PARADA MILITAR BICENTENARIO EJERCITO DE CHILE 2010

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martes, 27 de octubre de 2009

Chile y Perú: Brasil y su nueva Estrategia Nacional de Defensa.


Cristian Leyton Salas es Doctor © en Estudios Americanos.
Brasil está embarcado en un amplio y profundo proceso de modernización de sus capacidades militares. La Estrategia Nacional de Defensa brasileña fue inaugurada recientemente, pero busca reorganizar y garantizar la seguridad de Brasil en el horizonte de los próximos 20 años.

Brasil ha sido claro en señalar las razones primarias que le impulsan a invertir un monto cercano a los 30 mil millones de dólares hasta el año 2021: la protección de sus recursos naturales, pero en forma general hablan de “proteger su territorio” y las nuevas fuentes de poder que éste encierra, como es la Amazonía, sus cuencas hidrográficas y la plataforma marítima brasileña rica en oro negro. Esta es la versión oficial. Sabemos que detrás de ello se esconden aspiraciones de potencia, lo que parece ser natural para un país que una vez se autoproclamó un “imperio” y que hasta hace una década y media atrás competía con Argentina para ejercer un dominio sobre toda la región.
Hoy Brasilia inauguró oficialmente lo que debería ser un aspecto central en su carrera por constituirse en una superpotencia mundial, y en particular sudamericana.
Brasil lidera los llamados “procesos de modernizaciones bélicas” en la región, con un gasto del orden de los 26 mil millones de dólares tan solo este año. Dicho plan consumirá un 0.7% del PIB anual en un periodo de 20 años. El Plan en cuestión identifica tres sectores estratégicos para la defensa brasileña: el espacial, el cibernético y el nuclear. No obstante ello, su efecto más inmediato se refleja en el rol altamente disuasivo y coercitivo que se la asigna a la fuerza militar brasileña.
Un aspecto central de la Estrategia Nacional de Defensa de Brasil está dado por dos puntos: El primero dice relación con la necesidad de dotarse de una capacidad de monitoreo/control, como ellos lo denominan. Poseer fuerzas militares capaces de saber “donde y cuando” se concentran las amenazas. Asociado a este último, los brasileños señalan la necesidad de desarrollar una capacidad de “responder rápidamente ante cualquier amenaza o agresión a través de la “movilidad estratégica”. Una lógica “preventiva” se respira en dicho documento.

El segundo punto interesante es la reorganización de las necesidades de defensa: Brasil, reorienta sus “preocupaciones en defensa”, señalando que las hipótesis de conflicto ya no están centradas en el Sur y Sudeste, sino que “en el Norte, Oeste y Atlántico Sur”. Nelson Jobim, Ministro de Defensa brasileño advierte que “la Marina debe estar presente en la desembocadura del Rio Amazonas y en las grandes cuencas fluviales del Amazonas y del Paraguay-Paraná”. Mientras que el Ejército, señala, “debe posicionar sus reservas en el centro de país”, pudiendo de esta forma “desplazarse en cualquier dirección”. Una defensa “territorial” sudamericana se impone.

Finalmente, el documento es claro en señalar que, las FF.AA brasileñas deberán, “concentrar su presencia de unidades en las fronteras”, teniendo en cuenta que Brasil debe “estructurar el potencial estratégico alrededor de capacidades” militares de alta tecnología. La vigilancia del espacio aéreo y “sobretodo” (según consta en el documento del Ministerio de Defensa brasileño) del territorio nacional de Brasil, es una alta prioridad. No se descarta en absoluto que dicha vigilancia sea de espacios terrestres y aéreos “distintos” que los nacionales. Lo que resulta obvio y necesario para cualquier posicionamiento de fuerzas en caso de crisis o conflicto.
¿Qué conclusiones generales podemos extraer de lo anterior? En primer lugar, Lula da Silva, establece que las principales amenazas brasileñas son “continentales”. Sudamérica genera aprensión en Brasil. La nueva Estrategia Nacional de Defensa establece que sus fuerzas militares deben acrecentar aceleradamente y orgánicamente su potencial disuasivo. Se desprende de dicho documento que estas capacidades deben estar asociadas a una estrategia de uso de la fuerza, doctrinalmente defensiva, pero operacionalmente ofensiva. El concepto de “proyectar fuerzas” está presente esporádicamente en todo el texto.
Se nos señala, asimismo, que las fuentes de amenaza se concentran, hoy, prioritariamente, en el Norte y Oeste de la plataforma continental. Estamos hablando de la zona Amazónica y de los espacios fronterizos que les están asociados, como son, Ecuador, Venezuela, los EE.UU (Colombia) y un actor gatillador, las FARC. Argentina, dejó amplios espacios vacíos, llenados por la Venezuela chavista y los EE.UU., aunque es de esperar que el próximo gobierno trasandino comience a enmendar este punto, sobre todo frente al hecho que Brasil identifica que debe expandir su presencia en el Atlántico Sur (en desmedro indirecto de la presencia natural argentina).

Brasil necesita, estratégicamente, a fin de llevar a cabo esta nueva Estrategia de Defensa, recursos y capacidades militares. Por ello, su programa de modernización bélico no se verá detenido por ninguna campaña mediática peruana. Por ello, la disminución de aprensiones políticas de determinados países de la región como el mismo Perú y Paraguay, por ejemplo, pasa absolutamente por “transparentar” capacidades e intenciones, más que con iniciativas irrealistas que conllevan a firmar pactos de no agresión que atan, prohibitivamente, los márgenes de maniobra de los países regionales, pero sobretodo buscan establecer desestabilizadores proceso de desarme. Brasil, en particular, no permitirá, bajo ningún punto de vista, verse impedido de materializar su programa estratégico sobre la base de una limitación de sus gastos en defensa, como lo quiere Alan García.
Brasil ha dejado en claro que hoy más que nunca la disuasión es el pilar central de la paz en la región. Tanto Chile como Brasil lo han comprendido y actúan en consecuencia, siempre de la mano de la transparencia.
La homologación de gasto en defensa constituye, en este sentido, el camino a seguir, así como el reforzamiento de dos organismos regionales de seguridad, defensa y de coordinación de politicas exteriores como son el UNASUR y el Consejo de Defensa Sudamericano. En Torre Tagle olvidaron que un Pacto de No Agresión ya fue firmado por todos los Estados cuando, al adherirse a las Naciones Unidas, quedó en claro que la guerra como medio de resolución de conflictos en la escena internacional es ilegal e ilegitima.
Frente a lo anteriormente consignado, la campaña regional de visitas de los Ministros peruanos tendrá un claro efecto mediático, en especial, por lo politicamente correcto del motivo. No obstante elllo, sus efectos reales solo se dejarán sentir en el plano interno limeño al privar a la población peruana de los jefes de sus respectivas carteras, en momentos en que la prioridad del regimen de Alán García debería ser trapasar los exitos macroeconomicos a los bolsillos y percepciones socioeconómicas de la poblacion peruana que tanto lo necesita.

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