Una reservada investigación en la zona occidente de la Región Metropolitana comenzó a liderar un fiscal en torno al tráfico de armas de fuego hacia la región de La Araucanía.
Así lo confirmó el propio persecutor, quien aseguró que las hipótesis recaen en que el armamento tendría como destino a los grupos mapuches más radicalizados de la zona sur del país.
Los primeros antecedentes surgieron en algunas peligrosas poblaciones de Maipú, al indagar a bandas especializadas en el crimen organizado.
Una de las hipótesis que baraja el fiscal es que el armamento ingresaría a Chile por los puertos como contrabando, y que luego sería trasladado por tierra hacia el sur del país.
Avistamiento
En el corto tiempo, las policías han decomisado dos fusiles automáticos y gran cantidad de municiones de alto calibre.
En diciembre de 2007, el activista Luis Tralcal fue detenido con nueve balas M-16 tras su participación, junto al jefe militar de la CAM Héctor Llaitul, en la quema de camiones y maquinaria forestal en el fundo Las Praderas, de Chol Chol.
Meses después, el segundo hombre de ese grupo violentista fue detenido con un fusil M-16 en su domicilio, ubicado en la zona del lago Lleulleu.
En ese mismo sector de la Octava Región, un grupo de turistas avistó, hace una semana, a seis mapuches vestidos con ropa camuflada, montados sobre una camioneta todo terreno y con armamento de guerra.
Este testimonio fue recogido de inmediato por el Ministerio Público del Biobío, desde el que remitieron un instructivo a la Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros de Arauco para que investigue al grupo visto en el sector de Puerto Choque, reconocido como el epicentro de ataques incendiarios en la zona.
Según la fiscalía penquista, ésta no es la primera vez que testigos directos constatan en terreno la presencia de armamento militar a plena luz del día.
"Íbamos para el lugar donde alojábamos, y de pronto sale una camioneta doble cabina con cinco personas, y en el pick-up , un mapuche con un fusil, vestido de militar y vigilando", declaró el turista, cuya identidad fue reservada por seguridad.
A eso agregó que "era de cañón completo y grueso, de color plomo tirado como a verde. Se notaba que era un arma de peso, un arma de guerra", precisó.
Las pesquisas han descubierto que los ataques en las provincias de Arauco y de Malleco sólo los conocen los jefes operativos de la CAM, quienes se encargan de citar a sus "soldados".
Una vez instruidos de la operación, aparece uno de los cabecillas con un saco de armas y se las entrega a los mapuches, con el compromiso de devolverlas finalizado el ataque nocturno.
Se estableció, además, que la mayoría de los "soldados" no conocen a los jefes por sus nombres.
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