Mientras la guerra de Afganistán se empantana, analistas de Estados Unidos empiezan a mirar a Colombia como un modelo para replicar
La percepción de que Afganistán se está convirtiendo en un Vietnam para el presidente Barack Obama está creciendo, muy a pesar del premio Nobel que le acaba de ser otorgado. Hace pocas semanas se conoció un documento del general Stanley McChrystal, jefe de las tropas norteamericanas en Kabul, en el que no sólo implora aumentar el número de soldados, sino que señala la urgencia de cambiar la estrategia ante el riesgo de perder la guerra. Y aunque no puede haber dos realidades políticas y culturales más disímiles que las de Afganistán y Colombia, cada vez más voces de expertos de Estados Unidos ven en el modelo de intervención colombiano una serie de lecciones para aplicar allá.
Quizás el primero en señalar a Colombia como un laboratorio de las "nuevas guerras" fue el escritor conservador Robert Kaplan, quien ha señalado como digno de imitar un modelo en el que Estados Unidos apuntala las capacidades del Ejército local para que sea este el que libre las batallas. En abril de este año, en un artículo de domingo en The Washington Post, el periodista Scott Wilson, quien fue corresponsal por cuatro años en Bogotá, sugirió que frente a la encrucijada de Afganistán habría que observar lo positivo del proceso colombiano.
Hace dos semanas el Centro para los Estudios Estratégicos Internacionales (Csis) entregó un voluminoso documento sobre las lecciones que deja la experiencia de Estados Unidos en Colombia, y uno de sus más prestigiosos analistas, Anthony H. Cordesman, se atrevió a comparar ambos países. Colombia es el tercer país donde Estados Unidos está involucrado en un conflicto, y no en vano hay un permanente intercambio de diplomáticos entre ambos escenarios de guerra. Es muy llamativo, por ejemplo, que Anne Patterson y William Wood, ambos ex embajadores en Bogotá en tiempos del Plan Colombia, son ahora representantes de su gobierno en Pakistán y Afganistán, respectivamente.
Según como se le mire, el caso colombiano es un ejemplo para el de Afganistán. Cordesman señala que hace 10 años Colombia estaba a las puertas de convertirse en un Estado fallido, con una insurgencia que acechaba los pueblos y las ciudades, con un Ejército incapaz de derrotarla en el campo de batalla, unas autoridades ausentes en buena parte del país y un narcotráfico galopante. Eso ha cambiado porque, según Cordesman, hubo un 'Plan Colombia' de largo plazo y una estrategia, la seguridad democrática, que se concentró en recuperar territorio y proteger a la población. En Afganistán el énfasis ha estado en perseguir a los talibanes y no en generar confianza en la población.
Además, porque, a diferencia del país asiático, en Colombia existían instituciones que mal que bien funcionaban -como la Policía y las Fuerzas Militares, la justicia- y se fortalecieron con el apoyo de EEUU. El país dejó de ser percibido como un Estado colapsado. Afganistán, en cambio, es una sociedad premoderna, con instituciones frágiles, muy lejos de funcionar como una democracia occidental.
Cordesman destaca por ejemplo que en Colombia se ha fortalecido no sólo a las Fuerzas Armadas, sino a la Policía, y esto garantiza que se puedan consolidar los logros militares. En Afganistán durante ocho años han intentando, sin éxito, crear una policía y tanto los alemanes como los norteamericanos han fracasado en el intento.
Pero en cuanto a la lucha contra las drogas, lo que realmente se ha convertido en un punto crítico del fracaso en Afganistán, comparar los dos casos no ayuda. La erradicación de cultivos de opio sólo consiguió empobrecer a la población civil y empujar los cultivos a zonas de los talibanes, que han fortalecido así sus finanzas. El modelo de erradicación forzada, que en Colombia tampoco sirvió de mucho y que pretendieron replicar en el país asiático, se convirtió en el talón de Aquiles de toda la campaña militar de la Otan. Justamente la lucha contra las drogas es el saldo en rojo del Plan Colombia. Algo que no se destaca en estos estudios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario