El secretario general Salvador Valdés, de la Central de Trabajadores de Cuba, única instancia gremial permitida legalmente, la que se encuentra bajo el férreo control del Partido Comunista de Cuba. Señaló que "no podemos continuar haciendo las cosas como hasta ahora, (...) el Estado no puede continuar subsidiando a trabajadores que queden disponibles". Refiriéndose con el eufemismo "disponibles" a la creciente masa de cesantes en la isla regida hace mas de 50 años por los hermanos Castro.
El gobierno de Cuba eliminara en el corto plazo el subsidio estatal a los trabajadores que quedan cesantes y se comprometió a re ubicar a miles en trabajos que eleven la producción, como parte de un proceso de racionalización laboral que impulsa el gobierno del general Raúl Castro, según autoridades sindicales.
"Pero no podemos continuar haciendo las cosas como hasta ahora, habrá a quien no le guste la nueva propuesta de empleo, pero el Estado no puede continuar subsidiando a trabajadores que queden disponibles (cesantes)", dijo el designado dirigente comunista.
Citado este lunes por el semanario Trabajadores -órgano de la CTC-, explicó que los trabajadores que queden disponibles deberán ser reorientados "hacia labores productivas de mayor necesidad", como la construcción o la agricultura.
"Las decisiones (sobre la reubicación) se tomarán con orden, porque habra afectaciones salariales, al reorganizar la fuerza laboral", añadió Valdés.
El régimen comunista de los hermanos Castro impulsa un programa de racionalización laboral en las empresas, con el objetivo de aumentar la productividad del trabajo -que decreció 1,1% en 2009-, lo cual Valdés consideró "la tarea más importante en la transformación de la economía" cubana.
"Se debe rectificar la práctica de reenviar a los trabajadores para sus hogares bajo garantía salarial. Debe mantenerse el principio de la protección, pero a partir de que las personas desarrollen actividades útiles y necesarias, y que sean viables económicamente", dijo recientemente el secretario general de la CTC en la capital, Luis Castanedo.
Durante años, el gobierno siguió la práctica de enviar a sus hogares, hasta con el 60% del salario, a los trabajadores que quedaban cesantes por diversas decisiones en sus centros laborales, mientras esperaban ser ubicados en otro empleo. Otros eran reubicados de inmediato en actividades afines o enviados a cursos de superación o recalificación.
Según las autoridades, las "plantillas infladas" es uno de los problemas que inciden en la baja productividad, en un país con una tasa oficial de desocupación de 1,7%, pero que no incluye la fuerza laboral "disponible". Un método más para disfrazar la cesantía real en la isla.
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