Ya en 1993, un documento intervenido a ETA calificaba de "muy interesante" el encuentro mantenido por Jokin Gorostidi, "Haritza", ya fallecido, con un comandante de las FARC, pero no fue hasta noviembre de 1999 cuando la dirección etarra se "interesó en el establecimiento de relaciones oficiales" con la organización terrorista colombiana.
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El objetivo de ETA era "exportar al extranjero sus tácticas y técnicas en la causación de terror y aprender experiencias ajenas igualmente en ese ilícito campo", según Velasco, que señala a José Ángel Urtiaga Martínez -a quien las Fuerzas de Seguridad sitúan actualmente en Cuba- como el primer interlocutor con las FARC.
Urtiaga "propició contactos con las FARC para continuar la experimentación con artefactos explosivos que fueron mantenidas por su sustituto", José Miguel Arrugaeta San Emeterio, quien también ahora reside en Cuba.
En 2002 se intervino a las FARC "material muy similar al utilizado por ETA", entre el que se encontraban dos coches-bomba. Uno de los miembros de las FARC detenidos entonces aseguró que había asistido a un curso de adiestramiento en electrónica y explosivos impartido por una persona "que a su vez lo habría recibido fuera de Colombia por miembros de la organización terrorista ETA", cuatro de cuyos dirigentes prosiguieron en 2003 con los cursillos en campamentos de la guerrilla colombiana.
En esa época, según el juez, ya había aparecido en escena el etarra Arturo Cubillas Fontán, casado con la ciudadana colombiana Goizeder Odriozola Lataillade, que ha ocupado varios cargos públicos en su país desde la llegada al poder de Hugo Chávez en 1999.
El propio Cubillas, al que Velasco señala como "responsable del colectivo de ETA en esa zona de América desde 1999, encargándose de coordinar las relaciones con las FARC" fue nombrado en 2005 director adscrito a la Oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura y Tierras de Venezuela.
Fruto de sus gestiones con las FARC comenzaron a fabricarse en los campamentos de este grupo las granadas denominadas "Jotake-Handia", que ETA utilizó por primera vez en España en un atentado contra el cuartel del Ejército en Aizoain (Navarra) el 18 de octubre de 2003. Cubillas también concertó una cita en Colombia entre el dirigente de las FARC Raúl Reyes y un miembro de la cúpula de ETA.
A cambio de su colaboración, las FARC pidieron ayuda a ETA para localizar en España a potenciales objetivos como el ex presidente colombiano Andrés Pastrana, la embajadora Noemí Sanín, el alcalde de Bogotá Antanas Mockus, el ex vicepresidente Francisco Santos e incluso el actual presidente, Álvaro Uribe. Varios miembros de las FARC se trasladaron a Madrid en 2000 para vigilar la Embajada de Colombia y a Pastrana, "informando de que no sería difícil atentar contra estos dos objetivos siempre que se contase con la ayuda de ETA".
El siguiente capítulo de la alianza entre los dos grupos tuvo lugar en 2007 en plena selva, donde ETA impartió cursos sobre el uso de explosivos a miembros de las FARC a los que los participantes fueron "con el conocimiento y la compañía de una persona que vestía chaleco con escudo de la DIM (Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela) y de un vehículo escolta con militares venezolanos".
De nuevo Cubillas aparece como organizador de los cursos, que tuvieron su continuidad en otros sobre la confección de artefactos explosivos activados mediante teléfonos móviles impartidos entre 2003 y 2008 por miembros de ETA, entre ellos José María Zaldua Corta "Carlos", y otro del que sólo se conoce su alias, "Schumacher"
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