HUGO CHÁVEZ HA INSTAURADO LA MIEDOCRACIA EN VENEZUELA

El psiquiatra y antropólogo venezolano Luis José Uzcátegui afirma que su país tiene "una crisis de salud mental gigantesca" por el "totalitarismo mediático" del Mandatario.

*Ximena Villalon

Lleva once años en el poder y ha dicho que seguirá muchos más. Se ha comparado con Cristo y Simón Bolívar, y hace unos años dijo que el ex Presidente de EE.UU. George W. Bush era "el diablo". Ha afirmado que quiere extender su "socialismo del siglo XXI" por todo el continente, y en su país, Venezuela, ha expropiado medios de comunicación y nacionalizado desde la industria del arroz a la de la cerveza.

Pocas cosas sorprenden ya a la gente respecto de Hugo Chávez. Muchos sólo mueven su cabeza y comentan que él "está loco". ¿Qué tan cuerdo es el Presidente venezolano? "Indiscutiblemente que su comportamiento y sus decisiones concuerdan con rasgos de personalidad que hacen daño si se utilizan cuando se está en una situación de poder", dice a "El Mercurio" Luis José Uzcátegui, psiquiatra y antropólogo que en 1999 escribió el libro "Chávez, mago de las emociones".

"Son comportamientos que demuestran que no le importan la ley ni las normas, que plantean que todo tiene que ser bajo su criterio. Chávez se refiere a todos quienes no están con él de una manera agresiva e insultante. Él destroza todo lo que no está vinculado con él o dándole beneficios a él. Sus comportamientos generan gran daño en cualquier entorno social, y es obvio que no es lo más adecuado que un individuo con estas características maneje un país", explica Uzcátegui, quien además es columnista del diario El Universal de Caracas.

Según la organización no gubernamental Observatorio de Derechos de Propiedad, entre 2005 y 2009 el gobierno venezolano efectuó 762 expropiaciones, las que incluyen más de un millón de hectáreas de tierras, así como empresas petroleras, mineras, cementeras, eléctricas, centros de producción agrícola y pecuaria, centrales azucareras, viviendas y edificaciones.

Para Uzcátegui, esta tendencia a acaparar todos los sectores productivos del país se explica por los "rasgos narcisistas" de Chávez. "Él necesita ser dueño de todo, llamar la atención en todo. Si a esto se le suma que él está comprometido con una manera de pensar política y económica, lo que él llama el socialismo del siglo XXI, tenemos como consecuencia un caos muy severo, en que la propiedad privada está siendo totalmente vulnerada". Lo que es peor, señala el psiquiatra, es que "para cubrir y aparentar que las cosas no son así entonces aparece el rasgo del gobernante bondadoso, que se preocupa del pueblo, que todo lo hace en función del más humilde, del más pobre".

Para esto, "se han montado una serie de escenarios que buscan tratar de evitar la responsabilidad oficial o encubrir lo que está sucediendo. En otras palabras, Venezuela está en un totalitarismo mediático horrible. Hay que pensar que son cientos de miles de mentes que reciben todos los días un ataque mediático diciéndoles que él es grande y bueno, el maravilloso, el señalado por la historia y por Dios", dice Uzcátegui. "Venezuela está en una crisis de salud mental gigantesca", concluye.

¿Por qué, a pesar de todas estas situaciones, Chávez tiene un importante apoyo de la población?

Según Uzcátegui, el Mandatario sigue una estrategia política basada en el miedo: "Estamos insertados en un formato denominado 'miedocracia'. Las situaciones impulsadas por Chávez llevan a una gran ola de miedo que hace que las personas se aturdan, confundan, desesperen y paralicen. Se convierten en rebaño, y si no aparece otra figura referencial importante van a seguir vinculadas a la imagen del gobernante".

Todas estas situaciones configuran un panorama del cual es difícil salir. "Este es un gobierno que tiene controladas todas las instituciones, por lo que es imposible que se genere una situación de equilibrio. Mientras nuestro país tenga un Poder Legislativo y un Judicial tan débiles, tan ineficientes, siempre van a aparecer estos individuos y no va a haber quien les ponga límites, porque la solución de estos problemas pasa por sociedades donde el equilibrio de los poderes esté activo. Esa es la mejor terapia para casos como éste", afirma Uzcátegui.