Cuando el proceso para la compra de 36 aviones por parte de Brasil entra en su etapa final, discrepancias entre el gobierno y la Fuerza Aérea enturbian la operación.
Esa rama de las Fuerzas Armadas, que analiza tres ofertas de cazabombarderos para modernizar su flota, se inclina por los aviones suecos pese a que el Presidente, Luiz Lula da Silva, se manifestó a favor de los cazas franceses Rafale.
Los técnicos estiman que la compra de los Gripen garantizará a Brasil acceso total a la tecnología de esas naves para desarrollar la industria aeronáutica local, dijeron fuentes locales.
Los encargados del Proyecto FX-2 -como fue bautizado el plan para modernizar la flota de guerra - recibieron propuestas de la firma francesa Dassault, fabricante de los Rafale, de la sueca Saab, que construye los Gripen, y de la estadounidense Boeing, por los F/A-18 Super Hornet.
Los expertos indican que esta compra de Brasil tiene dos componentes: el militar y el político, de ahí que la decisión sea difícil.
Armen Kouyoumdjien, analista del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), sostiene que en el plano puramente militar la mejor opción sería el F/A-18 Super Hornet. "Tiene una amplia y exitosa trayectoria de combate, en las guerras de Irak y Afganistán", dice.
El analista de Defensa chileno Eduardo Santos añade que ese avión es el único que tiene el radar AESA operativo. "Este es un radar de última generación, que es de mayor precisión para detectar blancos y permite 'quemar' los equipos electrónicos de contramedidas", indica.
Pero los expertos explican que a Brasil le interesa también un proyecto de desarrollo industrial y generar tecnología.
"Y en este sentido, la relación política y la facilidad de un proyecto de desarrollo con Francia es infinitamente mayor que con Estados Unidos, que siempre restringe la transferencia tecnológica", puntualiza Santos.
Por eso, la gran ventaja del Rafale para Brasilia es que no incorpora tecnología estadounidense, por lo que Brasil podría producir y reexportar un avión de última generación.
En cuanto al Gripen NG (Nueva Generación), este es un avión caza multipropósito que aún está en desarrollo. "Este avión sueco es monomotor y no está preparado para cubrir las inmensas extensiones territoriales que tiene Brasil", indica Santos. El especialista enfatiza que en el caso del Gripen no se daría la transferencia tecnológica, puesto que ese avión tiene elementos estadounidenses.
El componente político también será importante a la hora de tomar la decisión final.
Politólogos estiman que la idea de Brasil de reforzarse militarmente responde también al deseo de fortalecer su papel protagónico en el actual tablero geopolítico mundial.
"Brasil busca ser apoyado por la Unión Europea para ingresar al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la compra de ese material militar a un país del Viejo Continente puede ayudar a ese objetivo", sostiene el colombiano José John Marulanda.
El académico brasileño Edson Nunes añade que un país de la importancia estratégica de Brasil tiene además que mantener el equilibrio regional. "Y eso se logra tanto por la vía diplomática, como lo ha venido haciendo, pero también con una moderna fuerza de defensa", recalca.
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