El cabecilla terrorista del Alto Huallaga, José Flores León o Filomeno Cerrón Cardoso, más conocido como “Artemio”, se encontraría protegido en la selva del Beni (Bolivia) en manos del autodenominado Ejército Guerrillero Tupac Katari, el mismo que al igual que el Comité Regional del Huallaga de Sendero Luminoso, realiza sus acciones en complicidad con el narcotráfico internacional, según aseguraron fuentes de inteligencia militar. Según estas fuentes, la relación del “katarismo” con el narcoterrorismo peruano no es extraña pues se conoce de su presencia en el Perú desde hace cinco años, particularmente en los sucesos del llamado “Baguazo”, donde algunos agentes de este grupo tuvieron activa participación en los hechos de violencia que dejaron el luctuoso saldo de 25 víctimas fatales, entre ellos 15 policías asesinados.
Los “kataristas” bolivianos, además, tienen activa presencia en las provincias del sur peruano, particularmente en las jurisdicciones de las 54 municipalidades del sur andino donde en las pasadas elecciones municipales triunfaron las listas ultraizquierdistas promovidas por Nelson Palomino Cerna, conocido por su identificación con las tesis separatistas de los “Tupac Katari”, cuyo principal epígono es el presidente regional de Puno, Hernán Fuentes.
A esto hay que sumar la peligrosa presencia en el gobierno de Evo Morales de muchos “kataristas”, quienes desde las más altas instancias políticas estarían digitando el comportamiento de los grupos infiltrados en las provincias andinas y selváticas peruanas.
Los informantes señalaron que no existe ninguna duda de la filiación narcoterrorista del secuestradores de la avioneta Cessna Grand Caravan y que no es una contradicción que la nave haya hecho dos aterrizajes, uno en el Alto Huallaga y otro en el VRAE, donde tienen sus centros de operaciones las columnas narcoterroristas bajo el mando de Víctor Quispe Palomino “camarada José” y de “Artemio”, respectivamente. Las fuentes refirieron que los secuestradores mataron dos pájaros de un tiro, primero en el Huallaga “rescataron” a “Artemio” que se hallaba cercado y a punto de ser capturado por las fuerzas policiales, y segundo en el VRAE habrían levantado un cargamento de droga o insumos con un peso no menor de 500 kilos.
Para Víctor Girao Alatrista, presidente de la Asociación de Pilotos Peruanos, esta hipótesis tiene mucha lógica, porque es visible que la operación es típica de los narcotraficantes y en el Perú no es ningún secreto que la actividad de este negocio ilícito está amarrada a los grupos alzados en armas en el Huallaga y en el VRAE.
Los dos grupos por mucho tiempo exteriorizaron rivalidad, pero ahora se sabe que esta fue aparente y que en el fondo entre ambos había acuerdos secretos basados en los intereses del narcotráfico internacional, que los financiaba a cambio de brindarles seguridad en sus exportaciones de droga con destino a Bolivia y Brasil.
A cuatro días del secuestro de la nave, ejecutado el pasado jueves 10 en pleno vuelo sobre los cielos de Nazca, no se tiene noticia de los pilotos Francisco Gastón Curto Villacorta y Jorge Ríos Pérez, quienes se encuentran aún en poder de sus captores, sin que estos hayan cumplido con devolverlos sanos y salvos.
Para Girao este hecho es preocupante por los antecedentes de experiencias del pasado que terminaron con las desapariciones de los pilotos. “Sería oportuno que una personalidad humanitaria viaje hasta Bolivia a rogar por sus devoluciones”, dijo.
Respecto a las falsas identidades de los secuestradores, una de ellas corresponde a la ciudadana sullanera Sandra del Rosario Agurto León, quien desde la localidad norteña, admitió que hace meses perdió su DNI y este ha sido utilizado indebidamente.
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