No conforme con haber enmendado la Constitución el pasado mes de febrero pasado para reelegirse sin límites cuantas veces se le antoje, el presidente venezolano, Hugo Chávez, pretende ahora eliminar la separación de poderes que consagra la Carta Magna que apenas cumplió 10 años de existencia esta misma semana.
Y la propuesta de reformarla no la ha hecho el mandatario personalmente sino que la ha encargado a sus pregoneros. Chávez ha pedido a la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, TSJ, Luisa Estela Morales, a los diputados chavistas y a dirigentes de su Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV que anuncien la buena nueva.
Sin ton ni son que lo justificara, la titular del TSJ lanzó la propuesta al ruedo. Aseguró que la división de poderes, entre el legislativo, el ejecutivo y el judicial, que en su día consagrara como corazón del sistema democrático occidental el pensador francés Montesquieu, «debilita al Estado». Para secundarle, el diputado chavista Carlos Escarrá admite que está planteada una reforma del texto constitucional.
El vicepresidente del PSUV, Aristóbulo Istúriz, hablando en nombre de Chávez, dijo que hay que destruir las gobernaciones, municipios y alcaldías para transferir el poder a las comunas. «Hay que sustituir el modelo de producción capitalista que se basa en la propiedad privada sobre los medios de producción. Si no cambiamos el modelo económico, no hay revolución».
El diputado chavista Earle Herrera señala que la Constitución «establece los mecanismos para ser enmendada o refrendada en función de los cambios históricos, y además para convocar una asamblea constituyente».
Los opositores, por su parte, defienden a capa y espada la separación de poderes en Venezuela, para evitar el monopolio del Ejecutivo y como consecuencia la dictadura.
Al ex constituyente Hermán Escarrá no le importa mucho llevarle la contraria a su hermano chavista Carlos. Afirma, en declaraciones a ABC: «Esto es un globo sonda de Chávez. Si llegaran a eliminar la separación de poderes, Venezuela caería en una dictadura o en un tutelaje militar igual que un sistema monocrático imperial que deviene de las constituciones napoleónicas, típicas de algunas naciones de Oriente Próximo y del cuerno de África».
«Chávez avanza hacia la concentración absoluta de todos los poderes. Todos sabemos que en Venezuela no se cumple la Constitución, que el gobierno la viola constantemente desde hace 10 años. Pero ahora quiere cambiar el texto para legalizar la situación y no quedar como el eterno violador», añade.
Hermán Escarrá asegura que «en la realidad y la práctica en el país no hay división, ni autonomía ni separación de poderes pero el gobierno necesita hacerse de una nueva Constitución ».
«La verdad es que los vientos no soplan a favor de Chávez. Ya no tiene la misma influencia geopolítica de antes. Se enfrenta a tres acusaciones penales en la Corte Internacional de La Haya, una de ellas la que yo he presentado. Tiene protestas por todos los lados por incumplimiento en el pago de salarios, y ha aumentado la pobreza, la delincuencia, la inseguridad, la inflación y el desempleo» señala Escarrá.
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