Algunos países europeos, como Alemania, la República Checa o Lituania, se han dirigido al Gobierno español para que precise la política hacia Cuba que quiere impulsar España cuando presida la Unión Europea en el primer semestre de 2010.
Se trata, según explicaron fuentes del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero, de países que no mantienen una posición tan cercana hacia La Habana y que siempre se muestran muy exigentes con la situación de los derechos humanos en la Isla.
Las llamadas son consecuencia del viaje que realizó a Cuba el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
El jefe de la diplomacia avanzó que España planteará a sus socios europeos cambiar por un acuerdo negociado la "posición común" que está en vigor desde 1996, y que condiciona las relaciones entre Cuba y la UE a su apertura democrática y al respeto de los derechos humanos.
Se trata, según apuntaron las fuentes del Gobierno español, de un "objetivo político" de España para normalizar las relaciones con La Habana y no hacerle "un examen constante", al que otros países no son sometidos.
La negociación todavía no está sobre la mesa, pero, tras su viaje a la isla la pasada semana, Moratinos insistió en que tiene "la firme voluntad de alcanzar un acuerdo bilateral entre la UE y Cuba".
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