En momentos de crisis naturales o sociales, como la que estamos viviendo, pero también como aquellas que han vivido hace muy poco tiempo atrás en el sur del Perú, o en Haití, por ejemplo, las muestras de solidaridad se imponen. Todos los intereses políticos, las rivalidades históricas y el choque de intereses parecen desaparecer para dar paso a muestras públicas de humanidad ante la desgracia generalizada.
Cristian Leyton Salas
Pero así como pudimos apreciar, la naturaleza humana más oscura cohabita con la más transparente, aquella que deja de ver colores políticos o “de clase” detrás del sufrimiento, para solo apreciar al ser humano desnudo ante la impotencia.
De la misma forma, los intereses políticos de las naciones siguen su curso, y aprovechan cualquier espacio a fin de reafirmar políticas de Estado, incluso y sobre todo en momentos de crisis nacionales, como es el terremoto y los maremotos que han asolado nuestro país.
La Diplomacia de la Solidaridad, como podríamos denominarla, utiliza lo simbólico para hacer pasar sus mensajes. Evo Morales nos envía agua, que elemento más esencial en momentos en que su necesidad de hace vital para la población sureña. Agua de un país que lo reclama diplomáticamente desde hace décadas. Agua de Bolivia para Chile, “las vueltas de la vida”, como lo señaló recientemente un amigo mío.
El mandatario brasileño Inacio Lula da Silva es el primer mandatario en venir personal ente a Chile. Muestra de un liderazgo solidario frente a las necesidades crecientes e inmediatas de la población chilena. Una señal poderosa de solidaridad regional, pero también una muestra simbólica que reafirma la relevancia de Chile para nuestro amigo paulista, una señal clara que el liderazgo brasileño no se limita a lo político, militar ni económico, también quiere serlo en el ámbito emocional.
La presencia de Hilary Clinton, Secretaria de Estado estadounidense, también forma parte de esta “diplomacia de la solidaridad”. Los EE.UU no dejan de lado a sus aliados regionales más firmes y estabilizadores. Esta visita refleja, asimismo, el compromiso de la Administración Obama hacia nuestro país.
La solidaridad diplomática del Perú es digna de destacar. Si existe un espacio de interacción de profunda conciliación, amistad y confianza mutua es cuando crisis naturales como esta afectan a Perú o Chile. Antes este tipo de crisis, lo “político” queda casi totalmente de lado. Es reducido a su mínima expresión, dejando emerger aquello que nos une por sobre aquello que nos separa.
La imagen del mandatario Alan García en el aeropuerto de Santiago destacando la predisposición del Gobierno peruano hacia Chile y los afectados del terremoto es digna de ser resaltada. La diplomacia de la solidaridad peruana simboliza la apuesta del gobierno de Alan en fomentar un nuevo tipo de relaciones con el próximo Gobierno, viene a consolidar ese “nuevo aire” que se intentará dar a las relaciones chileno-peruanas una vez que asuma Piñera, pero sobre todo es un mensaje a la población. Una diplomacia de la solidaridad desde el Estado peruano directamente hacia la población chilena.
El mundo, y nuestra región, nuestro hemisferio, nos devuelve la mano. No nos queda más que aceptarla con agrado, esperando que resabios de esta “diplomacia de la solidaridad” se incorpore a la diplomacia tradicional una vez que la crisis haya pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario