La comisión de senadores bolivianos presentará su denuncia el martes en Washington, luego de haber pedido una audiencia hace cuatro meses, según informe senatorial
La Cámara de Senadores de Bolivia, controlada por la oposición, denunciará ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA en Washington al presidente Evo Morales, por la "violación de los derechos humanos", dijo su presidente, Oscar Ortiz.
"En cuatro años se ha lamentado 74 muertos, centenares de heridos, torturas, seguimientos, amedrentamiento a opositores, secuestros, asesinatos e innumerables violaciones a los derechos humanos, la mayoría de estos casos no han sido investigados y menos se ha procesado a los autores", afirmó Ortiz, antes de emprender el domingo viaje a la capital estadounidense.
Hugo Chávez y Evo Morales firmaron un pacto de asistencia militar, el que permite a Venezuela en caso de levantamiento social o perdida del gobierno de Morales, invadir militarmente a Bolivia en apoyo de Morales
La comitiva de senadores opositores está conformada por Ortiz, por el presidente de la Comisión de Constitución, Luis Vásquez, y por el senador Róger Pinto, todos rebeldes, según informó el diario El Deber en su edición del domingo.
La oposición afirma que las muertes se produjeron principalmente por choques entre civiles y fuerzas de la policía en diversos momentos de conflictos sociales (se cita en la denuncia la Masacre del Alto), así como persecuciones judiciales y ejecuciónes clandestinas a opositores.
La presentación de la denuncia responde a una resolución del Senado, conformado por 27 senadores, la mayoría opositores, en mayo, cuando se aprobó un informe sobre la situación de los derechos humanos en Bolivia, informó la oficina de prensa de este cuerpo legislativo.
El gobierno boliviano anunció que de igual manera presentará sus alegatos ante la CIDH, mientras el mandatario expresó anticipadamente: "tendremos derecho a defendernos" y añadió que la comunidad internacional "sabrá juzgar si estamos equivocados o no".
Morales, quien encabeza un gobierno de caracter etno-socialista con fuerte sentido nacionalista, racista y controlado y apoyado desde Venezuela por Hugo Chávez, ya cumplió 46 meses de gestión y en diciembre próximo irá a la reelección por un nuevo período de cinco años, para el que se perfila seguro ganador.
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