PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010

PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010
BICENTENNIAL MILITARY ARMY OF CHILE 2010

REPORTAJES ESPECIALES E INFORMACIÓN ADICIONAL

martes, 12 de enero de 2010

ARGENTINA: HIPOTESIS DE CONFLICTO

En este primer informe acumulamos una serie de hechos que muestran para Latinoamérica -y el mundo- un escenario muy difícil a partir de este año. La Argentina no podrá estar ajena a ese proceso, agravado para nosotros por el voluntario estado de indefensión en que la ha colocado el gobierno de Kirchner.

Por citar un ejemplo elegido casi al azar, digamos que al margen de la opinión política que merezca, el influyente escritor Vargas Llosa que reparte sus estadías entre Lima, Londres y Madrid, no ahorró palabras de críticas para la familia reinante en la Argentina y que su hijo, también escritor y analista, fue expulsado recientemente de Venezuela por Chávez. Estos son datos menores de otra realidad que habla de la carrera armamentista desatada en el continente, los vínculos chavistas y de la izquierda con el régimen de Irán, la coordinación entre Estados Unidos e Israel para frenar el crecimiento nuclear de ese país y en lo que concierne a los latinoamericanos, digamos que la próxima victoria de la derecha chilena preanuncia un cambio de escenario que nos afectará directamente.
En el Perú, Alan García, tradicional aliado de la Argentina, no solo hizo un viraje hacia la derecha, sino que también se arma para enfrentar los próximos pasos estratégicos de la región. Los chilenos necesitan petróleo barato para sus planes de desarrollo –inversos, por cierto, a los lineamientos políticos de los Kirchner- que posiblemente y a largo plazo podría ofrecerle Londres. Aquí, el futuro de YPF está cuestionado por la corrupción que asegura que Néstor Carlos tiene intereses en la empresa en tanto el desorden creciente pone su nota de alarma por el crecimiento de la delincuencia y el desborde de ésta en todos los terrenos, incluso el sindical junto con el aumento del narcotráfico que coincidentemente retrocede en Colombia. Simultáneamente, no podemos pasar por alto la inmensa capacidad de nuestro País por ofrecer alimentos a un mundo cada vez más necesitado, tema que ofrece la incongruencia oficial de limitar el desarrollo en este campo que, además es uno de los más importantes en materia de provisión de divisas.
Ya comenzado el nuevo año, la situación financiera interna amenaza con explotar mientras arrima tensiones sociales que se profundizarán con el correr de las semanas. A continuación brindamos un primer y somero análisis del escenario que se enriquece con la destrucción de nuestros aparatos de inteligencia, el desdén y desconocimiento de los políticos argentinos por estos problemas permanentes y el extraordinario grado de incultura de quienes ocupan los puestos de la dirigencia.
Todos los analistas dan por descontado el próximo triunfo electoral de la derecha en Chile. Un gobierno con la presidencia de Sebastián Piñera aplicará los principios y estrategias tradicionales de este signo lo que incidirá guste o no guste, en el escenario estratégico latinoamericano. También se extenderá hacia determinados sectores de interés extracontinente y para expresarlo de manera simple y directa diremos que las recientes maniobras militares realizadas por Gran Bretaña en las Islas Malvinas están relacionadas con la circunstancia que comentamos.
No se trata de que Londres tema una imposible acción argentina, sino de algo más simple y específico como es la necesidad británica  de asegurarse la exploración. Explotación y consumo de las reservas petrolíferas de esa zona. A esto deben agregarse otros minerales y la consiguiente presión sobre nuestras costas e islas. La importancia del asunto se expresa por su sola enunciación aunque podríamos añadir que en el caso de Santiago, facilitará el aporte del combustible necesario para desarrollar su industria encarecida por la importación del fluido desde lejanas regiones. En el caso británico, es demasiado obvio el interés que despierta el problema.
La respuesta argentina se ajusta a la incapacidad y desinformación del gobierno kirchnerista: según versiones de excelente origen, si resultara invitada -como lo serán los presidentes de la región y en particular los vecinos- hoy por hoy Cristina Fernández de Kirchner habría anticipado su decisión de no concurrir a la transmisión del mando. De acuerdo con las fuentes consultadas, el matrimonio gobernante priorizará lo ideológico como si esta cuestión fuera la determinante de la nueva situación que se abre, aparte de querer evitar el roce con representantes de regímenes opuestos a la declarada orientación que se aplica en la Argentina. El infantilismo es otra de las facetas que persiste en los actos de nuestro gobierno.
La carencia cultural e informática primará entonces y la falta de visión se mantendrá incólume tal como sucedió durante los últimos acontecimientos. De la misma manera que el kirchnerismo ignora el revés electoral sufrido que lo ubica a esta altura de las circunstancias con una imagen negativa superior al 90 por ciento, los sucesos de Honduras pasaron desapercibidos en sus alcances y todo se ajusta a la orientación de otro gobierno que también está en bancarrota: el chavismo venezolano. 


Honduras: un caso emblemático
Apenas apareció en la escena estratégica el caso hondureño, no fuimos pocos los que lo calificamos de emblemático. En efecto, al evaluar sus principales componentes, se llegó a la siguiente conclusión: 1) la crisis política desatada por Zelaya estaba atada a una maniobra importante de Hugo Chávez que buscaba extender su influencia política en la zona y mantener abierto un corredor importante para el tráfico de la droga. 2) el procedimiento para destituir a Zelaya estuvo sustentado en firmes principios constitucionales que fueron tan claros, que cuando la Policía lo echó del País, ya no era presidente. El Congreso y la Corte Suprema Hondureña habían aplicado la ley y resuelto la crisis acorde con las normas internas; 3) el posterior refugio de Zelaya en la embajada del Brasil fue una maniobra desesperada para revertir la situación y entre otras cosas, permitió apreciar que la infiltración de izquierda en la OEA, las Naciones Unidas, en la organizada tarea del periodismo y en el propio gobierno brasileño, fueron insuficientes para revertir lo actuado, lo que incluye los millones de dólares con que fueron tentados influyentes militares hondureños, que denunciaron el caso; 4) el esfuerzo ejecutado por la izquierda para mantener su posición hondureña demostró la trascendencia de ese proceso que es el mismo que se desarrolla entre las bambalinas o abiertamente en medio de la desaprensión de los políticos. 5) La posterior derrota electoral de Zelaya permitió cerrar el caso y demostrar el escaso respaldo popular a la izquierda en general que desplegó toda su capacidad de movilización en los restantes países donde espera instalarse con todo su poder. Ese fue el momento en que se inició el retroceso de Hugo Chávez. 


Los brasileños frenaron al Foro de San Pablo
El reconocimiento internacional al resultado de las elecciones hondureñas – una excepción es la Argentina – fue otro componente del nuevo escenario abierto en Latinoamérica. Sólo nuestras ignorantes autoridades no lo advirtieron y persisten en mantener el vínculo dependiente de Caracas. La opinión de Evo Morales es imposible de valorizar pues únicamente desempeña un papel secundario en la toma de decisiones, pese a que su País se esfuerza por llevar adelante el factor Indigenista, que es uno de los factores revolucionarios que lleva adelante el extremismo mediante una modalidad que le permite desempeñar un cierto rol estratégico en este juego del ajedrez internacional donde la droga ha ingresado como un componente necesario y peligroso. 
El fracaso en Honduras llevó a los intereses que se mueven detrás de la izquierda minoritaria, a intentar una compensación arriesgada mediante una puntería levantada para alcanzar un objetivo de máxima: revisar las alternativas de la Guerra Revolucionaria hace casi medio siglo con la derrota de la subversión que en el Brasil adquirió dimensiones prolongadas y espectaculares. Para ello, meses atrás dentro del propio partido de Lula se habló de un proyecto revisor que fue inmediatamente frenado por la dirigencia política, empresaria y militar. Paradojalmente, en el País fundador del Foro de San Pablo y posteriormente del Foro de Porto Alegre y otros similares en distintos puntos del continente, la idea sucumbió pese a otra paradoja: Lula fue uno de los fundadores de ese Foro.
El nuevo y último intento tuvo otro fracaso contundente. La revisión, disfrazada como una Comisión Nacional de la Verdad que integraría el III Programa Nacional de Derechos Humanos, generó una inmediata reacción: el ministro de Defensa Nelson Jobim, los jefes del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada, Enzo Peri, Juniti Saito y Julio Moura Neto, respectivamente, amenazaron inmediatamente con sus renuncias y de esa manera, casi en silencio, se puso en marcha una crisis de proporciones que abarcó sin excepción a las dirigencias brasileñas, a la prestigiosa Cancillería Itamaratí y todos, absolutamente todos, tuvieron presente el caso Argentino donde esa revisión se transformó en venganza y persecución, avanzó rápidamente a la disgregación de la República, frenó su economía, desató el odio social que no existía y colocó al País en un estado de indefensión único en toda su historia con la creación de dos frentes: el interno y el externo. 
Ni corto ni perezoso Lula entendió los argumentos, envió mensajes tranquilizadores desde donde gozaba de unas cortas vacaciones en tanto se supo que el ministro de Derechos Humanos, Paulo Vannuchi, elaborador de la iniciativa, insistirá con su idea. De esta manera queda latente una crisis potencial pese a la seria advertencia formulada por el titular de la Comisión de Defensa del Parlamento, Raúl Junggman, que merece repetirse en este artículo: “se perdió la confianza de los militares…” Y no es para menos: el proyecto que mencionamos excluía a los terroristas en la evaluación de delitos cometidos durante la Guerra y está dirigido exclusivamente a los militares y miembros de las Fuerzas de Seguridad. Por cierto, suprimía la Amnistía que pacificó al País y lo colocó en el primer puesto de liderazgo en América Latina, un lugar que antes ocupábamos los argentinos.
Como puede apreciarse, la izquierda, cualquiera fueran sus matices, mantiene una idéntica táctica y una misma estrategia repetida en todas las geografías, con sus lugares comunes, identidad de argumentos slogans calcados unos de otros y falsas acusaciones convenientemente estudiadas desde el punto de vista psicológico y político. Hasta en Chile y el Uruguay se lograron, aunque de manera limitada, persecuciones revanchistas que superan lo simbólico. Lo que sucede hizo que en Paraguay el amante Lugo ponga sus ímpetus en remojo, en tanto las miradas giran en torno de un agonizante Chávez, una Nicaragua intrascendente, una Colombia victoriosa que impulsa el “derrame” de las FARC hacia el sur, en tanto una tristeza decadente se abate sobre una Argentina inerme y desarmada.

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