Irán pondrá en funcionamiento su primer reactor nuclear la próxima semana, desafiando así a la comunidad internacional que trata de poner freno a su plan atómico y, por ende, acalorando aún más el conflicto entre las potencias occidentales y el régimen del Presidente Mahmoud Ahmadinejad.
El 21 de agosto se fijó como el día en que Rusia enviará combustible nuclear en base a uranio enriquecido para que la instalación de Bushehr, en Irán, se "prenda" y en el plazo de cuatro meses pueda, supuestamente, "generar electricidad a ciudades del país".
"A partir de ese momento, la planta de Bushehr será oficialmente considerada una instalación de energía nuclear", dijo ayer el vocero de la agencia nuclear rusa Rosatom, Sergei Novikov. La movida rusa se da en momentos en que Occidente demanda que todos los planes de desarrollo nuclear de Teherán se detengan hasta que se pueda comprobar que no tiene intención de construir un arma atómica, dice en su edición de hoy el diario londinense The Times.
Irán defiende que su programa nuclear es para uso civil, pero inspectores de Naciones Unidas, de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), han encontrado evidencias que sugieren uso de tipo militar.
A eso se suma el continuo enriquecimiento de uranio de parte de Irán, a pesar de cinco resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU llamando a detener el ambicioso proyecto.
En esa línea, Rusia ha apoyado los castigos de la ONU y aboga porque Irán no maneje de forma unilateral su programa. Del uranio enriquecido que Moscú mandará a Bushehr se requerirá que devuelva a Rusia todos los remanentes para evitar otro tipo de usos. Operaciones que estarán bajo la supervisión de la AIEA, consigna The New York Times.
Vista aérea de la planta nuclear de Bushehr, Irán
Irán ve la puesta en marcha de Bushehr como una gran victoria y también como símbolo de su rechazo a las duras recriminaciones, principalmente de EE.UU. y la UE, que han sancionado a sectores energéticos y financieros de Irán hasta donde sus recursos legales se lo permiten.
En marzo, la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, dijo que sería demasiado prematuro activar el reactor de Bushehr sin confirmación de parte de los inspectores de la AIEA. Ante eso, Moscú defiende que su funcionamiento no expone a Israel, Europa o posiblemente a Estados Unidos a algún tipo de riesgo nuclear.
Pocas ganancias
Algunos analistas dicen incluso que el contrato comercial que firmó Rusia con Irán, a mediados de los 90, tendría escasas ganancias comerciales, agrega The New York Times.
Rusia ha señalado que el objetivo principal de la puesta en marcha del reactor es demostrarr a Irán que puede trabajar en conjunto con la comunidad internacional, y que no se le está negando su derecho a usar la tecnología. Moscú, en distintas ocasiones, aludió a problemas técnicos algunos retrasos en las obras de Bushehr, los que se traducían como formas explícitas de castigar a Teherán cuando su gobierno desobedecía los lineamientos internacionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario