El director del organismo de supervisión nuclear de Naciones Unidas desvió el lunes una presión árabe para que el trabajo nuclear de Israel reciba el mismo escrutinio que Irán, diciendo que el fracaso de Teherán en disipar temores sobre sus intenciones lo hacía un "caso especial".
Yukiya Amano dijo que la Agencia Internacional de Energía Nuclear (IAEA por su sigla en inglés) no podía inspeccionar el presunto poder nuclear israelí de la misma forma en que lo hace con Irán hasta que Israel firme el Tratado de No Proliferación (TNP).
El Estado judío dice que no puede discutir el asunto mientras muchos de sus vecinos árabes e islámicos, cuya gran mayoría no reconoce a Israel, sigan mostrando hostilidad a su existencia.
El organismo nuclear de la ONU investiga a Irán, miembro del TNP, por evidencias de proliferación. Irán rechaza las inspecciones de Occidente y las acusaciones de que mantiene un programa de armas nucleares de forma encubierta.
El enviado iraní a la IAEA dijo que la capacidad nuclear israelí era la cuestión verdaderamente importante para la seguridad de Oriente Medio. Sin embargo, con la posibilidad de que el Consejo de Seguridad de la ONU vote sobre nuevas sanciones contra Irán esta semana, Amano indicó que el caso de Israel e Irán no eran comparables.
Los asuntos principales seguían siendo la escalada en el enriquecimiento de uranio por parte de Teherán -que desafía las resoluciones de la ONU que le exigen un congelamiento- y su fracaso en garantizar un acceso irrestricto a sus inspectores. "Irán es un caso especial debido, entre otras cosas, a la existencia de asuntos relacionados con dimensiones militares de su programa nuclear", dijo en la inauguración de un encuentro de la Junta de Gobernadores de la IAEA, compuesta por 35 países. Amano también dijo que esperaba una respuesta de grandes potencias sobre un plan para que Irán se despoje de parte de su material nuclear a cambio de combustible para un reactor de investigación médica.
Funcionarios occidentales han dejado en claro que no están seguros sobre el último plan, mediado por Turquía y Brasil, que se produce ocho meses después de que se esbozara con ayuda de la IAEA una idea similar para aliviar las tensiones nucleares.
Amano dijo que las cosas cambiaron desde que la IAEA hizo su oferta, ya que Irán comenzó el enriquecimiento nuclear a un nivel mayor y su reserva de uranio de bajo enriquecimiento ha doblado su tamaño. "Estas son las diferencias", declaró, agregando que no juzgaría el valor de la nueva oferta.
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