Al recibir al presidente brasileño Luis Inacio Lula da Silva en el aeropuerto de Malabo, el controvertido gobernante ecuatoguineano Teodoro Obiang le hizo saber a su invitado nuevamente que, además de la disposición a firmar ambiciosos acuerdos comerciales entre ambos países, ratificaba su voluntad de ingresar en la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa. La cuestionada aspiración, iniciada hace dos años y apoyada por Brasil, se basa en que, además del español, seguido por el francés, el portugués se hablaría aún en una de sus islas, Annobon, descubierta por Portugal, que fue la primera potencia colonial en incursionar en la actual Guinea Ecuatorial, antes del año 1500, para, tras un período de dominio holandés, volver a este territorio, desde donde manejaba el tráfico de esclavos.
Portugal saldría de este territorio tras el tratado de San Ildefonso y se gobernaría desde la Capitanía de Montevideo hasta 1811. Los vínculos con el mundo lusoparlante se retomarían en 1974, cuando Brasil estableció relaciones diplomáticas con la ya independiente nación africana, en ese entonces bajo la feroz dictadura de Macías Nguema, empeñado en borrar lingüísticamente el pasado español del país y en eliminar etnias. Hoy, con un intercambio comercial de unos 300 millones de dólares entre ambas naciones, es el petróleo el principal capítulo, mientras los empresarios brasileños intentan convencer a sus pares africanos de ser mejores proveedores que los chinos.
Corbeta brasileña Almirante Barroso V-134
La Marina brasileña desea establecer una relación de privilegio, similar a la mantenida con el gobierno de Namibia, con su par de Guinea Ecuatorial, para conseguir exportar a la misma una o dos unidades de la clase Barroso o similares, la creación naval más moderna de Brasil en materia de corbetas lanzamisiles y capaces de transportar un helicóptero. Embraer, que durante su pasada visita a Brasil invitó a Obiang a visitar sus instalaciones, también envió a ejecutivos acompañando la gira presidencial, con posibilidades no solo hacia lo militar, sino a equipar la alicaída aviación comercial ecuatoguineana o colocar aeronaves VIP, bastante frecuentes en el entorno gubernamental.
Petrobras ya participa de la floreciente actividad petrolera del gran proveedor de hidrocarburos africano y grupos constructores se aproximan a Malabo, comenzando por la gigantesca Camargo Correa, estimulados por lo que será la construcción de la nueva capital, así como por la infraestructura necesaria para la realización allí de la Copa Africana de Fútbol de 2012. Horas después de los acuerdos, llegó, en gira por África, la corbeta brasileña Almirante Barroso
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