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Seamos serios por un momento: Barack Obama no va a bombardear a Irán. Esto no es porque él es un liberal, o porque él es un pacifista, o porque no tiene las agallas para tratar de "salvar su presidencia" en este momento y de manera honrada, como Daniel Pipes ha instado y Sarah Palin dijo que quisiera que él hiciera.

Anne Applebaum - Washington.post 

applebaumletters@washpost.com

Traducción de Intelligence, Defense and Intelligence

El presidente no bombardeara las instalaciones nucleares de Irán, precisamente por las mismas razones que George W. Bush no lo hizo: Porque no sabemos exactamente dónde están todas, porque no sabemos si tal ataque podría detener el programa nuclear iraní durante más de unos pocos meses, y porque la respuesta de Irán es una amenaza contra los israelíes y las tropas de EE.UU., a través de los aliados de Irán en Irak, Afganistán, Palestina y el Líbano, no es que no queramos hacerles frente en este momento. Tampoco queremos que los precios del petróleo sean más altos como inmediatamente le seguiría. Ningún presidente estadounidense haciendo un cálculo sobrio desencadenara una guerra como elección, ahora que las tropas de EE.UU. participan activamente en otros dos frentes, y el presidente de Estados Unidos no puede esperar el apoyo del público durante más de un nanosegundo.

Pero incluso si Obama no bombardea Irán, eso no significa que nadie más lo hará. Por el momento, cuando Washington es consumido por el cuidado de la salud y las consecuencias de Massachusetts, puede parecer como si el legado más importante de Obama, positivo o negativo, será interno. En el futuro, no se podría considerar nada de esto en absoluto importante. El momento decisivo de su presidencia, así, puede llegar a las 2 am un día cuando tome el teléfono y se le dice que el primer ministro israelí está en la línea: Israel acaba de realizar un raid de ataques en las instalaciones nucleares iraníes. ¿Entonces qué? Esto no es un escenario inevitable: si los israelíes estaban tan entusiasmados con los bombardeos, como algunos creen, ya lo habría llevado a cabo. No tuvo reparos en el envío de ocho aviones para dejar fuera de servicio el reactor nuclear de Saddam Hussein en Irak en 1981, o bombardear una instalación nuclear Siria en el 2007. Ambos se consideran operaciones modelo. Ellas fueron breves y de éxito, no provocaron represalias graves, e incluso ganó la aceptación de facto del mundo exterior como legítimas medidas de defensa.

El contexto de Irán es diferente, como Zeev Raz, el líder del escuadrón de ataque de 1981, reconoce fácilmente. "No existe un objetivo único que se pueda bombardear con ocho aviones", dijo a The Economist. Los israelíes tienen las mismas dudas que todos los demás acerca de la eficacia de los raid de ataques, por lo que se han centrado en el sabotaje encubierto e incluso fuera del registro de la diplomacia, a pesar de que no mantienen relaciones diplomáticas con Irán, con la esperanza de frenar el proceso de desarrollo nuclear. También han estudiado en silencio la manera en que Irán podría ser disuadido, sabiendo que tendrá la ventaja de la tecnología nuclear para el próximo par de décadas. A pesar de que mantiene todas las opciones sobre la mesa, hasta ahora han concluido que los bombardeos no valen las consecuencias.

En algún momento, el cálculo podría cambiar. Dado que los estadounidenses suelen suponer que todo el mundo percibe el mundo como lo hacemos nosotros, vale la pena repetir aquí lo obvio: Muchos israelíes respecto al programa nuclear iraní lo ven como una cuestión de vida o muerte. La perspectiva irritante de un Irán nuclear no es una amenaza lejana. Se entiende directamente en el contexto de los ataques de provocación del presidente iraní sobre el derecho de Israel a existir y su apoyo público a los historiadores que niegan el Holocausto. Si usted quiere hacer israelíes paranoicos, sugiera que podrían ser el blanco de un intento de asesinato en masa. Mahmoud Ahmadinejad hace exactamente eso. Si eso ocurre, entonces esa llamada de teléfono a las 2 am sería seguido de represalias, algunos de los cuales se dirijan a nosotros, a nuestras tropas en Irak, nuestros barcos en el mar. No quiero que esto suceda, pero quiero que estemos preparados, si lo hacen. Contrariamente a Palin, no creo que Obama sea capaz de restaurar la suerte de su presidencia, por el bombardeo de Irán, como un personaje de la película "Wag the Dog". Pero espero que esta administración este lista, militar y psicológicamente, y no para una guerra de elección, sino de una guerra no deseada por necesidad. Esto es lo real.