Gran Bretaña se declaro molesta y preocupada con la decisión de la presidenta argentina Cristina Fernandez, quien atraviesa una profunda crisis institucional, social y económica, de ejercer control directo por parte del país suramericano sobre la navegación internacional hacia las Islas Falklands.
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La exigencia argentina de ejercer control inmediato sobre la navegación, desde dicho país hacia las islas Falklands, generó temores de un conflicto en Gran Bretaña debido a los recursos energéticos que se encuentran en el Atlántico sur.
En medio de crecientes tensiones por el inminente comienzo de actividades de explotación de hidrocarburos en las islas Falklands, cuya soberanía se disputan el Reino Unido y Argentina, el gobierno argentino anunció que buscará limitar el tránsito marítimo a ese archipiélago.
El jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, anunció durante una sorpresiva conferencia de prensa (ver vídeo de arriba) que Buenos Aires "exigirá que cualquier embarcación que quiera llegar a las islas usando puertos o atravesando jurisdicción argentina deberá solicitar autorización del país". Esa disposición fue implementada por un decreto firmado por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. De acuerdo con el decreto "todo buque que se proponga transitar entre puertos ubicados en la Argentina continental y las Malvinas o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas a Malvinas, o cargar mercadería entre estos puertos, tendrá que solicitar autorización previa al Gobierno argentino". Este martes, durante un acto para inaugurar una obra pública, la mandataria argentina se refirió al diferendo con el Reino Unido por las polémicas islas.
El jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, anunció durante una sorpresiva conferencia de prensa (ver vídeo de arriba) que Buenos Aires "exigirá que cualquier embarcación que quiera llegar a las islas usando puertos o atravesando jurisdicción argentina deberá solicitar autorización del país". Esa disposición fue implementada por un decreto firmado por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. De acuerdo con el decreto "todo buque que se proponga transitar entre puertos ubicados en la Argentina continental y las Malvinas o atravesar aguas jurisdiccionales argentinas a Malvinas, o cargar mercadería entre estos puertos, tendrá que solicitar autorización previa al Gobierno argentino". Este martes, durante un acto para inaugurar una obra pública, la mandataria argentina se refirió al diferendo con el Reino Unido por las polémicas islas.
Hace pocos días las autoridades argentinas prohibieron operar en los puertos argentinos a un buque de bandera del territorio británico de las Islas de Man. Según afirmaron, el buque Thor Leader transportaba al archipiélago material de la empresa británica Desire Petroleum.
Esa petrolera anunció que a mediados de febrero comenzará con los trabajos de exploración petrolera y gasífera en la cuenca norte de las Falklands.
Escalada de tensión
Escalada de tensión
Los planes de Desire Petroleum y de otras petroleras británicas que se aprestan a extraer hidrocarburos de las aguas aledañas a las islas, en el Atlántico Sur, recrudecieron las tensiones entre Argentina y el Reino Unido. Los países fueron a la guerra en 1982 por la soberanía del territorio, que se disputan hace más de 170 años. Hace diez días el gobierno de Fernández de Kirchner envió a la cancillería británica una nota expresando su "más enérgica protesta" por los planes de explotación.
Fuentes de la cancillería argentina dijeron que el país podría presentar demandas judiciales contra el gobierno británico y "todos los actores privados involucrados" en la "potencial exploración y explotación de recursos argentinos".
Por su parte, el canciller argentino, Jorge Taiana, señaló que Buenos Aires incluirá las denuncias por la explotación petrolera en la presentación que realizará en junio ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas.
Defensa británica
En tanto, el gobierno de Gordon Brown ha defendido los trabajos de perforación en las islas. Un vocero de la cancillería británica contactado por BBC Mundo expresó: "Como reaccionen los argentinos es algo que les compete a ellos. Estamos absolutamente claros de que se trata de un asunto legítimo en las aguas de las Islas Falklands".
Defensa británica
En tanto, el gobierno de Gordon Brown ha defendido los trabajos de perforación en las islas. Un vocero de la cancillería británica contactado por BBC Mundo expresó: "Como reaccionen los argentinos es algo que les compete a ellos. Estamos absolutamente claros de que se trata de un asunto legítimo en las aguas de las Islas Falklands".
En un comunicado, la cancillería británica destacó que Argentina y el Reino Unido son "socios importantes".
Algunos medios británicos especularon con la posibilidad de que la intensificación del diferendo entre el Reino Unido y Argentina pudiera devenir en un nuevo enfrentamiento militar, algo que fue categóricamente desmentido por el gobierno argentino. Gran Bretaña triunfó en 1982 cuando los antiguos antagonistas libraron una guerra por la soberanía sobre las islas. Estaba en juego el orgullo nacional, junto con los sentimientos heridos de la era colonial y la lealtad de los propios isleños. Esta vez, el enfrentamiento es el control de importantes reservas de petróleo y gas que podrían generar miles de empleos y miles de millones de dólares en las próximas décadas. El ministerio del Exterior británico sostuvo que Argentina no puede controlar las aguas territoriales en torno de las islas, que Gran Bretaña llama "Falklands". Funcionarios británicos dijeron que las medidas anunciadas por la presidenta Cristina Fernández no se aplican a las islas. El parlamentario Andrew Rosindell, secretario de la comisión encargada de las islas, dijo que sería peligroso hacer caso omiso de la provocación argentina. "Cualquier intento de la Argentina de reclamar cualquier tipo de derecho soberano sobre la región es algo que debemos tomar muy en serio", dijo. "No creo que debamos apaciguar a Buenos Aires, ya vimos la vez pasada lo que sucede". Sin embargo, dijo que un nuevo conflicto militar es improbable porque Argentina sabe que no puede enfrentar con éxito a Gran Bretaña, que patrulla esas aguas con buques de la Marina Real. "Es el típico discurso para ganar simpatías, pero saben que los británicos están preparados y que esta es una batalla que no pueden ganar". Dijo que los comandantes de barcos deben hacer caso omiso de la decisión argentina cuando pasen de aguas internacionales al mar que rodea las islas, que calificó de aguas bajo soberanía británica.
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