Una serie de hechos, que van desde disputas internas al interior del Movimiento Al Socialismo (MAS) a denuncias de corrupción y narcotráfico, han complicado la imagen del Gobierno en la semana que concluye.
Boliviaprensa.com
La detención preventiva del ciudadano alemán, Dirck Schmidt, acusado de alzamiento armado, determinada ayer por un juez de la ciudad de Santa Cruz, ha intensificado la polémica entre el Ministerio de Gobierno y el ex viceministro de Régimen Interior, Gustavo Torrico.
Dirck Schmidt, antes de ser remitido al penal de Palmasola, afirmó que “sólo cuidó las espaldas del Presidente” y pidió la directa intervención en este caso del Jefe de Estado.
El denominado “narco-amauta”, Valentín Mejillones, junto a su hijo y dos ciudadanos colombianos fueron enviados al penal de San Pedro por decisión de la juez Décimo de Instrucción en lo Penal Cautelar, Marcela Siles.
El vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera, sostuvo que Mejillones debe “responder por sus actos ante la justicia” como cualquier ciudadano y aseguró que el Gobierno no protegerá a quien infringe la ley.
Asimismo, admitió la existencia de problemas internos en el MAS, al afirmar que se necesita una renovación ideológica política.
Dijo que todos los congresos del partido oficialista en La Paz acabaron con discrepancias internas, expulsiones, rupturas y desconocimientos desde el año 2001.
El Congreso Departamental del MAS, realizado en Viacha, determinó expulsar al senador Fidel Surco, al diputado David Quispe, tras considerarlos como los principales responsables del conflicto de mayo en Caranavi.
Con la detención de Valentín Mejillones, el “amauta”, implicado en narcotráfico, se deteriora la imagen del país, así como de los pueblos indígenas y demuestra el poco control del Gobierno para detener esta creciente e ilícita actividad generada a partir de la “irrestricta producción de coca”, según afirma el analista Fernando Untoja. Por su parte, el vicepresidente Álvaro García aseguró que el comunario debe responder por sus actos ante la justicia.
El sociólogo crítico a la gestión de Morales, dijo que la infiltración del narcotráfico en las comunidades indígenas y campesinas, como el caso del amauta encontrado con 240 kilos de cocaína líquida, se constituye en un peligro y deteriora la imagen del país. “En el tema de trabajar contra el narcotráfico, el Gobierno deteriora la imagen del país y estamos en riesgo porque vamos a aparecer como un país, como un Gobierno, como un Estado narcotraficante y eso significa un aislamiento a nivel internacional. Si el Gobierno no reajusta y no rectifica su política, entonces va a aparecer como una administración que hace la vista gorda para que el narcotráfico se impregne en la economía y sociedad boliviana y que al mismo tiempo posibilite la formación de cárteles de grupos de poder apoyados en la ilícita actividad”, dijo.
Según Untoja, éste es un gobierno de cocaleros, en referencia al apoyo para el presidente Evo Morales por los principales sectores productores de la hoja, como es el caso de las federaciones del trópico cochabambino.
“Los que están en el Gobierno son los cocaleros, por tanto es un gobierno de cocaleros y han dado rienda suelta a la producción de coca en todo el país, además que el narcotráfico ha aprovechado esta situación para trabajar en todos los sectores del país implicando a las comunidades del Altiplano, el valle y todo lugar donde han podido”, señaló.
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