PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010

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BICENTENNIAL MILITARY ARMY OF CHILE 2010

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martes, 17 de agosto de 2010

¿CHAVAEZ ABANDONA A LAS FARC?

En la superficie, la última rencilla entre Uribe y Chávez puede parecer una pelea marital: Uribe encontró a su vecino en falta y se lo enrostró documentadamente, 1.500 insurgentes acampando en la frontera. Respuesta del cónyuge sorprendido: cambiar el eje de la discusión, amenazando con una ruptura total. Resultado: hace diez días que todos los medios se ocupan de la pelea posterior y casi ninguno del origen del problema.
*Colaboración enviada por el Sr. Andrés Cisneros. (ex-vicecanciller argentino)

Ahora, lo más probable, Chávez bajará los decibeles, los cancilleres desinflarán el conflicto y ni la OEA ni la Unasur llevarán adelante una investigación efectiva sobre la denuncia original. Una película que ya vimos muchas veces.
Aparentemente, gol de Chávez. Sin embargo, hay un elemento poco destacado que ocurrió sin mayores repercusiones: todo parece indicar que Chávez les está soltando la mano a las FARC.
Ayer nomás, en enero del 2008, el mismísimo presidente de Venezuela había propuesto al cuerpo diplomático extranjero que se aceptase a las FARC –insurgentes armados en un país que no es el de Chávez– como beligerantes legítimos, estatus jurídico que los habría elevado al reconocimiento internacional. Y hace muy poco tiempo, en la Venezuela oficial se rindieron honores póstumos a Raúl Reyes y Marulanda, respecto del cual el propio Chávez pronunció numerosos encomios personales, además de inaugurarse una estatua del jefe terrorista situada en una plaza pública.
Pero ahora, apenas diez días después de la denuncia de Uribe, Chávez sorprende a todos reclamando que las FARC abandonen la lucha armada y liberen a los rehenes. Esos mismos rehenes a los que públicamente calificó de "prisioneros de guerra, capturados en combate", mujeres y niños incluidos debe suponerse. Textuales de Chávez en toda la prensa del 9 de agosto: "La guerrilla colombiana no tiene futuro por la vía de las armas"; "Para nosotros, la guerrilla también es un problema. Yo ni he aprobado ni apruebo presencia alguna de fuerzas guerrilleras"; "La realidad de América Latina no es la misma de hace 40, 30 ó 10 años (...). Estoy seguro de que toda la Unasur estará de acuerdo".
Que Chávez pegue una voltereta y se desdiga una vez más no puede sorprender a nadie. Lo que interesa es verificar que –a excepción de los hermanos Castro– el único jefe de Estado del continente que todavía reivindicaba a las FARC y la lucha armada acaba de dar marcha atrás y declinar ese mensaje, seguramente no por su propio gusto sino como resultado de la creciente derrota de cierta manera de pensar los problemas de América Latina.
Este retroceso de Chávez no debiera ser solitario: por diversas causas, aún quedan muchos latinoamericanos que todavía acarician el ensueño setentista del socialismo a la cubana, o a la Marulanda, un proceso que prendió en pocas partes y no tuvo éxito en ninguna.
De hecho, toda nuestra América del Sur se encuentra dividida entre dos concepciones antagónicas. La de aquellos países en que el sistema institucional histórico persiste con éxito –Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Paraguay y Argentina– y el eje bolivariano de Chávez, Morales, Correa y Daniel Ortega, que proponen una vía distinta al capitalismo y la democracia liberal.
Como detrás de una cortina de humo, Chávez ha utilizado su histrionismo y amenazó con una guerra imposible para ocultar que, mientras tanto, abandona a sus otrora elogiados terroristas de las FARC, por tanto tiempo tratados como si se tratara de modernos émulos de Robin Hood.
Ese velo se está descorriendo y ya resulta difícil ignorar lo evidente. Tanto que tal vez, algún día, hasta nuestras autoridades procedan en consecuencia y condenen públicamente a quienes son responsables de la introducción de la mayoría del narcotráfico que envenena hoy a nuestros jóvenes. Mientras tanto, desde marzo del 2006 hay un ciudadano argentino, Jorge Guillanders Miller, secuestrado por las FARC y nunca lo supimos porque no se ha movido un dedo para recuperarlo. En 2008 circuló información no confirmada de que Guillanders falleció poco después de su secuestro.

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