CHILE: LA CONCERTACIÓN EN LA OPOSICIÓN ¿MUERTE NATURAL?

Chile necesita de una oposición de calidad. Y la Concertación hasta ahora no ha demostrado estar a la altura de aquello. Hemos visto puro murmullo, crítica chica, mostrar los dientes, avisar acusaciones inviables que no se realizan, reuniones con el Contralor, conferencias de prensa, peleas intestinas, conclaves y demás cosas que no construyen una buena oposición.

*Marcelo Brunet

Concedamos algo: no ha de ser fácil para los integrantes de una ex coalición gobernante, acostumbrada al manejo del poder por largos 20 años, entender de buenas a primeras que ya no son ni serán gobierno por un buen rato. La mayoría de sus líderes, casi como en negación, señalan con algún grado de altanería que ser oposición será algo entretenido dados los errores del gobierno, e insisten en que este no es sino un paréntesis de cuatro años, apelando a que la presencia mediática de Bachelet sobrevivirá durante los mismos. Ello denota no haber entendido nada del mensaje que el pueblo dio en diciembre y enero. Porque al fin y al cabo ¿que es lo que les pidió el pueblo? Algo simple: renovarse. No necesariamente votaron por Piñera con gusto, pero ciertamente no querían a Frei ni a su legado de continuismo. Con Pinochet muerto, con el discurso de la igualdad agotado, la Concertación como la cononcemos no era opción de gobierno. Pero la Concertación se niega a renovarse. Se niega a renovar a sus líderes, Los incipientes signos de renovación partidaria ciertamente se ven aplacados. Marco Enríquez Ominami es un remedo de si mismo y por ende no lidera ni a su sombra. Fulvio Rossi desde el PS hoy representa a los mismos de siempre, los Barones, los que estuvieron en el poder todos estos años, pero quejándose en twitter de “clubes de amigos” y “clasismo” respecto de los mismos. No se ve una opción alternativa a Guido Girardi en el PPD, salvo que Lagos Weber decida asumir su liderazgo y correr los riesgos correspondientes. De los radicales, ni vale la pena hablar. Y en la DC no existe ninguna posibilidad de rejuvenecimiento. En suma, la necesaria renovación generacional a la que apelaban no parece tener correlato con la realidad.

Se niega a renovar sus contenidos: hasta en las cosas mas obvias parece que no queda posibilidad de análisis. El Conclave concertacionista propuesto para analizar las razones de la derrota no se producirá como tal. Es obvio: todos tratan de evitar la noche de los cuchillos largos, hay muchas cuentas pendientes que ajustar. El punto es que sin duelo no hay reconstrucción, y la Concertación trata de evitar dicho duelo, ignorando que mientras mas se demore menos alternativa real es. Se niega, finalmente, a renovar la estructura de una oposición ramplona y vacía de contenidos. Al parecer, tendremos que acostumbrarnos a una Concertación que sigue la “teoría del desalojo”, centrando su agenda en la agenda del gobierno, sin proponer un relato convincente. Lamentable para ellos, muy conveniente para la Alianza.

La Concertación de Partidos por la Democracia nació con Pinochet, mas precisamente contra el. Empezó su agonía con la muerte de éste. La data de fallecimiento concertacionista se produjo el 11 de marzo, y su cuerpo, frio e inerte, se empezó a enterrar en estos días: de no ser que exista una renovación no existirá posibilidad de subsistencia, pues ni el binominal podrá mantenerlos juntos. Lamentable epílogo para una coalición que alguna vez obtuvo tanto poder.

El problema no lo tendrán solo los integrantes de la actual Concertación, sino todos los chilenos. Una oposición siempre es necesaria. Y la calidad de la misma incide en la mejor tramitación de leyes, en la mejor fiscalización, en una mejor competencia por el poder. Si la oposición insiste en seguir con acusaciones constitucionales inútiles e improcedentes, con denuncias simplonas o con burlas a los supuestos errores de la autoridad, se les auguran largos años transformados en oposición. Y ni siquiera por mérito del gobierno,

Amigos de la Concertación: se les advierte a menos de 30 días de su gestión opositora. No digan después que no se los dijeron.

* Marcelo Brunet Bruce es abogado y licenciado en Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Profesor del Departamento de Derecho Público PUC, y Titular de la Universidad Andrés Bello, en Teoría Constitucional y Derecho Constitucional. Es autor de "Manual de Derecho Político, Sociedad y Estado" y de variadas publicaciones científicas en el ámbito del derecho público.