de llevar adelante la energía nuclear para fines pacíficos debería dejar claro su compromiso adoptando un Protocolo Adicional (PA), uniéndose a la Convención de Seguridad Nuclear, a la Convención de Viena por Responsabilidad Civil por Daños Nucleares y a la Convención de Protección Física de Material Nuclear.[5] Chile y Perú, que tienen reactores de investigación, adhirieron a esos y otros tratados y han ratificado Protocolos Adicionales a sus acuerdos de salvaguardias con el OIEA – Organismo Internacional de Energía Atómica. Los potenciales proveedores nucleares deberían urgir a Venezuela a hacer lo mismo. De los tres países latinoamericanos con programas de centrales nucleares – Argentina, Brasil y México – sólo México tiene un PA en vigor, pero los tres países son parte de la mayoría de los acuerdos multilaterales del OIEA en el ámbito de la seguridad nuclear, la seguridad física y la responsabilidad. En verdad, la perspectiva de una Venezuela con capacidad nuclear debería motivar a Argentina y Brasil a establecer una norma regional de adhesión al Protocolo Adicional.
Capacidades: Venezuela no tiene ninguna infraestructura nuclear y pocos especialistas fuera del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, o IVIC. El país tiene un reactor de investigación conocido el RV-1 (3 MW), que fue comprado a la U.S. General Electric Company en 1956 y posteriormente cerrado en 1994. La pasada cooperación técnica entre Venezuela y el OIEA ha sido mínima. Más recientemente, en 2007, el Departamento de Cooperación Técnica del OIEA aprobó un proyecto en Venezuela para desarrollo de recursos humanos y ayuda general en los usos de la ciencia nuclear y la tecnología.[6] Anteriores funcionarios venezolanos estimaron que el país podría tener 50.000 toneladas de uranio aunque esta cantidad no ha sido evaluada en forma confiable.[7] Venezuela no hace minería del uranio en estos momentos, pero una reciente colaboración con Irán en minerales estratégicos ha despertado rumores de que el país podría hacerlo para Irán.[8] Uno de los elementos consignados en el acuerdo marco Rusia-Venezuela es la asistencia en el desarrollo del uranio.[9]
Intenciones: Muchos países en Latinoamérica son casi completamente dependientes de la energía hidroeléctrica cuyo suministro puede ser errático en algunas estaciones si no se establecen previsiones de almacenamiento de agua. Venezuela ha diversificado su mix de modo que el 75 por ciento de su generación eléctrica total proviene de la energía hidroeléctrica y el 25 remanente del gas natural, petróleo y diesel.[10] (En comparación Brasil depende en un 84 por ciento de la hidroelectricidad). En Venezuela alrededor del 90 por ciento del total de los ingresos por exportaciones y un tercio del producto bruto interno (PBI) proviene del petróleo.[11] La compañía petrolera estatal Petróleos de Venezuela S.A. o PDVSA es la tercera más grande en el mundo y es propietaria de las reservas convencionales de petróleo más grandes en el hemisferio occidental. Una diversificación mayor que incorpore la energía nuclear liberaría una porción del petróleo y gas venezolanos que ahora es utilizada para generar electricidad. Venezuela podría estar interesada en utilizar centrales nucleares pequeñas en el sector petrolero. En octubre de 2005, el diario Clarín de Argentina informó que una delegación de PDVSA había firmado una carta de intención para llevar a cabo un amplio rango de proyectos relacionados con la energía, incluyendo la instalación de un pequeño reactor argentino CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares) en el cinturón petrolero del Orinoco venezolano para la explotación de crudo pesado.[12] El reactor sería utilizado para producir vapor a alta temperatura que podría ser inyectado para licuar dicho crudo pesado. De todas formas, el reactor CAREM está todavía en etapa de prototipo.[13] Los intentos venezolanos para cooperar con Brasil son más oscuros. Funcionarios brasileros han sugerido que Venezuela buscó trasferencia de tecnología nuclear desde Brasil entre mayo y octubre de 2005, pero que el trato era riesgoso para Brasil dado el apoyo de Chávez a la posible participación de Irán en los planes nucleares de su país.[14] No está del todo claro de qué tecnología se trataba, pero Brasil tiene capacidades de enriquecimiento de uranio y fabricación de combustible nuclear, aunque no diseña o produce reactores nucleares de potencia. Edson Kuramoto, presidente de la Asociación Brasilera de Energía Nuclear, comentó que Venezuela quería "comprar tecnología" más que "cooperar totalmente" porque "estaba quedándose atrás de Brasil en términos de investigación nuclear".[15] El director de la CNEN – Comisión Brasilera de Energía Nuclear, Odair Gonçalves consideró a la medicina nuclear como el único campo de cooperación con Venezuela.[16]
Una ilusión nuclear?: Aún cuando Venezuela pueda estar en camino de dar seguridades a un proveedor nuclear serio, la construcción de centrales nucleares no es algo que se pueda dar por hecho. Los acuerdos de cooperación nucleares son acuerdos marco y no garantizan exportaciones. Desde 2005, más de 30 estados han declarado planes de construir su primera central nuclear.[17] Como Venezuela, esos estados requerirían al menos 15 años para desarrollar la infraestructura física e intelectual necesarias para operar su primera planta con la seguridad nuclear y física necesarias. Aún más, las plantas nucleares son caras (entre 5.000 y 10.000 millones de dólares por planta). La crisis económica global podría exacerbar la ya alta tasa de inflación a valores superiores al 35 por ciento en Venezuela y provocar recortes en el gasto social.[18] Un precio declinante en el crudo cortará la renta venezolana proveniente, frenando potencialmente los proyectos que requieran de grandes inversiones de capital, tales como las centrales nucleares nuevas. Globalmente, la crisis económica está estrechando los mercados de crédito, lo cual podría también resultar en dificultades de financiamiento de las nuevas centrales.
Cultivando alianzas estratégicas: Bajo Chávez, Venezuela ha apoyado el derecho a desarrollar tecnología nuclear sin restricciones y ha ayudado a extender los intereses iraníes en América Latina. El comercio venezolano con Irán ha crecido de, aproximadamente, 1 millón de dólares en 2004 a arriba de 50 millones en 2006.[19] Chávez ha ayudado personalmente a Irán a apuntalar los lazos diplomáticos y económicos a través de la región, habiendo intermediado presentaciones entre el Presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad y los nuevos líderes en Nicaragua, Bolivia y Ecuador a principios de 2007. Desde ese entonces, Irán ha establecido o está en proceso de reabrir embajadas en Chile, Ecuador, Colombia, Nicaragua, Uruguay y una oficina de representación en Bolivia.[20] Venezuela también ha tratado de facilitar transacciones de armas entre Irán y países latinoamericanos[21], las que podrían constituir una violación de las resoluciones legalmente vinculantes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas relativas al programa nuclear de Irán.[22] Como una consecuencia de los esfuerzos venezolanos, otros países latinoamericanos han seguido esta orientación apoyando a Irán en el Movimiento de No Alineados (NAM), en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en otros foros internacionales con el objeto de sacar de su curso el impulso hacia mayores sanciones internacionales.[23] Dada la estrecha colaboración de Venezuela con Irán, aquellos estados y compañías que contemplen cooperación nuclear con el gobierno de Chávez deberían considerar si estarían ayudando a recrear la historia alarmante del programa nuclear de Irán y sus consiguientes crisis internacionales.
Acerca de los autores: Nima Gerami es investigador asistente y Sharon Squassoni es asociada senior en el Programa de No-proliferación de Carnegie Endowment for International Peace.
Notas1. "Russia, Venezuela to Cooperate in Building Nuclear Reactors," RIA Novosti, septiembre 29, 2008. 2. "Russia, Venezuela Ink Nuclear Cooperation Deal," RIA Novosti, noviembre 27, 2008. 3. "Venezuela, France Eye Nuclear Energy Cooperation," Associated Press, octubre 2, 2008. 4. Michael Schwartz, "Russia Loans Venezuela $1 Billion for Military," The New York Times, septiembre 26, 2008. Chávez justifica sus adquisiciones de armas como preparación para una eventual invasión de los Estados Unidos a Venezuela. Las compras incluyen cazas avanzados, submarinos, radares y misiles tierra-aire, 100.000 rifles de asalto AK-103 y la licencia para operar dos fábricas de AK-47 (Kalashnikov) en Venezuela. 5. Ver IAEA Office of Legal Affairs. 6. Ver IAEA Technical Cooperation Program. También de interés son los acuerdos de cooperación nuclear que Venezuela ha cerrado con sus vecinos. Además de su pasada cooperación con los Estados Unidos, Venezuela suscribió un acuerdo con Brasil en 1983. El entonces gobierno militar brasilero había presumiblemente adquirido el “expertise” tecnológico para producir armas nucleares antes de que perdiera el poder en 1985. No está claro qué obligaciones se habían llevado adelante como parte de ese acuerdo. El texto completo está disponible en:http://untreaty.un.org/unts/120001_144071/9/6/00007287.pdf.
7. Ver, por ejemplo, Julio César Pineda, "El laberinto nuclear de Chávez," El Universal, octubre 11, 2005. 8. Oscar Medina, "Ajedrez nuclear," El Universal, marzo 19, 2006; e “Iran Pact with Venezuela Stokes Fears of Uranium Sales,” The Washington Times, marzo 13, 2006. 9. RIA Novosti, noviembre 27, 2008. 10. Ver Energy Information Administration, "Country Analysis Briefs: Venezuela," U.S. Department of Energy, octubre 2007, disponible en: http://www.eia.doe.gov/. 11. Ibid. 12. Natasha Niebieskikwiat, "Chávez confirmó que busca un acuerdo nuclear con Argentina," Clarín, octubre 20, 2005. 13. INVAP S.E., "CAREM Project," disponible en: http://www.invap.net/nuclear/carem/carem_index-e.html.
14. Andrei Khalip, "Brazil Wary on Nuclear Cooperation with Venezuela," Reuters, mayo 23, 2005. 15. Ibid. 16. Ver O Estado de São Paulo, October 16, 2005; también Larry Rohter y Juan Forero, "Venezuela’s Leader Covets a Nuclear Energy Program," The New York Times, noviembre 27, 2005. 17. Sharon Squassoni, "Nuclear Renaissance: Is It Coming? Should It?" Carnegie Policy Brief, No. 69, octubre 2008. 18. Ver Mark Weisbrot and Rebecca Ray, "Oil Prices and Venezuela’s Economy," Center for Economic and Policy Research, November 2008, y las referencias contenidas allí. 19. Elodie Brun, "La place de l'Iran dans la politique étrangère du Venezuela," Presentado en el Woodrow Wilson International Center for Scholars, julio 10, 2008. 20. Ver Islamic Republic News Agency, febrero 27, 2007. 21. Por ejemplo, de acuerdo con investigadores parlamentarios uruguayos, un contratista militar venezolano ayudó el embarque de alrededor de15.000 rondas de munición y 18.000 rifles automáticos desde un exportador iraní al gobierno uruguayo. Ver "Denuncian triangulación Irán-Venezuela-Uruguay," El País, agosto 16, 2007; y "Uruguay Caught Buying Iran Arms," The Washington Times, octubre 12, 2007. 22. De acuerdo con la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 1747 (marzo 2007): "Irán no deberá suministrar, vender o transferir directa o indirectamente desde su territorio o por sus nacionales o utilizando buques o aeronaves de su pabellón ningún arma o material relacionado…y todos los Estados Miembros deberán prohibir la adquisición de esos artículos del Irán, procedentes o no del territorio del Irán, por sus nacionales, o utilizando buques o aeronaves de su pabellón" 23. En una notable instancia, el Presidente boliviano Evo Morales afirmó que Bolivia había abierto relaciones diplomáticas con Irán parcialmente en respuesta a la petición de Venezuela y Cuba. Ver "Evo Morales: Cuba y Venezuela me enviaron mensajes para acercarme a Irán," El Mundo, noviembre 8, 2007. Aunque los registros de las votaciones muestran que Venezuela y Cuba fueron los únicos dos países además de Siria en defender a Irán en contra de las resoluciones de la Junta de Gobernadores del OIEA en septiembre 2005 y febrero 2006, Morales de Bolivia y el Presidente de Nicaragua Daniel Ortega en particular han corrido a apoyar las actividades nucleares de Irán en la conferencia de No-alineados y en la Asamblea General de las Naciones Unidas, del mismo modo que en la apuesta fallida de Irán para un asiento no-permanente en el consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para 2009-2010. Tales gestos ayudan a fortalecer la legitimidad internacional de Irán a la vez que neutralizan los esfuerzos de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido para sancionar a Irán por rehusarse a suspender sus actividades relacionadas con el enriquecimiento y reprocesamiento.
Credenciales y no-proliferación: En los papeles, las credenciales de Venezuela son positivas. Venezuela firmó el Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares en América Latina (también conocido como Tratado de Tlatelolco) en 1967 y accedió al Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) en 1975. En 1994, el país abandonó su único reactor de investigación conocido. Si Venezuela es seria en la idea de llevar adelante la energía nuclear para fines pacíficos debería dejar claro su compromiso adoptando un Protocolo Adicional (PA), uniéndose a la Convención de Seguridad Nuclear, a la Convención de Viena por Responsabilidad Civil por Daños Nucleares y a la Convención de Protección Física de Material Nuclear.[5] Chile y Perú, que tienen reactores de investigación, adhirieron a esos y otros tratados y han ratificado Protocolos Adicionales a sus acuerdos de salvaguardias con el OIEA – Organismo Internacional de Energía Atómica. Los potenciales proveedores nucleares deberían urgir a Venezuela a hacer lo mismo. De los tres países latinoamericanos con programas de centrales nucleares – Argentina, Brasil y México – sólo México tiene un PA en vigor, pero los tres países son parte de la mayoría de los acuerdos multilaterales del OIEA en el ámbito de la seguridad nuclear, la seguridad física y la responsabilidad. En verdad, la perspectiva de una Venezuela con capacidad nuclear debería motivar a Argentina y Brasil a establecer una norma regional de adhesión al Protocolo Adicional.
Capacidades: Venezuela no tiene ninguna infraestructura nuclear y pocos especialistas fuera del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, o IVIC. El país tiene un reactor de investigación conocido el RV-1 (3 MW), que fue comprado a la U.S. General Electric Company en 1956 y posteriormente cerrado en 1994. La pasada cooperación técnica entre Venezuela y el OIEA ha sido mínima. Más recientemente, en 2007, el Departamento de Cooperación Técnica del OIEA aprobó un proyecto en Venezuela para desarrollo de recursos humanos y ayuda general en los usos de la ciencia nuclear y la tecnología.[6] Anteriores funcionarios venezolanos estimaron que el país podría tener 50.000 toneladas de uranio aunque esta cantidad no ha sido evaluada en forma confiable.[7] Venezuela no hace minería del uranio en estos momentos, pero una reciente colaboración con Irán en minerales estratégicos ha despertado rumores de que el país podría hacerlo para Irán.[8] Uno de los elementos consignados en el acuerdo marco Rusia-Venezuela es la asistencia en el desarrollo del uranio.[9]
Intenciones: Muchos países en Latinoamérica son casi completamente dependientes de la energía hidroeléctrica cuyo suministro puede ser errático en algunas estaciones si no se establecen previsiones de almacenamiento de agua. Venezuela ha diversificado su mix de modo que el 75 por ciento de su generación eléctrica total proviene de la energía hidroeléctrica y el 25 remanente del gas natural, petróleo y diesel.[10] (En comparación Brasil depende en un 84 por ciento de la hidroelectricidad). En Venezuela alrededor del 90 por ciento del total de los ingresos por exportaciones y un tercio del producto bruto interno (PBI) proviene del petróleo.[11] La compañía petrolera estatal Petróleos de Venezuela S.A. o PDVSA es la tercera más grande en el mundo y es propietaria de las reservas convencionales de petróleo más grandes en el hemisferio occidental. Una diversificación mayor que incorpore la energía nuclear liberaría una porción del petróleo y gas venezolanos que ahora es utilizada para generar electricidad. Venezuela podría estar interesada en utilizar centrales nucleares pequeñas en el sector petrolero. En octubre de 2005, el diario Clarín de Argentina informó que una delegación de PDVSA había firmado una carta de intención para llevar a cabo un amplio rango de proyectos relacionados con la energía, incluyendo la instalación de un pequeño reactor argentino CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares) en el cinturón petrolero del Orinoco venezolano para la explotación de crudo pesado.[12] El reactor sería utilizado para producir vapor a alta temperatura que podría ser inyectado para licuar dicho crudo pesado. De todas formas, el reactor CAREM está todavía en etapa de prototipo.[13] Los intentos venezolanos para cooperar con Brasil son más oscuros. Funcionarios brasileros han sugerido que Venezuela buscó trasferencia de tecnología nuclear desde Brasil entre mayo y octubre de 2005, pero que el trato era riesgoso para Brasil dado el apoyo de Chávez a la posible participación de Irán en los planes nucleares de su país.[14] No está del todo claro de qué tecnología se trataba, pero Brasil tiene capacidades de enriquecimiento de uranio y fabricación de combustible nuclear, aunque no diseña o produce reactores nucleares de potencia. Edson Kuramoto, presidente de la Asociación Brasilera de Energía Nuclear, comentó que Venezuela quería "comprar tecnología" más que "cooperar totalmente" porque "estaba quedándose atrás de Brasil en términos de investigación nuclear".[15] El director de la CNEN – Comisión Brasilera de Energía Nuclear, Odair Gonçalves consideró a la medicina nuclear como el único campo de cooperación con Venezuela.[16]
Una ilusión nuclear?: Aún cuando Venezuela pueda estar en camino de dar seguridades a un proveedor nuclear serio, la construcción de centrales nucleares no es algo que se pueda dar por hecho. Los acuerdos de cooperación nucleares son acuerdos marco y no garantizan exportaciones. Desde 2005, más de 30 estados han declarado planes de construir su primera central nuclear.[17] Como Venezuela, esos estados requerirían al menos 15 años para desarrollar la infraestructura física e intelectual necesarias para operar su primera planta con la seguridad nuclear y física necesarias. Aún más, las plantas nucleares son caras (entre 5.000 y 10.000 millones de dólares por planta). La crisis económica global podría exacerbar la ya alta tasa de inflación a valores superiores al 35 por ciento en Venezuela y provocar recortes en el gasto social.[18] Un precio declinante en el crudo cortará la renta venezolana proveniente, frenando potencialmente los proyectos que requieran de grandes inversiones de capital, tales como las centrales nucleares nuevas. Globalmente, la crisis económica está estrechando los mercados de crédito, lo cual podría también resultar en dificultades de financiamiento de las nuevas centrales.
Cultivando alianzas estratégicas: Bajo Chávez, Venezuela ha apoyado el derecho a desarrollar tecnología nuclear sin restricciones y ha ayudado a extender los intereses iraníes en América Latina. El comercio venezolano con Irán ha crecido de, aproximadamente, 1 millón de dólares en 2004 a arriba de 50 millones en 2006.[19] Chávez ha ayudado personalmente a Irán a apuntalar los lazos diplomáticos y económicos a través de la región, habiendo intermediado presentaciones entre el Presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad y los nuevos líderes en Nicaragua, Bolivia y Ecuador a principios de 2007. Desde ese entonces, Irán ha establecido o está en proceso de reabrir embajadas en Chile, Ecuador, Colombia, Nicaragua, Uruguay y una oficina de representación en Bolivia.[20] Venezuela también ha tratado de facilitar transacciones de armas entre Irán y países latinoamericanos[21], las que podrían constituir una violación de las resoluciones legalmente vinculantes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas relativas al programa nuclear de Irán.[22] Como una consecuencia de los esfuerzos venezolanos, otros países latinoamericanos han seguido esta orientación apoyando a Irán en el Movimiento de No Alineados (NAM), en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en otros foros internacionales con el objeto de sacar de su curso el impulso hacia mayores sanciones internacionales.[23] Dada la estrecha colaboración de Venezuela con Irán, aquellos estados y compañías que contemplen cooperación nuclear con el gobierno de Chávez deberían considerar si estarían ayudando a recrear la historia alarmante del programa nuclear de Irán y sus consiguientes crisis internacionales.
Acerca de los autores: Nima Gerami es investigador asistente y Sharon Squassoni es asociada senior en el Programa de No-proliferación de Carnegie Endowment for International Peace.
Notas1. "Russia, Venezuela to Cooperate in Building Nuclear Reactors," RIA Novosti, septiembre 29, 2008. 2. "Russia, Venezuela Ink Nuclear Cooperation Deal," RIA Novosti, noviembre 27, 2008. 3. "Venezuela, France Eye Nuclear Energy Cooperation," Associated Press, octubre 2, 2008. 4. Michael Schwartz, "Russia Loans Venezuela $1 Billion for Military," The New York Times, septiembre 26, 2008. Chávez justifica sus adquisiciones de armas como preparación para una eventual invasión de los Estados Unidos a Venezuela. Las compras incluyen cazas avanzados, submarinos, radares y misiles tierra-aire, 100.000 rifles de asalto AK-103 y la licencia para operar dos fábricas de AK-47 (Kalashnikov) en Venezuela. 5. Ver IAEA Office of Legal Affairs. 6. Ver IAEA Technical Cooperation Program. También de interés son los acuerdos de cooperación nuclear que Venezuela ha cerrado con sus vecinos. Además de su pasada cooperación con los Estados Unidos, Venezuela suscribió un acuerdo con Brasil en 1983. El entonces gobierno militar brasilero había presumiblemente adquirido el “expertise” tecnológico para producir armas nucleares antes de que perdiera el poder en 1985. No está claro qué obligaciones se habían llevado adelante como parte de ese acuerdo. El texto completo está disponible en:http://untreaty.un.org/unts/120001_144071/9/6/00007287.pdf.
7. Ver, por ejemplo, Julio César Pineda, "El laberinto nuclear de Chávez," El Universal, octubre 11, 2005. 8. Oscar Medina, "Ajedrez nuclear," El Universal, marzo 19, 2006; e “Iran Pact with Venezuela Stokes Fears of Uranium Sales,” The Washington Times, marzo 13, 2006. 9. RIA Novosti, noviembre 27, 2008. 10. Ver Energy Information Administration, "Country Analysis Briefs: Venezuela," U.S. Department of Energy, octubre 2007, disponible en: http://www.eia.doe.gov/. 11. Ibid. 12. Natasha Niebieskikwiat, "Chávez confirmó que busca un acuerdo nuclear con Argentina," Clarín, octubre 20, 2005. 13. INVAP S.E., "CAREM Project," disponible en: http://www.invap.net/nuclear/carem/carem_index-e.html.
14. Andrei Khalip, "Brazil Wary on Nuclear Cooperation with Venezuela," Reuters, mayo 23, 2005. 15. Ibid. 16. Ver O Estado de São Paulo, October 16, 2005; también Larry Rohter y Juan Forero, "Venezuela’s Leader Covets a Nuclear Energy Program," The New York Times, noviembre 27, 2005. 17. Sharon Squassoni, "Nuclear Renaissance: Is It Coming? Should It?" Carnegie Policy Brief, No. 69, octubre 2008. 18. Ver Mark Weisbrot and Rebecca Ray, "Oil Prices and Venezuela’s Economy," Center for Economic and Policy Research, November 2008, y las referencias contenidas allí. 19. Elodie Brun, "La place de l'Iran dans la politique étrangère du Venezuela," Presentado en el Woodrow Wilson International Center for Scholars, julio 10, 2008. 20. Ver Islamic Republic News Agency, febrero 27, 2007. 21. Por ejemplo, de acuerdo con investigadores parlamentarios uruguayos, un contratista militar venezolano ayudó el embarque de alrededor de15.000 rondas de munición y 18.000 rifles automáticos desde un exportador iraní al gobierno uruguayo. Ver "Denuncian triangulación Irán-Venezuela-Uruguay," El País, agosto 16, 2007; y "Uruguay Caught Buying Iran Arms," The Washington Times, octubre 12, 2007. 22. De acuerdo con la resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, 1747 (marzo 2007): "Irán no deberá suministrar, vender o transferir directa o indirectamente desde su territorio o por sus nacionales o utilizando buques o aeronaves de su pabellón ningún arma o material relacionado…y todos los Estados Miembros deberán prohibir la adquisición de esos artículos del Irán, procedentes o no del territorio del Irán, por sus nacionales, o utilizando buques o aeronaves de su pabellón" 23. En una notable instancia, el Presidente boliviano Evo Morales afirmó que Bolivia había abierto relaciones diplomáticas con Irán parcialmente en respuesta a la petición de Venezuela y Cuba. Ver "Evo Morales: Cuba y Venezuela me enviaron mensajes para acercarme a Irán," El Mundo, noviembre 8, 2007. Aunque los registros de las votaciones muestran que Venezuela y Cuba fueron los únicos dos países además de Siria en defender a Irán en contra de las resoluciones de la Junta de Gobernadores del OIEA en septiembre 2005 y febrero 2006, Morales de Bolivia y el Presidente de Nicaragua Daniel Ortega en particular han corrido a apoyar las actividades nucleares de Irán en la conferencia de No-alineados y en la Asamblea General de las Naciones Unidas, del mismo modo que en la apuesta fallida de Irán para un asiento no-permanente en el consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para 2009-2010. Tales gestos ayudan a fortalecer la legitimidad internacional de Irán a la vez que neutralizan los esfuerzos de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido para sancionar a Irán por rehusarse a suspender sus actividades relacionadas con el enriquecimiento y reprocesamiento.
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