Como primer y tímido indicio real de un aún lento mejoramiento de las relaciones diplomáticas entre Argentina y Uruguay, las Fuerzas Aéreas de ambos países han procedido a realizar nuevamente los ejercicios de detección e intercepción de vuelos ilícitos denominados "Río", en su tercera edición, suspendida el año pasado sin explicaciones por el gobierno argentino.
Brigadieres Macaya y Olmedo al inicio de operaciones
En esta ocasión, bajo el mando de los dos Comandantes de Operaciones Aéreas, los Brigadieres Generales Juan Macaya (Argentina) y Daniel Olmedo (Uruguay), se desarrolló en ambos espacios aéreos esta operación, desde el 31 de mayo hasta la mañana del 4 de agosto. En la misma participaron aeronaves DHC Twin Otter, Piper PA34S Séneca III y Piper PA28D Dakota, operando desde la Brigada Aérea I (El Palomar) de la FAA, y un helicóptero Bell 212 en la etapa argentina de la misma, en alerta desde la VII Brigada Aérea (Mariano Moreno), así como por la FAU 3 Cessna U-206 del Escuadrón Aéreo 7 (Brigada III), de Montevideo, un Raytheon Beechcraft B-58 de la Escuela Militar de Aviación, y desde la Brigada II (Durazno) 3 Pilatus PC-7U, 3 IA58A y 3 Cessna A-37B, además de un helicóptero EC-365 N2. Mientras desde Uruguay se utilizaron los radares Indra civiles y militares para las detecciones de aeronaves argentinas, la FAA, para hacer lo propio con las uruguayas, utilizó el viejo radar Thomson de 1973 (actualizado en 1987 y modificado en software), localizado en Ezeiza. Las intercepciones se iniciaron en Argentina el 31 de mayo. En territorio uruguayo tuvieron lugar a partir del 2 de junio, entre las ciudades de Montevideo, Durazno y Paysandú. En los dos países se integraron controladores aéreos de ambas nacionalidades al operativo
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