El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, firmará este lunes con su homólogo francés, Nicolás Sar-kozy, el mayor acuerdo de defensa de la historia reciente de su país, que asciende a U.S.$12 mil millones de dólares, informó el diario Folha de Sao Paulo .El acto será parte de la visita oficial que el mandatario francés efectúa a Brasilia desde ayer y es el resultado del convenio de asociación estratégica que acordaron en diciembre. Se realizará después de que los jefes de Estado participen en los festejos del 7 de Septiembre, día de la Independencia de Brasil.
El pacto es el más importante desde la segunda mitad del siglo pasado y comparable al que en la década de los años cuarenta el ex presidente Getulio Vargas firmó con los Aliados en la II Guerra Mundial.
Incluye la compra de cuatro submarinos convencionales Scorpene, la producción del casco del primer submarino a propulsión nuclear que se construirá en Brasil, y la construcción de una base naval y de un astillero en Río de Janeiro.
El diario O Estado de Sao Paulo afirma que el Ejecutivo brasileño adquirirá 51 helicópteros Cougar EC-725. Además, se prevé la compra de 36 aviones caza Rafale, a un costo de U.S.$ 5.400 millones de dolares, para reemplazar sus cazas Mirage 2000, F-5M y A-1M.
La preferencia por los caza franceses la confirmó al periódico el ministro de Defensa, Nelson Jobim, aunque aclaró que no se ha concretado todavía la transacción. Sin embargo el Presidente Lula aseguró que las negociaciones estaban muy avanzadas.
Los militares brasileños deben definir el vencedor de la disputada licitación, cuyos tres finalistas son los aviones franceses Rafale, los F-18 de Estados Unidos y los Gripen, de Suecia.
Brasilia pretende pagar dentro del paquete de inversión U.S.$ 8.500 millones de dolares invertidos en helicópteros y submarios en hasta 20 años, mediante financiamientos y desembolsos directos. Esa decisión dependerá de la aprobación del Congreso.
El costo de los equipamientos bélicos es superior al invertido por Venezuela, que adquirió un armamento similar de Rusia, y al de los acuerdos operativos que llevan adelante Colombia y Estados Unidos a través del Plan Colombia.
Las compras están vinculadas, según analistas, a la carrera armamentista que impulsa Venezuela , arrastrando a la vorágine de compras en armamento a países que representan proyectos políticos opuestos a la Revolución venezolana, en Suramérica.
Otros aseguran que tiene como misión velar por los más de 50 millardos de barriles de petróleo descubiertos en los últimos años y que yacen en el litoral atlántico brasileño.
Garantías.
Lula volvió a exigir una garantía escrita de que Estados Unidos no usará las bases colombianas para actuar en otros países de la región.
"Pedimos que en el tratado que firmarán Bogotá y Washington esté escrito que las bases en Colombia sólo conciernen ese país. Nuestra posición es la del respeto de la soberanía de los demás Estados", afirmó en una entrevista con el canal de televisión TV5 y Radio Francia Internacional.
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